Tengo Mucho Sueño
mary_reyes19 de Abril de 2015
3.215 Palabras (13 Páginas)238 Visitas
CENTRO DE ESTUDIOS
DE EDUCACIÓN
DEJO UN MUNDO PEOR QUE EL QUE ENCONTRÉ
PSIC. G. HUGO ZARAGOZA VILLARAUZ
Un alumno de segundo semestre que llevaba arrastrando una materia de
primero y que se hallaba en su última oportunidad vino a mí la semana pasada
y me comentó que acababa de acreditar matemáticas I; y que por ende podría
ya inscribirse en el siguiente semestre. Se hallaba muy contento porque estuvo
a punto de perder un año completo de estudios y de meterse en serios
problemas en su casa.
Le pregunté cómo le había hecho, de qué manera se había preparado para
acreditar la materia que es el terror de casi todo el alumnado. Me contestó que
no había estudiado, que simplemente este examen había sido de paréntesis y
no con problemas abiertos y había tenido el tino de darle a las respuestas
suficientes para obtener el mínimo de acreditado, el seis.
Indudablemente que mi alumno había acreditado, sus números ahora le
permitían seguir en su proceso de obtener un grado de bachillerato técnico,
pero hasta qué punto podría yo pensar que esta siendo capacitado, informado,
lleno de conocimientos, sin olvidar, educado.
La escuela es la institución por excelencia donde ponemos la confianza en que
recibiremos, sino educación, al menos herramientas para enfrentarnos a la
vida. Pero hasta que punto esta institución se encarga de lograrlo. Hasta que
punto, es coparticipe de los vicios que obtenemos en el proceso de adquisición
de conocimientos. Como podríamos hablar de educación en el binomio
enseñanza-aprendizaje, si la escuela y sus docentes se hallan más
preocupados en etiquetar “acreditados, desacreditados”, buenos estudiantes
los de diez, malos estudiantes los de cinco. Muchas de las veces las notas de
un estudiante no hablan por sí mismas del aprendizaje que adquirió a lo largo
de un semestre, ni mucho menos de la educación que procesó en su persona.
Aunado a esto es que me pregunto, ¿cómo educar en un tiempo en que todos
creen que dan educación? Si asisto a clases el docente en turno cree que me
esta brindando educación; si me quedó en casa y obedezco lo que mis padres
me dicen, creen que estoy siendo educado; si voy por las calles y una persona
me detiene y me pregunta ¿dónde está la calle de tal? Y yo le contestó
asertivamente piensa que soy educado; y lo mismo, si en el autobús cedo mi
- 1 -
lugar a una anciana que apenas puede caminar me llaman educado. Si no
pusiese atención en clase, si no hiciera caso a mis padres o si no le informara a
algún transeúnte que me preguntase donde queda aquella calle o no cediese
mi asiento a la anciana que esta a punto de caer, entonces sería “mal
Pero, ¿qué es educación?, ¿por qué todos creen que aportan educación en mi
vida?, y el último de los casos ¿para qué me sirve a mi ser educado si
finalmente la única meta que tengo en mi vida es ser feliz?, y ésta meta no
requiere necesariamente ser educado. ¿O sí?
Habría que definir propiamente dos puntos: qué es la educación y qué es la
Edgar Morin (2002) expone: “La educación debe favorecer la aptitud natural
del pensamiento para plantear y resolver los problemas y, correlativamente,
estimular el pleno empleo de la inteligencia general”; y agrega: “el buen uso de
la inteligencia general es necesario en la cultura científica y, por supuesto, en la
vida, en todos estos campos habría que subrayar el “buen pensar” que de
ningún modo conduce a convertirse en un buen pensante”. Además nos aclara:
“Como decía de manera excelente Durkheim, el objeto de la educación no es
darle al alumno cada vez mayor cantidad de conocimiento sino constituir en él
un estado interior y profundo, una especia de polaridad del alma que lo oriente
en un sentido definido no sólo durante la infancia sino para la vida”.
Es decir que aunque la educación se encuentra ligada al conocimiento, ésta
debe volverse inherente de la persona que la recibe, con el fin de que le de un
sentido en su propia vida. Pero entonces, como un acto cognoscitivo como
este, tan propio y personal “debe y tiene que” adquirirse en todo momento.
Yo considero que esto no tiene por que ser así; por supuesto lo más factible
sería intentar que cada acto o cada hecho de nuestras vidas sea significativo y
del que podamos adquirir un conocimiento que se volcara en educación, pero
no siempre es así. Estamos tan expuestos a tanta información, a tantos
eventos y a un mundo tan globalizado lleno de Internet, telecomunicaciones,
radio, prensa, Twister, youtube, blogspot, que es casi imposible que lo
vertamos en verdadero conocimiento; la mayoría de él no pasará de ser sólo
información, muchas veces fría y vacía.
Morin (2002) ahonda citando a Eliot: “¿Cuál es el conocimiento que perdemos
en la información, cuál es la sabiduría que perdemos en el conocimiento? En la
educación se trata de transformar la información en conocimientos, de
transformar el conocimiento en sapiencia”.
Nuestros estados intentan que en las escuelas exista esta adquisición de
conocimientos y su transformación en sapiencia (educación). Cada país
organiza su nivel de estudios y dispone a los jóvenes para adquirir educación.
Sin embargo, Edgar Morin (2002), también toca este punto, exponiendo: “hoy,
los problemas de la educación tienden a reducirse en términos cuantitativos
- 2 -
“más créditos”, “más docentes”, “menos restricciones”, “menos materias en el
programa”, “menos carga”.
Se crean aparentes nuevos modelos educativos integrales y flexibles, que
pretenden quitarle lo complejo a la educación.
“El pensamiento que recorta y aísla permite que los especialistas y expertos
sean muy buenos en sus compartimentos y que cooperen con eficacia en
sectores de conocimiento no complejos” (Morin, 2002).
Recuperando estas ideas, recuerdo que cuando estaba realizando mi tesis de
titulación, me enfrenté a dos problemas: el primero, la dificultad de realizar una
tesis cualitativa, que me parecía mucho más pertinente para mi tema. Estaba
interesado en estudiar el comportamiento sexual del hombre. Es decir, una
tesis que abordara el tema de la sexualidad, pero sin dejar de lado cualquier
De primera instancia me explicaron que las tesis en la facultad donde yo asistía
no eran cualitativas y que por lo mismo, hiciese las entrevistas que hiciese,
debería llevar un registro metódico y tabulado para realizar gráficas e
interpretarlas. Es decir debía ser cuantitativa. Siempre estuve en desacuerdo
con esta situación, me parecía poco asertivo e incluso ridículo que el
comportamiento humano, tan complejo, tan lleno de bifurcaciones tuviese que
ser expuesto en una simple tabla llena de números; como si todo lo que
hacemos los humanos se debiese taxonomizar.
El otro punto que estuve a punto de no agregar a mi tesis fue el contenido.
Acostumbrados a que los alumnos investiguen de tal modo cuantitativo o
bibliotecario, por no decir copiando y pegando del Internet. No les parecía a mis
sinodales correcto que dentro de la tesis presentara cada una de las
entrevistas hechas o que citara de ellas para desarrollar mi tema. Debía ser
más simplificado y sólo de autores.
No es que me queje, finalmente es el modo en el que siempre nos han
educado y es difícil cambiarlo. Lo que hice fue ceder un poco, pero conservar la
esencia de lo que deseaba presentar. Es decir presente una tesis mixta, pero
con un enfoque cualitativo; agregando, además, gráficas de una encuesta que
aplique a la par que mis entrevistas. Decidí no dejar lo complejo del tema y
presentar las ideas de mis interlocutores pero facilitándolo con las gráficas que
Hasta aquí, expondría brevemente, según mi propio parecer, que la educación
es indudablemente una adquisición de conocimientos incluso de información,
que prepara al sujeto para enfrentarse en la vida, adecuándose a
...