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Sintecis Del Laberinto De L Soledad


Enviado por   •  8 de Enero de 2015  •  2.293 Palabras (10 Páginas)  •  193 Visitas

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El laberinto de la soledad

Octavio Paz

-El pachuco y otros extremos-

El libro comienza con la forma de ver la vida con cada una de las etapas de nuestras vidas. Se fija mas en especifico a la adolescencia y de cómo se comienza a escribir historia a partir de esta etapa, comparando la cara de experimentación de la adolescencia, con la cara ya experimentada de la vejes.

Octavio Paz reflexiona de cómo el país (México) es un adolecente en crecimiento y que el mexicano atraviesa una etapa reflexiva. Hace mención de los dos largos años que vivió en los Estados Unido de América y de cómo sorprendía al viajero al ver tanta gente mexicana en una sola ciudad extranjera como lo era en Los Ángeles, California, con todas las costumbres mexicanas flotando en el aire, resaltándose así de las costumbres de ese país, así como también se distingue la gente latina y no se confunde jamás con la norteamericana.

Los “pachucos” , gente mexicana que no olvida sus raíces y que no busca acoplarse a las costumbres norteamericanas, sino que afirman completamente sus diferencias, procuran por hacerlas más notables, esta es una sociedad abierta, sabe que el sobresalir es un peligro, no importa, busca, atrae la persecución y el escándalo, para poder revelarse de que no quiere formar parte de de esa sociedad ambigua ansiosa de poder y critica, pues el pachuco no afirma nada en absoluto, no define nada, excepto su exasperada voluntad de no ser, es la presa que se adorna para llamar la atención de su cazador, así rompe su soledad y depende de ese acceso que tanto se niega a esa sociedad.

Se hace un pequeño análisis de la soledad, que afirma y se niega alternativamente en la melancolía y el júbilo, en el silencio y el alardeo, hasta en el fervor religioso, en todos lados el hombre está solo, esto es el mundo que nos rodea, la cruda realidad. El mexicano se siente fuera de esa realidad.

La historia del mexicano es aquella que busca su afiliación y su origen.

Se hace mención de que esta soledad en el país norteamericano es diferente ya que el hombre no se siente arrancado del centro de la creación, ya que el mundo ah sido construido por él y esta echo a su imagen, como si fuese un espejo, esta solo entre sus obras, como perdido en un paramo de espejos.

Habla de personas que conoció y hablo con ellos, incluso ancianos que todavía tenían planes a futuro, como si este no tuviese un final para estas personas, y habla así de cómo este tipo de gente no le es visiblemente la muerte, sino que evita su idea por completo, mencionando así como el realismo norteamericano es muy particular y su ingenuidad no excluye el disimulo y aun la hipocresía.

Se muestra así la diferencia entre los norteamericanos y los mexicanos, mencionando como ellos son crédulos y nosotros creyentes.

El hombre no está en la historia, sino que es la historia misma.

-Mascaras Mexicanas-

El capitulo comienza haciendo mención de lo cerrado que puede llegar a ser un mexicano, resaltando como no nos permitimos abrirnos a las demás personas y creamos barreras, a lo contrario de otros lugares, aquí el mexicano que se abre como la mujer es lo que se le llama un “rajón”, aquel que no es confiable, que no es de fiar, ya que no renunciamos por vergüenza a nuestra soledad.

El mexicano considera la vida como una lucha interminable, aceptamos el carácter defensivo.

El “macho” es un ser hermético, encerrado en sí mismo, capaz de guardarse y guardar lo que se le confía. El no derramarse así como no abrirse, forma parte del carácter del mexicano.

Menciona una reflexión a lo que somos, a lo que es nuestro cuerpo, este que no vela intimidad, sino que la descubre, y como el pudor nos hace crear barreras con un carácter defensivo, como la gran muralla china.

Se habla de el machismo en México, de cómo a la mujer no se le toma en cuenta para un montón de labores y se le ve solo como una amante, prostituta, diosa o gran señora, ya que en un mundo que ah sido creado a la imagen y visión de los hombres, la mujer es solo un reflejo de la voluntad y querer masculinos. La mujer mexicana simplemente no tiene voluntad, la mujer no busca sino que atrae y el centro de esa atracción es su sexo, concepción falsa, al pensar que la mujer es muy sensible e inquieta, es un símbolo que representa la estabilidad y la continuación de la raza. Esta es la manera de sujetarlas y evitar sí que se expresen libremente.

-Todos Santos, día de muertos-

Habla de cómo el mexicano usa cualquier pretexto para romper la rutina y salirse del esquema para festejar algo, por más simple que sea el hecho, el mexicano siente una seguridad y se siente completo durante el festejo de las fiestas, estas son el único lujo del mexicano, donde no hay distinción de clases. Lo importante es que durante la fiesta todo pasa como si no fuera cierto, como en los sueños. La gente se burla del clero, de las instituciones, del ejército y hasta del mexicano mismo.

Hay festejos más importantes que otros, como el día de muertos, costumbre mexicana adquirida desde antes de la llegada de los “conquistadores” españoles, los indígenas creían que la vida se continuaba con la muerte y que la vida misma se alimentaba de la muerte. Nada era más privilegioso en vida que ser un sacrificio para los dioses. Para los aztecas, ni la vida, ni la muerte les pertenecía, todo formaba parte de un capricho de los dioses.

La conquista de México seria inexplicable sin la traición de los dioses que reniegan de su pueblo.

Todo funcionara como si la muerte no existiera, se exalta la salud con drogas milagrosas en un siglo donde también hubo campos de concentración.

Ahora para el mexicano moderno, la muerte ya no es un tránsito, sino un amor permanente, su juguete preferido.

-Los hijos de la Malinche-

El capitulo comienza con un análisis del capitalismo, donde las condiciones humanas son rebajadas hasta las últimas consecuencias, donde todos nos volvemos obreros |y procuramos en producir mercancías, mercancías que nosotros mismos nos encargamos de consumir y es cuando entonces finalmente nos volvemos pertenecientes a una “clase”.

El mexicano no quiere o no se atreve a ser el mismo, tiene demasiados fantasmas habitándole y corrompiendo su mente, demasiados abandonos por parte de los dioses. Sin embargo tenemos maneras de olvidarnos de todos estos, y así expulsar

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