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Soñando Despierta


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2014  •  4.891 Palabras (20 Páginas)  •  785 Visitas

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Ella... El universo siempre conspira a favor de los soñadores!

Todo inicio en una cafetería, en donde la puerta giratoria de la entrada y salida proporciono su encuentro, la primera vista Leila iba saliendo y Darío iba entrando, en los pocos segundos que se vieron sus ojos se clavaron entre ellos y después cada quien siguió su camino.

Luego Leila de camino a casa, se fue pensando en el chico de la sonrisa perfecta y ojos color verde esmeralda, para ella esos pocos segundos fueron suficientes para recordar cada detalle su mirada..... clara, pacífica y profunda. Sus pensamientos estaban invadidos con la imagen de él, su estomago sentía revoloteos de nervios y su corazón latía a mil por hora y ella no encontraba la explicación por qué sus labios no dejaban de sonreír... ella lo tomo como algo tonto, que como un encuentro tan fugaz la pudiera atrapar tanto, pues eso no era parte de su personalidad, que eso no iba con ella.

Leila creció en una situación económica privilegiada, en una mansión de color blanco con frondosos jardines inmensos, ella descubrió que era diferentes a otras niñas pues pensaba y actuaba distinto a ellas, ella decía que no era nada normal, pero le gustaba su forma de ser, pensar y actuar (en pocas palabras ser original). Y se dio cuenta al paso del tiempo como la gente la llegaba a tratar muy diferente al momento de saber su "estrato social", fue entonces cuando conoció la hipocresía, Ella tenía dos factores que odiaba demasiado: Uno, que le tuvieran lastima y dos, que fingieran sentir algo que no es verdad; con esto decidió a la corta edad de seis años cerrarse al mundo y solo se abriría con las pocas personas que valen la pena. Una de las pocas personas que tiene entrada libre a las verdaderas emociones de Leila es su mejor amiga Lucia.

Leila no creía en el amor verdadero, aun que su padre siempre le conto cuentos de hadas antes de dormir que siempre tenían el mismo final "Y vivieron felices para siempre". A ella le costaba trabajo asimilar esta frase repetitiva pues le parecía imposible que alguien pudiera vivir feliz para siempre, pues a ella se le hacía más interesante la sensación de vivir su vida como una rueda de la fortuna (en la que a veces estas arriba y otras estas abajo), pues eso para ella era la belleza de la vida.

Leila nunca se había enamorado, le parecía prácticamente imposible sentir que se había enamorado de alguien que ni siquiera conoce porque fue a primera vista y ya no lo podía sacar de su mente.

El..... Cada acontecimiento de nuestra vida tiene un objetivo o razón de ser!

Las cosas pasan por algo y en cada momento amargo hay una señal que te era más grande y más sabio; como en la mañana, cuando se descompuso el auto de Darío, camino al trabajo tomo su celular y llamo al trabajo avisando que había surgido un imprevisto y no llegaría a tiempo. Recordando que estaba a unas cuantas calles de un taller mecánico, en donde podía solucionar su problema, agobiado empezó a empujar su carro alejándolo del trafico.

Después camino por la calle buscando el taller, para poder solucionar su problema y poder seguir con su día como lo había pensado al despertar, antes del incidente con el auto Darío había pensado que este día seria como cualquier otro... porque no había tenido nada especial en aquella mañana de otoño. Las hojas caían graciosamente sobre el asfalto, unas niñas jugando con sogas en la banqueta del frente, los autos tranquilos por aquel vecindario, Darío se encontraba caminando, pensando en su problema, en cuanto ella(Leila) salió de una cafetería. El se quedo pensando que numerosas veces había pasado por ahí ya que quedaba de camino a su trabajo, pero nunca la había visto a esa chica; La chica que salía de aquel lugar capto la atención de él, le sonrió y siguió su camino.

El con la satisfacción la siguió con la mirada tratando de descubrir a donde se dirigía. Entro a la cafetería sentándose en uno de los sillones pensó; En su cabello castaño con una chispa de rojizo que se movía al ritmo de las hojas que revoloteaban mientras ella se peleaba con su abrigo que bailaba con el viento, nunca antes había visto a alguien igual, nunca la había visto a ella porque un rostro como el suyo no lo hubiera olvidado tan fácilmente. Sus profundos ojos lo hipnotizaron, el no podía responder estas preguntas ¿Quien era? ¿Cómo se llamaba? ¿Tendría Novio? ¿Qué le pasaba?. Curioso Darío se levanto rápidamente y salió de ahí para seguirla, Llegando hasta un enorme edificio que parecía ser una escuela de danza, el aguardo ahí hasta poder volver a verla. Después de dos horas de estarla esperando, por fin empezaron a salir las chicas de sus salones con sus valijas, el muy atento observaba a cada una de ellas pero ninguna era la chica que vio en la puerta giratoria. En ese momento por poco perdió la fe pero en eso salieron dos chiscas mas al último y una de ellas era Leila, él la observo sonriendo y quedándose tieso trato de hablarle pero era inútil pues tenía un nudo en la garganta, ella lo reconoció por su ojos de color y lo saludo. El un poco más tranquilo le contesto y le dijo: Hola, oye hoy en la mañana te vi en la cafetería cuando salías y se te callo esto; (entregándole la pañuelera roja) ella lo voltio a ver con una gran felicidad en su cara y dándole las gracias lo abrazo.

Él la invito a tomar un café preguntándole que si no tenía planes; ella le respondió que si estaba disponible y comenzaron a caminar hacia la salida. En el camino comenzaron a platicar de sus rutinas cotidianas y el de lo que le había pasado ese día en la mañana al llegar al café empiezan a platicar de sus vidas, después de los libros que les gustaban y de mochos temas más pues concordaban casi en todo y se entendieron muy bien, ya casi al final de su gran charla; ella le menciona que tiene poco tiempo de haber perdido a su padre y que iría a acampar a las montañas por qué es lo que hacía su padre y ella cada año en las vacaciones; El contestándole le da el pésame y le dice que si quiere él la puede acompañar pero ella triste le responde que no, que eso era algo que debía hacer sola. Pues ya empezó a oscurecer y ellos estaban tan ha gusto platicando que se les paso el tiempo volando, Leila se empezó a despedir, y Darío le pregunto que si la volvería a ver que no había terminado de hablar y que se sintió muy bien hablando con ella, Leila le contesto que si le parecía ella podía la el jueves de la próxima semana a las 8:00pm ahí mismo en la cafetería y que antes no

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