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TECNICA DE ANALISIS LITERARIA


Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  788 Palabras (4 Páginas)  •  251 Visitas

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La capacidad de emoción poética está ligada, por una parte, a una experiencia muy específica de placer, y por otra, a una experiencia de conocimiento. La experiencia poética nos hace conocer cosas, de la naturaleza y del ser humano, de un modo distinto al de la ciencia y al de la pura información. Es un modo que involucra, en relaciones muy variables, el pensamiento racional, la emocionalidad y la imaginación sensorial. Por tanto, en la experiencia poética se movilizan e integran las principales líneas de fuerza del ser humano. Es la más integradora de todas las experiencias humanas, con la excepción de las grandes experiencias espirituales. Y curiosamente, las grandes experiencias espirituales suelen echar mano de la poesía en sus intentos de expresión. Es lo que más se acerca para expresar lo inexpresable.

Es así que debe preocuparnos que nuestros adolescentes y jóvenes estén cada día más lejos de la poesía. La falta de sensibilidad, de capacidad de percepción para la poesía, es la atrofia de una de las capacidades más sutiles, más refinadas, más elevadas del ser humano. El valor de esa capacidad se percibe mejor si nos concentramos en el tema del lenguaje. Es decir, en la poesía hecha con las palabras.

Si el lenguaje verbal es la más compleja de todas las elaboraciones de la naturaleza, qué diremos del lenguaje poético. Hay una distancia astronómica entre un uso verbal puramente operativo, o de pura información factual, y un uso verbal poético, cuyos sonidos e imágenes crean un sutil y amplio espectro de apropiaciones y construcciones de sentido, movilizando la emotividad e involucrando un placer sui generis, el placer estético.

A los niños les gusta la poesía, pues está asociada a sus primeras formas de acercarse al lenguaje, a su capacidad de jugar con la palabra, su rima y ritmo. Pero desafortunadamente, nuestra educación tradicional ha despojado a la poesía de su encanto y sus posibilidades pedagógicas más ricas y creativas. La auténtica poesía para niños no es una poesía fácil, llena de cursilerías y didactismos, sino esencialmente poesía. Reducir la vivencia poética a una enumeración de virtudes, exaltación patriótica o enseñanza de temas escolares es desvirtuar la esencia poética, convertirla, como nos dice Gabriela Mistral, “en un absurdo, que podríamos llamar balbuceos de docentes”. El buen gusto de los niños hacia la poesía se forma paso a paso, si tienen reiteradas experiencias con buena poesía. Esto presupone que somos los adultos quienes debemos conocer primero cuál es la buena poesía para los niños y, en consecuencia, distinguir las características que debe reunir dicha poesía. En nuestros días, es urgente conseguir que la poesía se instale nuevamente en la escuela. Junto con el canto, la lectura de poemas, debe retomar nueva fuerza, pues poco a poco ha ido desapareciendo del ámbito escolar. Y con ello se ha ido privando a los niños de experiencias en extremo generosas para su formación. Esta reincorporación de la poesía en el trabajo escolar no sólo debe tener la forma de lectura, sino de múltiples actividades en torno al texto poético. Como en todos los campos, el maestro tiene un papel importante en la formación de los niños para la apreciación de la poesía. Su labor comienza con la selección cuidadosa de los poemas, pero no termina allí.

La poesía infantil por su propia naturaleza está relacionada con otras manifestaciones y actividades artísticas más complejas. Por ejemplo, se conecta con la música y el ritmo; con el teatro y la escenificación. Por lo tanto el objeto principal de la poesía infantil es ser un elemento lúdico que favorece el desarrollo de la psicomotricidad.

Cuando pensamos en poesía infantil y en desarrollo psicomotor, inmediatamente nos trasladamos a un mundo lleno de imaginación, de armonía, de musicalidad, de expresión corporal y dinamismo.

El desarrollo infantil se caracteriza por la progresiva adquisición de funciones tan importantes como el control postural, la autonomía de desplazamiento, la comunicación, el lenguaje verbal y la interacción social. Esta evolución es el fruto de factores genéticos y ambientales; pero estos últimos van a modular e incluso a determinar la posibilidad de expresión o de latencia de algunas de las características genéticas. Y es que el desarrollo infantil es un proceso dinámico, sumamente complejo, que se sustenta en la evolución biológica, psicológica y social.

Los primeros años de la vida constituyen una etapa de la existencia especialmente crítica ya que en ella se van a configurar las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas, afectivas y sociales que posibilitarán una equilibrada interacción con el mundo circundante. Desde esta perspectiva, la poesía infantil se constituye en un recurso valioso porque puede ayudar tanto a los niños cuya evolución se realice de forma normalizada como a los que presenten algún tipo de deficiencia en su desarrollo.

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