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Sociologia EXAMEN FINAL


Enviado por   •  14 de Mayo de 2017  •  Exámen  •  2.060 Palabras (9 Páginas)  •  271 Visitas

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Día a día el hecho de salir a la calle es una situación que para la mayoría de mujeres resulta incómodo y hasta riesgoso pues representa probabilidades de ser agredida no solo físicamente sino verbalmente. Y estas probabilidades aumentan aún más cuando se está caminando sola y sobre que todo cuando una se encuentra en el transporte público,el cual es el escenario “ideal” para que, en la gran mayoría de casos, los hombres aprovechen situaciones como que el bus está lleno y cometer agresiones físicas o sexuales contra las mujeres tales como acercamientos indebidos, y lo peor es que al ser descubiertos niegan haber cometido las acciones de las que se les acusa. Lo mencionado anteriormente son algunas de las  situaciones que me ha tocado vivir o de las que he sido testigo por lo cual en el presente texto trataré de responder a la siguiente pregunta ¿Cómo la violencia contra la mujer en el transporte público ha afectado la manera en la que actúo diariamente? Para responder la pregunta anterior mencionaré los principales usuarios de los transportes públicos, pondré una breve definición de lo que es violencia de género, mencionaré mis experiencias y los aspectos que tuve que cambiar en mi comportamiento y que he notado que muchas mujeres también hacen al igual que yo cuando suben al transporte público y finalmente concluiré tratando de reflexionar el por qué nosotras tenemos que afrontar prácticamente solas este tipo de violencia en nuestra sociedad.

El transporte público permite que muchos usuarios viajen rápidamente de un lugar a otro sin pagar una gran suma de dinero, de igual manera, es uno de los espacios en donde se dan diversas interacciones sociales y se construyen identidades colectivas, por ejemplo, podemos encontrar aquí a los grupos de pares conversando(Vásquez del Águila,2013), familas, etc. Hoy en día, los principales usuarios de estos son personas de niveles socioeconómicos medios a bajos, en su mayoría, estudiantes y trabajadores quienes justamente aprovechan las tarifas bajas de los pasajes como una manera de ahorrar y transportarse diariamente a donde deseen ir sin necesidad de tener un auto propio o pagar todos los días un taxi para llegar a sus centros laborales o de estudios. Con esto podemos notar que los ingresos y riquezas determinan la clase social en las que nos ubicamos pues esto último influye en la manera cómo vivimos y en las oportunidades que tenemos para el futuro(Busse ,clase 19 de mayo 2016),por ejemplo, en cuanto a la elección de medios de transporte que usan para movilizarse. Auyero y Berti nos hablan de que la violencia interpersonal (en la que incluyen como ejemplo a la violencia de género) se ha incrementado en los ámbitos urbanos debido a diversos factores entre los que se encuentran el nivel económico, la heterogeneidad étnica y los grados de movilidad residencial(Auyero y Berti,2012).En el caso del transporte público debido a las migraciones y a la creciente tasa de urbanización ,el uso de estos se ha masificado tanto que ha traído como consecuencia  el aumento de un problema que ya existía dentro de este vinculado a la violencia de género. En concreto, se trata de conductas que corresponden a prácticas de acoso verbal y abuso sexual ejercidas mayoritariamente (pero no exclusivamente) sobre mujeres usuarias del transporte público. Estas conductas realizadas por los hombres pueden ser diversas y van desde “piropos” subidos de tono, los cuales según Vásquez del águila podrían ser gestos rituales que tienen los varones para demostrar su masculinidad hegemónica (Vásquez del Águila ,2013); hasta tocamientos indebidos por parte de inescrupulosos los cuales les permite satisfacer sus bajos instintos. Según la ONU la “Violencia de Género o violencia contra las mujeres”, se refiere a “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada” (Asamblea General de las Naciones Unidas, 1995).

A continuación mencionaré algunas situaciones que me ha tocado vivir sobre violencia de género en el transporte público. Un día esperando a mi bus en un paradero que en esa oportunidad estaba casi vacío, tuve que soportar un comentario grotesco de un motociclista hacia mi persona. Por supuesto, tuve que agarrar valor para poder gritarle “asqueroso” antes de que la moto arrancara (debo admitir que me dio miedo hacerlo pues él podría haber tenido alguna reacción violenta y que al estar casi sola nadie hiciera nada).Lo peor de todo es que había unos chicos universitarios a casi un metro de mí quienes alcanzaron a oír todo lo sucedido, lo único que atinaron a hacer fue reírse y no decir una palabra en defensa mía. Otra situación que me sucedió recientemente(el sábado pasado) en el Metropolitano(el cual uso bastante seguido para regresar de la universidad a mi casa) fue que al subir al bus no tan lleno me ubiqué casi al medio ,al costado de unos asientos, para poder sostenerme de ellos. En el siguiente paradero subió una cantidad considerable de gente (10 personas aproximadamente), entre ellas un hombre quien se ubicó detrás de mí (mirando hacia mí misma dirección, la ventana).Los primeros 15 segundos esperé pues pensé que se iba a mover, no obstante, el señor seguía ahí sin avanzar hacia otra parte y en verdad estaba pegado a mí, es así que me voltee y prácticamente le grité que se moviera porque estaba incomodándome demasiado al estar tan cerca de mí. El señor se hizo el ofendido y me dijo que era una maleducada, yo estaba súper avergonzada y enojada pues nadie había dicho o hecho nada para ayudarme, por ese motivo me bajé dos paraderos después ya que muchos me estaban observando y me sentí presionada socialmente pues me imaginaba lo que la gente pensaba de mí  en ese momento, por ejemplo, cómo me estarían juzgando, si se habrían dado cuenta de que efectivamente el señor me estaba rozando,etc. (Berger y Luckmann,1968).Finalmente, contaré el testimonio de mi madre acerca de una situación en la que ella fue testigo. Resulta que a las 6 pm volvía desde su trabajo a la casa y tomó un bus en el centro de Lima. Ella se encontraba sentada en la parte de atrás cuando a casi a media hora de llegar a su paradero final, sube una escolar con uniforme. Inmediatamente en el siguiente paradero sube un joven quien descaradamente se pone detrás de la chica. Mi madre me cuenta que desde su asiento llegó a observar cómo el hombre levantó su mano y estuvo a punto de meterla debajo de la falda de la menor de edad. Dice ella que ni bien vió esto, le dijo a la chica que sea acercará a ella y le ofreció su asiento y le contó discretamente lo que había visto. La chica se sorprendió, le agradeció y parece que el hombre se dio cuenta pues se quedó mirando a mi mamá. Ella decidió bajarse en el siguiente paradero porque tuvo miedo del hombre, pero al mismo tiempo, se sintió bien pues prácticamente salvó a una niña de vivir una situación traumante. Estas son algunas de las cosas que diariamente suceden en los buses, sin embargo, no muchas tienen la valentía de denunciar estos agravios o reaccionar públicamente por temor a represalias y también porque saben que no siempre la gente alrededor hace algo para ayudar y defenderlas. Caso contrario sucedió con la actriz peruana Magaly Solier quien valerosamente ni bien sintió que su integridad estaba siendo afectada dándose cuenta de que un hombre se estaba masturbando detrás de ella, alzó su voz de protesta sin importarle el qué dirán y no paró hasta llevarlo a juicio.

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