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Sindrome Del Bebe Sacudido

estefanymichell13 de Junio de 2013

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Marco teórico

El Síndrome del niño sacudido también conocido como síndrome del niño zarandeado o agitado es una forma de maltrato físico infantil que incluye la existencia de un traumatismo intracraneal debido a que el cerebro aún no ocupa toda la caja craneal y que conlleva un conjunto de alteraciones clínicas y patológicas que conforman un síndrome bien definido, debido a la agitación violenta del infante por parte del abusador.

Maltrato físico infantil: Se denomina maltrato infantil o abuso infantil1 a cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o cuidadores, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto físico como psicológico.2

Se trata de un lactante con llanto incontrolado, inconsolable, al que una persona sostiene por el tórax y lo sacude bruscamente, con lo que se produce un mecanismo de aceleración-desaceleración de la cabeza que conduce por una parte a fracturas paravertebrales de las costillas, a hemorragias intracraneales y a lesiones oculares. Las hemorragias retinianas están presentes en el 80% de los casos, y su presencia debe hacer sospechar la existencia de este síndrome ante la ausencia de cualquier otra causa

Fracturas paravertebrales: En los cuerpos vertebrales puede aparecer una fractura por aplastamiento (es decir, el cuerpo vertebral se colapsa), por estallido (parece que haya estallado) o en “gota de lágrima” (rotura del borde anterior o posterior de la vértebra). En casi la mitad de los casos la fractura vertebral afecta a una de las últimas vértebras dorsales o las primeras lumbares.

Hemorragias intracraneales: La hemorragia intracraneal ocurre cuando de forma espontánea y súbita hay ruptura de un vaso sanguíneo dentro del cerebro.1 Ello resulta en sangrado que se acumula en el parénquima cerebral causando una repentina hipertensión intracraneal y un probable accidente cerebrovascular hemorrágico. Las hemorragias intracraneales son una emergencia médica asociados a una alta morbilidad y mortalidad. La tomografía es la prueba más sensible para el diagnóstico de una hemorragia intracerebral.2

Lesiones oculares: Un impacto brusco obliga a que el ojo retroceda dentro de su cavidad, dañándose probablemente las estructuras superficiales (el párpado, la conjuntiva, la esclerótica, la córnea y el cristalino) y las de la parte posterior del ojo (retina y nervios). Un impacto de esta magnitud puede romper incluso los huesos que rodean el ojo.

Hemorragia subdural: Por hemorragia subdural se entiende el derrame de sangre de los vasos de la dura, la más externa de las tres capas (meninges) que cubren el cerebro.

Se diferencia de la extradural (abajo) en los vasos sanguíneos rotos están, como el nombre indica, en la parte interior de la duramadre, en vez de la parte exterior.

Como los internos son más pequeños que los externos, el derrame será menos abundante y tenderá a penetrar con mucha lentitud en el espacio existente entre la duramadre y el aracnoides (la meninge intermedia).

Por tanto, suele transcurrir un tiempo relativamente largo. Hasta varias semanas antes de que cause síntomas perceptibles la presión creciente y gradual en lo tejidos situados debajo del cerebro.

traumatismos intracraneales: El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la alteración en la función neurológica u otra evidencia de patología cerebral a causa de una fuerza traumática externa que ocasione un daño físico en el encéfalo.2 3 4 El TCE representa un grave problema de salud y es la causa más común de muerte y discapacidad en la gente joven, sin contar las grandes repercusiones económicas relacionadas.3 5

También puede definirse como la lesión directa de las estructuras craneales, encefálicas o meníngeas que se presentan como consecuencia de un agente mecánico externo y puede originar un deterioro funcional del contenido craneal.6

EL síndrome del bebé sacudido se refiere a un tipo de lesión cerebral que ocurre cuando se sacude con violencia a un bebé o niño pequeño. Las sacudidas pueden causar hemorragias en el cerebro (hemorragias subdurales) o hemorragias en las retinas (hemorragias retinales). Ocurren más lesiones cuando se tira al bebé sacudido en una superficie, resultando en el síndrome de impacto sacudido.

Cuando se sacude a un niño, el cerebro rebota de un lado a otro contra los lados del cráneo. Las cabezas de los bebés son muy grandes y pesadas en proporción con el resto de sus cuerpos. Esto causa hinchazón, magulladuras, y hemorragia en el cerebro.

Las posibles consecuencias de sacudir a los bebés o niños pequeños son extremas. Incluyen:

Daños al cerebro

Ceguera

Pérdida auditiva

Trastornos del habla y del aprendizaje, incluyendo retraso mental

Ataques epilépticos

Daño al cuello y a la espina dorsal, que puede llevar a disfunciones motores que varían en severidad desde torpeza a paralisis

Muerte

Un niño o bebé al que le han sacudido y por tanto tiene presión en el cerebro puede tener síntomas como estos:

Irritabilidad extrema

Vómitos

Poco apetito o problemas para alimentarse

Dificultades para respirar

Convulsiones (ataques)

Letargo (cansancio extremo, falta de movimiento, inhabilidad para mantenerse despierto)

Piel de color pálido – o azul

Magulladuras, como por ejemplo las marcas donde se le agarró, en los brazos o pecho

Una frente que parece más grande de lo normal, o una fontanela que parece sobresalir

Incapacidad para levantar la cabeza

Temblores (la temblona)

Incapacidad para concentrarse o seguir movimiento con sus ojos

Inconsciencia

Coma

El síndrome del bebé sacudido pasa más a menudo en bebés de hasta un año de edad, y lo bebés de dos a cuatro meses son los que tienen mayor riesgo. El síndrome del bebé sacudido no suele suceder después de los dos años de edad, pero si la sacudida es extremadamente violenta incluso puede afectar a los niños de entre cinco y seis años.

Los padres o los cuidadores pueden pensar que el sacudir al bebé hará que este pare de llorar. Los padres o cuidadores pueden ser incapaces de arreglarse con la realidad de cuidar a un niño/a y pueden descargar su frustración con el niño/a. Algunos puede que no sepan que los resultados de sacudir a los niños son tan devastadores como lo son en realidad. No obstante, el sacudir a los bebes no está bien nunca.

Las estadísticas indican que dos tercios a tres cuartos de la gente a la que se le ha encontrado culpable de sacudir a los bebés son hombres. Mientras que la escala de edades es grande, normalmente los hombres que sacuden a los bebés tienen veinte y tantos.

No es verdad que solo los hombres sacudan a los bebés. También se han encontrado madres y otras cuidadoras que han sacudido a los bebés. El síndrome del bebé sacudido puede suceder en familias de cualquier etnia, cualquier rango económico, y cualquier tipo de composición de familia.

El SBS debe de tratarse inmediatamente. Los padres o cuidadores deben de llevar al niño/a a que le den atención médica de urgencia tan pronto como se den cuenta de que el bebé ha sido sacudido. Los adultos también deben de contarle al médico que el bebé ha sido sacudido. Algunos cuidadores que no digan la verdad pueden decir que el bebé se ha caído. Dependiendo de la severidad de los síntomas, los niños pueden requerir tratamiento como soporte respiratorio o una operación quirúrgica para parar una hemorragia.

Algunos síntomas se muestran enseguida, pero puede que otros no se hagan visibles hasta más tarde. Algunos niños pueden tener problemas de atención y problemas de comportamiento más adelante en su vida debidos a haber sido sacudido cuando eran bebés. A los profesionales de la salud no siempre se les dice la verdad sobre si la sacudida ha sido parte de la lesión o no. Además, los bebés y niños muy pequeños no pueden contar a los médicos o a las enfermeras lo que les pasó o lo que les duele. Muchos de los síntomas del SBS (como la irritabilidad, el vomitar, o la apatía) también son comunes para las enfermedades menos serias como las infecciones virales.

Se ha sugerido que los médicos deberían de usar pruebas adicionales cuando parece que sea posible que haya una lesión cerebral. Los rayos-x pueden mostrar una fractura craneal y los médicos pueden recomendar una prueba de resonancia magnética (siglas en inglés MRI) o un escáner por tomografía computerizada (siglas en inglés CT). Se le debe de dar especial atención a cualquier evidencia de hemorragia retinal (hemorragia en la parte posterior del ojo).

. No sacudas a los bebés o a los niños, NUNCA.

Cuando se responde con la verdad acerca de sacudir a los bebés, los padres o cuidadores suelen decir a menudo que la sacudida ocurrió cuando el bebé lloraba desconsoladamente. Hay algunas cosas que puedes hace para evitar la probabilidad de enfadarte y sacudir al bebé.

Primero, asegúrate de que no le pase nada obvio al bebé. Deberás de mirar a ver si el pañal está limpio o si el bebé tienen hambre o frío. Asegúrate de que no haya ninguna señal de enfermedad, como por ejemplo fiebre o hinchazón. También deberás comprobar que no hay ninguna situación que le cause dolor.

Si las necesidades del bebé están cubiertas, intenta usar ruido. Pon la radio, o canta y háblale al bebé. Algunas veces a los bebés les gustan los ruidos como la aspiradora, la secadora de ropa, secador de pelo o ventiladores

Ofrécele al bebé un juguete

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