TE DOY MIS OJOS
TRINALUGO15 de Mayo de 2012
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Una historia de “amor”, miedo y sometimiento…
“La diferencia entre vivir desde el alma y vivir sólo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de percibir y aprender nuevas maneras, la tenacidad de atravesar senderos turbulentos y la paciencia de aprender el amor profundo con el tiempo”.
“La mejor tierra para sembrar y hacer crecer algo nuevo otra vez está en el fondo. En ese sentido, tocar fondo, aunque extremadamente doloroso, es también el terreno de siembra”.
De “Mujeres que Corren con los Lobos”
Clarissa Pinkola Estés
INTRODUCCIÓN
El Diccionario de la Real Academia Española explica que “violentar” es “la aplicación de medios sobre personas o cosas para vencer su resistencia”.
Se ha definido a la violencia como “el uso de una fuerza, abierta u oculta, con el fin de obtener de un individuo o de un grupo lo que no quieren consentir libremente”, y según el Consejo de Europa la violencia familiar es definida como “Toda acción u omisión cometida en el seno de la familia por uno de sus miembros, que menoscaba la vida o la integridad física o psicológica, o incluso la libertad de uno de sus integrantes, que causa un serio daño al desarrollo de su personalidad”.
Para que la conducta violenta sea posible tiene que darse un cierto desequilibrio de poder, que puede estar definido culturalmente o por el contexto, o producido por maniobras interpersonales de control de la relación.
Lo anterior, teniendo como base para la explicación de éste fenómeno desde la película española, "TE DOY MIS OJOS", es una obra con actuaciones que exponen una situación que se suscita en el contexto de una familia y cuya incidencia es transversal a todos los estratos socioeconómicos existentes en la comunidad humana.
Una mujer de nombre Pilar, llena de angustia, miedo y desesperación emprende una huida de su hogar en compañía de su hijo Juan, de ocho años de edad aproximadamente, quien sufre, mira y calla. Su vida matrimonial y familiar se había convertido en un calvario debido a la violencia física y psicológica ejercida, en forma permanente y sistemática, por su marido Antonio, quien, cada vez que la agrede, trata de reconquistarla, esta conducta, se convierte en un ciclo de la violencia que cada vez aumenta poniendo en peligro a todos los miembros de la familia.
El ciclo o círculo de la violencia tiene tres partes: la acumulación de tensión, la descarga, la luna de miel, en el proceso de la violencia es importante recordar que los ataques cada vez serán más frecuentes, cada vez serán más intensos y peligrosos, pero lo mas importante es tener en consideración que en este tema de la violencia todos y todas tenemos mucho que saber y aprender.
Todos y todas tenemos que denunciar, todos y todas tenemos que actuar.
Podemos afirmar que si bien a lo largo de la historia la familia ha sido concebida como lugar de refugio, remanso y bienestar para los sujetos que la componen; célula básica afectiva que moldea a los individuos, les otorga sentido de pertenencia y ayuda a formar la subjetividad y donde se aprende la reciprocidad social”, también es portadora de núcleos generadores de violencia y autoritarismo que atentan contra el ser humano y su dignidad.
I. LA VIOLENCIA FAMILIAR.
La Violencia Familiar es "toda conducta que, por acción u omisión, comete algún miembro de la familia contra otro abusando de su relación de poder, ya sea dentro del hogar o fuera de éste y que perjudique su bienestar, su integridad física o psicológica, su libertad y su derecho a un pleno desarrollo".
Los términos violencia familiar o violencia intrafamiliar, en sí comprenden la violencia entre todos los miembros de la familia. Con una importante presencia en Sudamérica, se vienen utilizando desde 1988 y 1993 para referirse a la violencia ejercida contra la mujer en el ámbito de la familia, y más concretamente de la pareja, debido a que frecuentemente la violencia ejercida en este ámbito va dirigida contra la mujer. Sería específica de estos casos, y referida a sucesos de violencia contra la mujer en este ámbito no debería ofrecer dudas. De igual modo, desde 1983 también se utiliza violencia doméstica ya que resulta común que la violencia contra la mujer aparezca en el ámbito doméstico, aunque, como Raquel Osborne expone en su libro Apuntes sobre violencia de género, oculta la causa y carácter de esta violencia. La violencia contra la mujer comienza en la infancia y es en la familia donde principalmente se ejerce esa violencia. La infancia es especialmente vulnerable a la violencia y la niña sufre un plus añadido por su condición femenina. A la ablación, generalizada en determinadas comunidades e ineludiblemente ligada al sexo femenino, el comercio sexual que puede arrancar ya en el seno de la familia con la venta de la niña, o el infanticidio y los abusos sexuales, más frecuentemente ligados al sexo femenino, se une una más estricta autoridad paterna, ejercida también por hermanos, y una educación discriminatoria que limita sus expectativas vitales.
El infanticidio femenino es habitual en determinadas culturas. En la India la proporción entre hombres y mujeres es la más desigual del mundo; en Pakistán y Bangladesh existen parecidos desequilibrios y en regiones de China el infanticidio femenino está generalizado. Una percepción de la mujer devaluada, costumbres discriminatorias, considerar la educación de las niñas como una carga y los deseos del padre de perpetuar el apellido mediante un varón serían las causas de estos infanticidios.
En algunas zonas de Pakistán –y también en el vecino Afganistán- el nacimiento de una niña va acompañado de ritos de duelo. En China, la imposición del hijo único en 1978, en un país con una marcada y ancestral preferencia por la descendencia masculina, multiplicó este tipo de infanticidios. En la actualidad, la posibilidad de detectar el sexo durante el embarazo ha venido a agravar el problema con abortos selectivos.
Más del 80% de las violaciones las perpetran miembros de la familia de la víctima, y mayoritariamente a edades muy tempranas, cuando esta no pasa de ser una niña. Padres, abuelos, tíos u otros adultos en los que ella confía pasan a ser sus agresores. Este es un problema mundial que en muchas ocasiones no trasciende más allá de los límites de la propia familia, la niña sufre la violencia en silencio, avergonzada y con sentimientos de culpa.
La venta de niñas sería otra violencia sufrida por la mujer en la infancia y en la familia. Estas ventas pueden tener diversas finalidades, pero el lucrativo negocio de la prostitución, las enfermizas inclinaciones sexuales de clientes, unido a la miseria en la que se ven sumidas muchas familias han extendido el comercio de niñas, menores de diez años en muchos casos, destinadas a la explotación sexual. Podríamos decir que es un problema limitado a determinados países no occidentales, pero es occidente desde donde parten los clientes en un «turismo sexual» que está adquiriendo auge. El llamado "turismo sexual", es una de las formas contemporáneas del saqueo al que viven sometidos los países pobres. […] Según la UNICEF, existen en torno a doscientos mil adeptos del turismo sexual (cuatro de cada diez turistas que visitan Tailandia lo hacen solos).
A estas violencias, aún habría que sumar otras muchas de menor carácter que irían desde un mayor autoritarismo paterno y familiar, a los matrimonios forzosos. La violencia ejercida contra la mujer, sea cual sea su naturaleza, tiene como marco preferente la familia.
La escalada de la violencia con el paso del tiempo, este ciclo se va cerrando más, el maltrato es más frecuente y severo y la víctima se encuentra con menos recursos psicológicos para salir de la situación de violencia.(...) La creencia, por parte de la víctima, de que debe potenciar con su conducta los aspectos positivos de su cónyuge tiene como consecuencia, en muchos casos, la adquisición de la responsabilidad de violencia, así como la aparición de sentimientos de culpabilidad y de baja autoestima cuando sus expectativas fracasan.
El arrepentimiento, habitualmente con promesa de cambio y, en ocasiones, acompañado de regalos. En esta tercera fase del proceso el agresor da muestras de afecto, idealizando la relación, tal como lo hace Antonio.
• CICLO DE LA VIOLENCIA
El fenómeno de la violencia se caracteriza por desarrollarse entorno a un ciclo. Leonor Walker en 1978, describió el carácter cíclico del fenómeno de la violencia e identificó tres fases o momentos:
• Fase I. Acumulación de Tensión
Esta fase se caracteriza por la sucesión de acontecimientos que incrementan la tensión, la hostilidad y ansiedad entre la pareja, variando en intensidad y frecuencia.
Se produce una dinámica marcada por la tolerancia al conflicto y la acumulación de tensiones resultantes de ellos. La duración de esta fase del ciclo es diferente en cada pareja y puede durar desde meses hasta pocas horas.
• Fase II. Del Episodio Agudo
Durante esta fase se produce la descarga incontrolada de las tensiones acumuladas durante la fase anterior. Esta descarga
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