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Tecnológico Autónomo de México


Enviado por   •  31 de Julio de 2014  •  Tesinas  •  2.465 Palabras (10 Páginas)  •  161 Visitas

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Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y la Fundación Ford para México y Centroamé-rica, hicieron posible extender el alcance del estudio y nos ofreció la oportunidad de indagar en la historia de los procesos políticos que conformaron los regímenes de gobierno actuales en Cuba y Venezuela, tratando de entender las razones de los procesos de colaboración que hoy se han convenido entre ambos países, siendo que en el pasado tales relaciones se caracterizaron mayormente por su antagonismo y conflictividad. Sabemos, al igual que muchas otras personas, que ni la salud ni la medicina están exentas de un marcado carácter político pero, tanto la experiencia cubana desde hace años, como la venezolana relativamente reciente, han puesto de manifiesto que no sólo se trata de lograr objetivos políticos en los países, sino de obtener la oportunidad de plantearse proyectos más ambiciosos, en una coyuntura de crisis del sistema-mundo y de las profundas incertidumbres que ella genera. La labor ha continuado y, a partir de un informe general que tuvimos la oportunidad de presentar y discutir en México, los acontecimientos recientes de la política venezolana nos han llevado a profundizar un poco más en el tema del impacto y de sus significados, tanto sanitarios como políticos, sobre todo porque acerca de estos temas, casi nada se ha difundido. Debo decir que lo que aquí se presenta forma parte de un proyecto mayor que compara el desempeño de diferentes sistemas de salud en el mundo.

A la hora de someter este trabajo al juicio de quienes tengan a bien leerlo, no queremos dejar escapar la oportunidad para hacer un reconocimiento a todas y todos quienes nos apoyaron en este quehacer. En primer lugar, nuestro agradecimiento a Yolanda D’Elia, responsable del trabajo de campo; a los Dres. Thais Maingón y Carlos Walter del CENDES por sus observaciones y comentarios; a mi asistente de investigación en el ITAM, Vicky Hernández, por su entusiasmo contagiante y su espíritu de trabajo; al personal administrativo del CEPI por su apoyo y, especialmente a la Sra. Rosa Martha Cosio, quien alegró cada mañana de trabajo con su dulzura y amabilidad y, muy especialmente a dos grandes personas: a un querido maestro en el campo de las Políticas de Salud, el Dr. Roberto Capote Mir, por sus aceradas críticas, su espíritu indomablemente científico y su solidaridad humana y a mi entrañable compañero y amigo de toda la vida Mario Bronfman y a su familia quienes, una vez más, me brindaron su calor y su apoyo durante mi estancia en ese maravilloso país que es México.

México D.F., junio de 2006

Caracas, mayo de 2008

PREFACIO

“Para aplacar pueblos primitivos y suspicaces,

la medicina ha demostrado ser más eficaz que las ametralladoras”

Richard Brown: The Rockefeller Medicine Men

No solamente Brown en esta notable obra ha reseñado esta opinión del Jefe de la Misión Norteamericana en las Filipinas en los años 40, sino que ya lo había hecho Virchow cuando se refería a esta profesión y a las disciplinas científicas a ella asociadas. Es que, al igual que con cualquiera de las decisiones clave que un gobierno o Estado deba tomar, las referidas a la salud de la población tienen un lugar muy especial, en la medida en que tales decisiones afectan esferas muy diversas de las sociedades humanas: desde lo financiero, hasta lo más puramente espiritual.

Sin embargo, y a pesar de esta enorme importancia, la medicina como oficio ha ido per-diendo su relativa posición de privilegio mantenida con base en la imagen cuasi-religiosa que se ha propagado de esta profesión y de sus “sacerdotes” y, paradójicamente, ha ido adquiriendo un carácter más abiertamente político. Este proceso tiene que ver, quizá, con la creciente difusión de conocimientos sobre la salud y la enfermedad que, además de los médicos mismos, se ha hecho a través de numerosos medios de comunicación masivos durante mucho tiempo y en las últimas tres décadas, en internet. Pero también se me antoja verlo vinculado a las crisis de poder en las sociedades occidentales y especialmente a la crisis de la hegemonía norteamericana en el mundo, sobre todo después de la guerra del Vietnam. Los poderes hegemónicos mundiales están en crisis y el poder médico sobre la salud no debería ser ajeno a ella. Muchas obras se han escrito en torno a este tema pero nuestra favorita—que como es lógico es aquella en la cual pusimos algo nuestro- pone de manifiesto que esta forma de ejercer el poder es compleja y requiere de un análisis minucioso puesto que se manifiesta, al menos, en tres ámbitos: lo administrativo, lo técnico y lo político, propiamente dicho. En todo caso –discusiones de este tipo aparte por ahora- la salud he llegado a ser un tema muy vinculado al poder político en las sociedades y ello ha resultado mucho más evidente en las últimas décadas del siglo pasado y en lo que va de éste.

Hay, sin embargo, una notable diferencia cuando se examinan las prioridades, tanto del gobierno como de la población, en relación con la salud. Mientras en sociedades como la inglesa el Servicio Nacional de Salud llega a ser una esfera de compromiso y supervisión permanente por parte de la sociedad, en muchos países de América Latina, apenas si aparece en la agenda de los gobiernos. Otras son las prioridades. Muchas veces las condiciones de vida miserables privan sobre el ejercicio de los derechos ciudadanos y se entrega la vida por mendrugos y, en el peor de los casos, se mata por ellos. Pero una cosa es ver el problema desde la óptica del usuario y otra muy diferente, observarla desde la mirada de quien ejerce el poder. Cuando quien domina redescubre los vínculos entre poder y salud, las cosas cambian. Por ello, aunque nos sintamos tentados a hacer análisis cuantitativos sistemáticos y rigurosos de los problemas y las políticas de salud, no podemos dejar de lado en ningún momento, el significado e impacto político que la salud, su cuidado y la organización en que se sustenta, tienen como elementos que apuntalan el logro, conservación y crecimiento del poder. Cuando hablamos de poder nos referimos al poder político, obviamente, es decir, en su sentido más simple, a la capacidad de que los demás hagan lo que alguien desea que hagan. Felices quienes manejan el idioma de Shakespeare, en el cual la distinción entre policy y politics simplifica la discusión de este tema pues en el campo sanitario permite separar analíticamente lo técnico de lo político propiamente dicho. Para nosotros cada vez más la política de salud

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