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Tengo Mucho Sueño


Enviado por   •  19 de Abril de 2015  •  3.215 Palabras (13 Páginas)  •  201 Visitas

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CENTRO DE ESTUDIOS

DE EDUCACIÓN

DEJO UN MUNDO PEOR QUE EL QUE ENCONTRÉ

PSIC. G. HUGO ZARAGOZA VILLARAUZ

Un alumno de segundo semestre que llevaba arrastrando una materia de

primero y que se hallaba en su última oportunidad vino a mí la semana pasada

y me comentó que acababa de acreditar matemáticas I; y que por ende podría

ya inscribirse en el siguiente semestre. Se hallaba muy contento porque estuvo

a punto de perder un año completo de estudios y de meterse en serios

problemas en su casa.

Le pregunté cómo le había hecho, de qué manera se había preparado para

acreditar la materia que es el terror de casi todo el alumnado. Me contestó que

no había estudiado, que simplemente este examen había sido de paréntesis y

no con problemas abiertos y había tenido el tino de darle a las respuestas

suficientes para obtener el mínimo de acreditado, el seis.

Indudablemente que mi alumno había acreditado, sus números ahora le

permitían seguir en su proceso de obtener un grado de bachillerato técnico,

pero hasta qué punto podría yo pensar que esta siendo capacitado, informado,

lleno de conocimientos, sin olvidar, educado.

La escuela es la institución por excelencia donde ponemos la confianza en que

recibiremos, sino educación, al menos herramientas para enfrentarnos a la

vida. Pero hasta que punto esta institución se encarga de lograrlo. Hasta que

punto, es coparticipe de los vicios que obtenemos en el proceso de adquisición

de conocimientos. Como podríamos hablar de educación en el binomio

enseñanza-aprendizaje, si la escuela y sus docentes se hallan más

preocupados en etiquetar “acreditados, desacreditados”, buenos estudiantes

los de diez, malos estudiantes los de cinco. Muchas de las veces las notas de

un estudiante no hablan por sí mismas del aprendizaje que adquirió a lo largo

de un semestre, ni mucho menos de la educación que procesó en su persona.

Aunado a esto es que me pregunto, ¿cómo educar en un tiempo en que todos

creen que dan educación? Si asisto a clases el docente en turno cree que me

esta brindando educación; si me quedó en casa y obedezco lo que mis padres

me dicen, creen que estoy siendo educado; si voy por las calles y una persona

me detiene y me pregunta ¿dónde está la calle de tal? Y yo le contestó

asertivamente piensa que soy educado; y lo mismo, si en el autobús cedo mi

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lugar a una anciana que apenas puede caminar me llaman educado. Si no

pusiese atención en clase, si no hiciera caso a mis padres o si no le informara a

algún transeúnte que me preguntase donde queda aquella calle o no cediese

mi asiento a la anciana que esta a punto de caer, entonces sería “mal

Pero, ¿qué es educación?, ¿por qué todos creen que aportan educación en mi

vida?, y el último de los casos ¿para qué me sirve a mi ser educado si

finalmente la única meta que tengo en mi vida es ser feliz?, y ésta meta no

requiere necesariamente ser educado. ¿O sí?

Habría que definir propiamente dos puntos: qué es la educación y qué es la

Edgar Morin (2002) expone: “La educación debe favorecer la aptitud natural

del pensamiento para plantear y resolver los problemas y, correlativamente,

estimular el pleno empleo de la inteligencia general”; y agrega: “el buen uso de

la inteligencia general es necesario en la cultura científica y, por supuesto, en la

vida, en todos estos campos habría que subrayar el “buen pensar” que de

ningún modo conduce a convertirse en un buen pensante”. Además nos aclara:

“Como decía de manera excelente Durkheim, el objeto de la educación no es

darle al alumno cada vez mayor cantidad de conocimiento sino constituir en él

un estado interior y profundo, una especia de polaridad del alma que lo oriente

en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida”.

Es decir que aunque la educación se encuentra ligada al conocimiento, ésta

debe volverse inherente de la persona que la recibe, con el fin de que le de un

sentido en su propia vida. Pero entonces, como un acto cognoscitivo como

este, tan propio y personal “debe y tiene que” adquirirse en todo momento.

Yo considero que esto no tiene por que ser así; por supuesto lo más factible

sería intentar que cada acto o cada hecho de nuestras vidas sea significativo y

del que podamos adquirir un conocimiento que se volcara en educación, pero

no siempre es así. Estamos tan expuestos a tanta información, a tantos

eventos y a un mundo tan globalizado lleno de Internet, telecomunicaciones,

radio, prensa, Twister, youtube, blogspot, que es casi imposible que lo

vertamos en verdadero conocimiento; la mayoría de él no pasará de ser sólo

información, muchas veces fría y vacía.

Morin (2002) ahonda citando a Eliot: “¿Cuál es el conocimiento que perdemos

en la información, cuál es la sabiduría que perdemos en el conocimiento? En la

educación se trata de transformar la información en conocimientos, de

transformar el conocimiento en sapiencia”.

Nuestros estados intentan que en las escuelas exista esta adquisición de

conocimientos y su transformación en sapiencia (educación). Cada país

organiza su nivel de estudios y dispone a los jóvenes para adquirir educación.

Sin embargo, Edgar Morin (2002), también toca este punto, exponiendo: “hoy,

los problemas de la educación tienden a reducirse en términos cuantitativos

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“más créditos”, “más docentes”, “menos restricciones”, “menos materias en el

programa”, “menos carga”.

Se

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