ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

TP. Fabrica IMPA ENSAYO

sachaantonellaTrabajo15 de Noviembre de 2015

4.295 Palabras (18 Páginas)191 Visitas

Página 1 de 18

TRABAJO PRACTICO: Investigación sobre la fábrica IMPA.

ALUMNOS: Cristian Mendoza, Solange Tena, Antonella Díaz.

MATERIA: Metodología de la Investigación.

PROFESORES: Fernando lázaro y Ezequiel Alfieri.

CURSO: Tercero.

TURNO: Tarde.

AÑO: 2010

A modo de introducción investigamos, como cambia la relación del trabajo dentro de una fábrica, luego de un proceso donde se pasa de ser una fabrica con patrón, a ser una recuperada. Nos interesa investigar esta modificación ya que rompe con lo impuesto por el sistema capitalista de proteger la propiedad privada y los medios de producción.

Centrándonos en la fábrica recuperada, industrias metalúrgicas y plásticas argentinas (IMPA) se observa las modificaciones que aparecen en la misma y en la relación entre sus trabajadores, entonces partimos de las siguientes preguntas, ¿Se benefician los trabajadores con esta nueva forma de trabajo? ¿Qué cambios surgen en la relación de los trabajadores? ¿La fábrica sufre algún cambio? ¿Se desprestigia la fábrica al ser una recuperada?.

Nuestro objeto de estudio es la fabrica recuperada IMPA, con esto nos centralizamos en el cambio que se produce en la relación social que se mantiene entre los trabajadores y como se organizan luego de la toma.

La metodología que utilizamos es la etnográfica, para poder contextualizarnos sobre el lugar que vamos a investigar. También nos basamos en el sistema cualitativo que nos muestra una realidad dinámica con datos “ricos y profundos”. Usamos el sistema cuantitativo ya que nos daba una realidad estática y generalizable.

Un poco de historia...

El fenómeno de recuperación de empresas en Argentina se enmarca dentro de los nuevos movimientos sociales de resistencia al modelo neoliberal vigente. Piqueteros, movimiento de desocupados, asambleas barriales, se suman y solidarizan mutuamente constituyendo el tejido asociativo de resistencia y lucha en una Argentina que ha sido devastada sistemáticamente desde hace ya tres décadas Ocupar, resistir, producir es la voz reivindicativa del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, voz que hoy se alza a más de 190 empresas.

Si bien existen antecedentes históricos locales e internacionales, este modo de lucha es inédita, ya que se genera desde un accionar impulsado desde prácticas sociales distante de todo poder económico político. Muy por el contrario la recuperación de empresas y fábricas se generan desde lo que ha excluido, marginado el poder en sus distintas dimensiones. Son los trabajadores que, despojados de sus puestos de trabajo, emprenden la lucha de recuperación cuando la patronal deja de pagar sueldos, o abandona las fábricas cuando éstas no ofrecen la rentabilidad ambiciosa que caracterizó la lógica del empresario en la década de los 90.

La estrategia es tan simple y clara que hasta los propios trabajadores se asombran de su accionar cuando reflexionan acerca de lo transitado: recuperar las fuentes de trabajo, algo tan normal, como el derecho a trabajar hoy deviene en bandera de lucha frente a la lógica perversa de un capitalismo a ultranza. Los instrumentos que se han implementado para concretizar las luchas en los diferentes frentes: jurídico, económico, político y social ha sido el de constituirse en cooperativas.

La cooperativa es la forma asociativa y legal que han adoptado para enfrentar al estado y al sistema jurídico, ante la amenaza y decisión de quiebra de las fábricas por parte del juez/a competente, la posibilidad que se abre en ella es la de ser cedida a los trabajadores. Por supuesto que esta decisión pertenece a un juez/a y sólo gracias a la presión tenaz de los trabajadores, apoyo de asambleas barriales, comunidades, MTD, diputados y alguna que otra repercusión mediática se ha logrado la recuperación de las diferentes empresas.

En todos los casos la forma organizativa es la representación directa y soberana asamblearia, en donde la horizontalidad es el motor organizativo. Que los medios de producción pasen a manos de los trabajadores que significa una cultura del trabajo distinta a toda experiencia anterior vivida por los compañeros. La lógica es otra, la autogestión, con su poder en la toma de decisiones, se contrapone a responsabilidades que antes sólo le competían a los dueños de las unidades productivas, la igualdad en los ingresos, de todos los trabajadores, deja atrás los salarios según escala jerárquica, la solidaridad da la espalda a la competencia.

En el espacio físico de la fábrica opera también otra transformación en el plano simbólico (MNER). La fábrica es recuperada para abrirse al afuera. La comunidad la hace propia desde distintos lugares: el conflicto deja de ser exclusivo de los trabajadores y se convierte en una realidad a reivindicar por el barrio, pueblo o comunidad. La fábrica abre sus puertas para convivir en ella, expresiones artísticas, centros culturales, centros de formación, de educación formal (bachillerato para jóvenes y adultos), atención sanitaria. La fábrica pasa así a convertirse de un espacio privado a un espacio público.

Cada compañero/a que hoy ha recuperado su puesto de trabajo con esta modalidad ha vivenciado en su subjetividad procesos de recuperación en todos los sentidos posibles: recuperación de la autoestima frente al peligro de engrosar las filas de desocupados, recuperación del sentimiento de compañerismo y solidaridad frente al auge del individualismo exacerbado de la década menemista, y sobre todo un sentimiento de triunfo que se concientiza ante cada pequeño paso logrado.

Es importante registrar, que si bien existen líderes naturales que provienen de una historia de lucha sindical, la mayoría de los compañeros de las empresas recuperadas no poseen experiencias anteriores de luchas reivindicativas. Enfrentarse por tanto a situaciones de ocupación y resistencia de fábricas los ha llevado a aprendizajes nunca imaginados en su historia subjetiva.

Vayamos a IMPA

Esta es una empresa argentina que produce aluminio y plásticos, fue fundada en 1918 con capitales nacionales, sus instalaciones se hallaban en Quilmes ciudadela y Almagro. Durante el gobierno de Perón, en 1947, se creó DINIE, un grupo de fábricas industriales que pasaron a ser dirigidos por el estado nacional. IMPA integro este grupo incorporándose en 1948.

Al calor del cambio político bajo el gobierno de frondizi en 1961 las instalaciones de Quilmes y ciudadela se desvinculan constituyéndose como cooperativas de trabajo. Solo la ubicada en querandíes al 4200, en el barrio de Almagro, contaba entonces con 400 asociados de los cuales 43 integraban la comisión directiva, quien lejos de representar a la mayoría de los trabajadores se comportaban como si la misma fuera una sociedad anónima.

Durante esos años IMPA fue líder en el mercado y presidio la cámara de la industria del aluminio en argentina. A principios de los años 90 durante el gobierno neoliberal de Menem, IMPA al igual que otras empresas sufre un proceso de vaciamiento (que consiste en el desmantelamiento de maquinarias, endeudamiento ilimitado y reducción de los asociados, como también de los retiros e indemnizaciones que los mismos obtenían.). A principios de 1998 los asociados percibieron tan solo $2 semanales, lo cual impulso en cierta medida el accionar posterior de “ocupar la empresa”.

La dirección de ese entonces preparaba una “estafa” que consistía en llevar la cooperativa a una convocatoria de acreedores, dejar que la misma quebrara y poder conformar a IMPA como una sociedad anónima, la cual solo absorbería los sectores más rentables, con el consecuente despido de una gran cantidad de trabajadores sin ninguna indemnización.

En un contexto de desamparo gubernamental sindical y jurídico los trabajadores de IMPA junto a diferentes militantes políticos sociales deciden en una asamblea conjunta integrada por más de 150 asociados, expulsar a la comisión directiva e ingresar a la empresa para poder de esta manera conservar los puestos de trabajo custodiar las maquinarias y evitar que las mismas fueran desarmadas y se concretara así el vaciamiento definitivo de la cooperativa.

Se inicia la producción y para concretarlo, los trabajadores de IMPA tienen que responder por una deuda que contrajo la dirección anterior y de la cual pagaron hasta hoy más de un 50% equivalente a $ 4.000.000. En ese primer momento se decide iniciar la producción si materia prima, con los servicios de luz gas y agua. Solo se tenía coraje, rabia y la decisión de cambiar la historia. Fue Guillermo robledo quien mediante un préstamo personal obtenido de su padre, otorgó dicho capital para la compra de la primera tonelada de aluminio. Con las condiciones descriptas anteriormente la fábrica empezó a funcionar hasta que en abril de 2008, 2 acreedores deciden iniciar acciones legales contra la cooperativa argumentando la falta de voluntad de pago lo cual es totalmente falso.

No obstante el juez Héctor Hugo Vítale decide declarar la quiebra y el desalojo de la empresa empeorando la situación, generalmente cuando las empresas son ocupadas, los trabajadores piden la quiebra de la misma, lo cual les permite demandar la aplicación de la ley de expropiación. Esa ley permite a los trabajadores conservar los puestos de trabajo, las instalaciones y las maquinarias dentro del marco legal. En abril de 2008, los 85 trabajadores de IMPA en articulación con otros trabajadores, vecinos y movimientos sociales, “ocupan” la planta continuando con la producción.

Actualmente…

En la fabrica solo está en funcionamiento uno de los sectores de producción

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (26 Kb) pdf (73 Kb) docx (22 Kb)
Leer 17 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com