Sociología Industrial

En éste capítulo del libro "Exploración de la Ciudad hacia una antropología urbana”, Hannerz se centra en el trabajo del canadiense Goffman, perteneciente a la escuela de Chicago, cuyos trabajos comenzaron a publicarse en los años 50, años en los que se empezaba a gestar el concepto de antropología urbana. Hannerz señala las influencias recibidas por Goffman de la Escuela de Chicago, tales como Robert Park o el interacconismo simbólico por un lado, y por otro lado de la antropología, influido por su contacto con Lloyd Warner, y sus conocimientos sobre la obra de Durkheim.

Goffman tiene una perspectiva dramaturgica basada en la imagen de la realidad como teatro y del individuo como actor social. Su punto de vista se ve reflejado en dos obras: "The Presentation of Self in Everyday Life" (1959), donde expresa su concepción social de la realidad como un escenario en el que se llevan a cabo tácticas sociales de "manejo de las impresiones", que forman la Representación de un individuo ante otro, y los recursos expresivos que usamos para ello, nuestro Frente , y por otro lado "Stigma" (1963), en la que habla sobre el manejo de aspiraciones indeseables de la persona, que hacen variar sus conductas según estén en la región frontal o delantera o en la región posterior del escenario social. Dichos comportamientos crean relaciones sociales de sinceridad y engaño, y estudia aquellos contextos donde las relaciones sociales varían como las cárceles, geriátricos, internados,... a los que llama Instituciones Totales .

Hannerz hace un repaso de los estudios y trabajos de Goffman en su búsqueda por identificar la Antropología urbana y su importancia en la sociedad contemporánea. Hannerz al igual que Goffman, comparte su visión sobre la importancia del estudio de los comportamientos sociales individuales, el estudio de lo cotidiano y lo local, para poder estudiar mejor las sociedades urbanas en su conjunto.

El esquema que Hannerz plantea para mostrarnos la influencia de Goffman es muy simple:

En primer lugar, nos presenta a Goffman y la escuela de Chicago como pioneros en cuanto al esclarecimiento de los rasgos que identifican a la Antropología urbana, tales como la observación naturalista en los trabajos de campo, el interaccionismo simbólico o la construcción individual que cada individuo construye de sí mismo y la construcción de significados en la vida social, … Resalta la influencia de Lloyd Warner en el autor, por sus estudios de las relaciones comunes, los gestos, las miradas, los ritos,… que se producen en las relaciones humanas cotidianas. Para comprender la perspectiva de Goffman ofrece un repaso por los trabajos de campo que llevó a cabo:

• Una pequeña comunidad agrícola de las islas Shetland, en la que fue participe de la observación naturalista y cercana, la atención y estudio de las tareas cotidianas, resaltando la importancia de participar y conocer de una cultura para poder realizar una labor antropológica más precisa.

• Una institución psiquiátrica de Washington, donde por primera vez Goffman contempla en sus estudios el concepto de “Instituciones totales”.

• Los casinos de juego de las Vegas y extrapolar los comportamientos sociales que se desarrollan en los mismos para estudiar la vida social en general.

Estos estudios, lo llevan a escribir La Presentación del yo en la Vida cotidiana, (1959), donde explica su concepción dramatúrgica de la realidad social como un escenario, en el que el individuo guía y maneja las ideas que los demás forman de él. Los comportamientos deliberados o no de la interacción entre un individuo y otro con cierto efecto sobre el receptor, se describe como la Representación que cada individuo construye de sí mismo. Los recursos que cada individuo usa para ofreces a otros su Representación constituyen su Frente; dicho frente se constituye de elementos controlables como la ropa, los adornos, los gestos,… o intrínsecos de la persona como la imagen, las expresiones faciales, la voz,… Para conseguir un manejo de la impresión positivo, hay que ser fiel a la línea de discurso impuesta por uno mismo, no abandonar la conciencia de la actuación social, no permitir acciones externas que afecten negativamente a nuestra representación y conseguir una circunspección dramatúrgica coherente en la que uno sepa cuando está actuando y cuando puede relajarse.

De su interés por estudiar aquellos rasgos no manipulables del individuo y el manejo que cada uno hace de aspectos que considera indeseables sobre su persona, aparece Stigma (1963). Goffman crea una división muy clara de los comportamientos sociales partiendo de una división muy clara según el lugar en el que se encuentren del escenario social:

• Región frontal o delantera, que son aquellos aspectos que el individuo está dispuesto a mostrar a los demás, que serán su frente o escenografía.

• Región posterior, que es el ámbito personal que cada uno prefiere mantener oculto o para un ámbito más íntimo, pues quizás no sean tan útiles para el actor social a la hora de ofrecer la imagen que quiere dar.

En la región posterior, Goffman sitúa la elaboración o ensayo que cada uno planea para ofrecer su representación,

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