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Tener O Ser De Erich Fromm

josepalmas19 de Agosto de 2013

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LA DIFERENCIA ENTRE TENER Y SER

Erich Fromm

UNA PRIMERA OJEADA

LA IMPORTANCIA DE LA DIFERENCIA ENTRE TENER Y SER

LA ALTERNATIVA entre tener que se opone a ser, no atrae al sentido común. Parece que tener es una función normal de la vida: para vivir, debemos tener cosas. Además, debemos tenerlas para gozarlas. En una cultura cuya meta suprema es tener (cada vez más), y en la que se puede decir de alguien que "vale un millón de dólares", ¿Cómo puede haber una alternativa entre tener y ser? Al contrario, parece que la misma esencia de ser consiste en tener; y si el individuo no tiene nada, no es nadie.

Sin embargo, los grandes Maestros de la Vida han considerado la alternativa entre tener y ser como el punto más importante de sus respectivos sistemas. Buda enseña que para alcanzar la etapa más elevada del desarrollo humano, no debemos anhelar posesiones. Jesucristo enseña: "Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá; y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, éste la salvará. Porque ¿qué aprovecha al hombre, si se granjeare todo el mundo, y se pierda él a sí mismo, o corra peligro de sí?"

(San Lucas 9:24-25) El Maestro Eckhart enseñó que no tener nada y permanecer abierto y "vacío", no permitir al ego ser un estorbo en nuestro camino, es la condición para lograr salud y fuerza espiritual. Marx enseñó que el lujo es un defecto, tanto como la pobreza, y que nuestra meta debe consistir en ser mucho, y no en tener mucho. (Me refiero aquí al verdadero Marx, al humanista radical, y no a la falsificación vulgar que presenta el comunismo soviético.)

Durante muchos años he estado profundamente impresionado por esta distinción, y he buscado su base empírica estudiando concretamente individuos y grupos, mediante el método psicoanalítico. Lo que he observado me lleva a concluir que esta distinción, junnto con la del amor a la vida y el amor a la muerte, representa el problema más crucial de la existencia. Los datos empíricos, antropológicos y psicoanalíticos, tienden a demostrar que tener y ser son dos modos fundamentales de la experiencia, las fuerzas que determinan la diferencia entre los caracteres de los individuos y los diversos tipos de caracteres sociales.

EJEMPLOS EN VARIAS EXPRESIONES POÉTICAS

Como introducción para comprender la diferencia entre los modos de tener y ser de la existencia, usaré como ejemplos dos poemas de contenido similar que el extinto D.T. Suzuki cita en Lectures on Zen Buddhism. Uno es el haikai del poeta japonés Basho (1644. 1694); el otro poema es de un poeta inglés del siglo XIX, Tennyson. Cada poeta describe una experiencia similar: su reacción ante una flor que ve durante un paseo. El verso de Tennyson dice así:

Flor en el muro agrietado,

te corté de las grietas.

Te tomo, con raíces y todo, en mi mano.

Florecilla... si yo pudiera comprender

lo que eres, con raíces y todo lo demás,

sabría qué es Dios y qué es el hombre.

Traducido al español, el haikai de Basho dice más o menos así:

Cuando miro atentamente

¡veo florecer la nazuna

en la cerca!

La diferencia es notable. Tennyson reacciona ante la flor con el deseo de tenerla. La "corta" con "raíces y todo". Termina haciendo una especulación intelectual sobre la posible utilidad de la flor para comprender la naturaleza de Dios y del hombre, pero la flor muere como resultado de su interés por ella. Tennyson, como lo vemos en su poema, puede compararse con el científico occidental que busca la verdad desmembrando la vida.

La reacción de Basho ante la flor es enteramente distinta. No desea arrancarla, ni aun tocarla. Sólo "la mira atentamente" para "verla". Ésta es la descripción de Suzuki:

Es probable que Basho paseara por una vereda en el campo cuando advirtió algo casi escondido en una cerca. Al aproximarse más, miró atentamente, y descubrió que sólo era una minúscula planta silvestre, generalmente no advertida por los transeúntes. Es un hecho sencillo, descrito en el poema, y el sentimiento específicamente poético sólo se expresa, quizás, en las dos últimas sílabas con lo que en japonés se denomina kana. Esta partícula, frecuentemente vinculada con el nombre, con el adjetivo o con el adverbio, expresa cierto sentimiento de admiración o elogio, o tristeza o alegría, y a veces puede traducirse apropiadamente con los signos de admiración. Este haikai termina con este signo.

Parece que Tennyson, en cambio, necesitaba poseer la flor para comprender a la gente y a la naturaleza, y al tenerla, mató a la flor. Basho deseaba ver, y no sólo observar la flor, sino identifiicarse con ésta y permitirle vivir. La diferencia entre Tennyson y Basho queda plenamente explicada en este poema de Goethe:

Descubrimiento

Me paseaba por el bosque

completamente solo,

y no pensaba

buscar nada.

Vi en la sombra

una florecilla

brillante como las estrellas,

como unos bellos ojos.

Sentí deseo de cortada,

pero me dijo suavemente:

¿deseas que se marchite

y muera?

La tomé

con raíces y todo

y la llevé al jardín

de una bella casa,

y la planté de nuevo

en un lugar tranquilo

donde ahora ha crecido

y florece.

Caminando sin ningún propósito, Goethe se siente atraído por una florecilla brillante. Siente el mismo impulso que Tennyson: cortarla, pero a diferencia de Tennyson, Goethe advierte que esto significaría matarla. Para Goethe, la flor está tan viva que le habla; y resuelve el problema en forma diferente de Tennyson o Basho. Toma la flor "con raíces y todo" y la planta de nuevo, para no matarla. Goethe se encuentra, por decirlo así, entre Tennyson y Basho. Para él, en el momento crucial, la fuerza de la vida resulta más poderosa que la fuerza de la pura curiosidad intelectual.

Huelga decir que en este bello poema Goethe expresa el meollo de su concepto de investigación de la naturaleza.

La relación de Tennyson con la flor es según el modo de tener o poseer: no una posesión material, sino del conocimiento. La relación de Basho y de Goethe con la flor es según el modo de ser, el modo de existencia en que no se tiene nada ni se anhela tener algo, sino que se goza empleando productivamente las facultades, identificándose con el mundo.

Goethe, el gran amante de la vida, uno de los más notables enemigos del desmembramiento humano y de la mecanización, en muchos poemas expresó el modo de ser, opuesto al de tener. Su Fausto es una descripción dramática del conflicto entre ser y tener (esto último representado por Mefistófeles), y en el siguiente poema breve expresa la cualidad de ser con la mayor simplicidad:

La propiedad

Sé que nada me pertenece

sino el pensamiento

que sin grilletes

fluye de mi alma,

y todo momento favorable

que el destino clemente

me permite gozar profundamente.

La diferencia entre ser y tener no es esencialmente la misma que hay entre Oriente y Occidente. La diferencia está, antes bien, entre una sociedad interesada principalmente en las personas, y otra interesada en las cosas. La orientación de tener, es característica de la sociedad industrial occidental, en que el afán de lucro, fama y poder se han convertido en el problema dominante de la vida. Las sociedades menos enajenadas (como la sociedad medieval. los indios zuni, las sociedades tribales africanas que no se han visto afectadas por la idea del "progreso" moderno) tienen sus propios Bashos. Quizá después de unas cuantas décadas de industrialización, los japoneses producirán un Tennyson. No es que el Hombre occidental no pueda comprender plenamente los sistemas orientales, como el budismo zen (como creía Jung), sino que el Hombre moderno no puede comprender el espíritu de una sociedad que no está centrada en la propiedad y en la codicia. Desde luego, los escritos del Maestro Eckhart (tan difíciles de comprender como los de Basho o el zen) y de Buda sólo son dos dialectos del mismo idioma.

LOS CONCEPTOS FILOSÓFICOS DE SER

La discusión del concepto de ser resulta más complicada, porque "ser" ha sido tema de miles de libros filosóficos, y "¿qué es ser?" ha sido una de las preguntas críticas de la filosofía occidental. El concepto de ser se tratará aquí desde el punto de vista antropológico y psicológico, pero la discusión filosófica, desde luego, también se relaciona con el problema antropológico. Como hasta una breve presentación del desarrollo del concepto de ser en la historia de la filosofía, desde los presocráticos hasta la filosofía moderna, rebasaría los límites de este libro, sólo mencionaré un punto crítico: el concepto de proceso, actividad)' movimiento como elemento de ser. Como ha señalado George Simmel, la idea de ser implica un cambio, significa devenir, y tiene sus dos representantes más grandes y más fines en, el inicio y en el cenit de la filosofía occidental: en Heráclito y en Hegel.

Afirmar que ser constituye una sustancia permanente, intemporal e inmutable, y que es lo opuesto a devenir, como lo expresaron Parménides, Platón y los escolásticos

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