Tesis Programa Radiofonico

Capítulo 1. Radio

Los temas a desglosar en el presente capítulo se relacionan directamente con la radio; se aborda su surgimiento y situación actual, para después conocer su definición, los elementos que conforman el código radiofónico, los diferentes tipos de programas transmitidos por dicho medio y una importante herramienta para llevarlos a cabo: el guión radiofónico.

1.1 Qué es la radio

La radio se podría definir como un conjunto de elementos sonoros que motivan y despiertan a la imaginación de los seres humanos, a través de un radiotransmisor que emite dichos sonidos, que sin duda alguna provocan emociones en el individuo.

Para tener un significado concreto sobre que es la radio se cita al autor Limann (1989, p. 1) quien escribe al respecto la siguiente definición:

Radio o radiodifusión son, (…) conceptos de una realidad bastante más compleja, a saber: un conjunto de dispositivos para transmitir a distancia la voz y la música, haciéndolas así asequibles simultáneamente a muchas personas. Para ello es necesario transformar varias veces las ondas de sonido originales en otro tipo de oscilaciones eléctricas empleadas como vehículo, para finalmente reconvertirlas reproduciendo el sonido original.

Posteriormente se da a conocer la definición de la autora Romo (1987, p. 5) sobre la radio: “este medio de comunicación masiva, llamado radio, se ve envuelto en la necesidad de una infraestructura tecnológica para poder realizarse. Por ser altamente inalámbrico, puede transmitir señales sonoras a distancia de manera dispersa y unidireccional, técnicamente hablando”.

Puede decirse que es una herramienta de la comunicación social, pues llega a relacionar a grupos de personas muy amplios, al darles un gusto en común. Sin embargo, es probable que en la actualidad sea desperdiciado como tal, pues no goza de la popularidad que debería.

A continuación se da una breve reseña sobre el surgimiento de la radio, medio de comunicación antiguo y vital en la vida diaria de la sociedad.

1.1.1 Antecedentes de la radio

La nueva radio (2008, pp. 26 - 30), narra que técnicamente la radio nació el 12 de diciembre de 1901, fecha en la cual Guillermo Marconi (imagen 1.1), logró que señales radioeléctricas cruzarán el océano atlántico, pero el trabajo de Marconi no hubiese sido posible sin descubrimientos anteriores. En el año 1800 Alejandro Volta fabricó lo que más tarde sería conocido como la primera pila, un dispositivo capaz de generar corriente eléctrica. Desde entonces distintos científicos han experimentado con este tipo de corriente, entre ellos Hands Oersted, Andre Ampere, Michel Faraday y Joseph Henry.

En sus experimentos encontraron una relación directa entre el magnetismo y la electricidad. Maxwell desarrolló una teoría en 1860 donde decía que “una carga eléctrica que se desplaza, mantiene su persistencia en el espacio mediante un campo electromagnético aunque ya no exista la fuente original que lo ha generado”.

Años más tarde en 1887 el alemán Heinrich Hertz demostró la existencia de las ondas electromagnéticas mediante un descargador conformado por dos conductores con dos bolas a los extremos a escasa distancia, que entre sí, al conectarlas a un inductor conseguía que saltaran chispas de una bola a otra, la carga de corriente que atravesaba el descargador era variable y el cambio magnético también lo era. Así pues, la relación existente provocaba una radiación electromagnética. En la imagen 1.2 se ubica este invento.

En 1886 el físico e inventor italiano Guillermo Marconi, construyó con el descargador de Hertz, la antena de Popov y el cohesor de Branly, un dispositivo capaz de transmitir señales de forma inalámbrica a unos centenares de metros, al principio en 1899, eran 51 Km a través del Canal de la Mancha, y el 12 de diciembre de 1901 consiguió atravesar todo el océano atlántico.

Según Tenorio (2008, p. 27), hasta 1906 todas las transmisiones habían sido telegráficas empleando la llamada clave Morse, pero fue en ese año cuando el científico físico Reginald Fessendeen transmitió por primera vez música y voz claramente perceptibles en onda media.

Así fue como nació la radio tal y como es conocida hoy en día, donde es considerado un mueble indispensable en el hogar de muchas familias y su uso puede ser bastante personal e íntimo.

La radio en circunstancias históricas, se inscribe en la vida cotidiana de la comunidad, en donde se realizan sus transmisiones de una manera más discreta y más constante que la televisión o la prensa, porque al no tener las miradas del público sobre ellos, se liberan y les permite llevar a cabo otras actividades al mismo tiempo que atienden a dichas transmisiones.

El siguiente punto, consiste en una breve explicación de todos aquellos elementos del código radiofónico.

1.1.2 Código Radiofónico

Curiel (1983, p. 75) comenta que el código radiofónico está conformado por la voz, la música, los efectos sonoros, el silencio, la palabra, diálogo, intensidad, tono o frecuencia, timbre y duración. En seguida se explica cada uno.

La voz, elemento fundamental para la producción radiofónica, es la columna vertebral del sonido de la radio, es en definitiva, la imagen del mensaje radiofónico sin contar materialmente con ella.

El locutor debe transmitir todas aquellas imágenes mostradas a través de este medio, con el fin de que el oyente pueda visualizar el contenido que se emite, y así, al escuchar su voz puedan ver los gestos, el énfasis, las expresiones faciales (imagen 1.3), todos aquellos elementos adicionales con los que cuentan otros medios comunicativos como la televisión.

Uno de los grandes retos a los que se enfrenta un locutor, es justamente la capacidad de transmitir sólo con la voz. Para ello, entre otras cosas, se vale de las técnicas que se han desarrollado según la intencionalidad del mensaje.

Es esencial conocer las características de la voz para poder mejorar todos aquellos aspectos que refuerzan y aseguran una mejor comunicación. El tono, la intensidad, el timbre, el ritmo, la entonación, y otras características sonoras bien utilizadas, dotan de mayor valor expresivo, de intencionalidad y muchas otras funcionalidades del lenguaje, al mensaje que se quiere transmitir.

A través de todos estos factores acústicos, el locutor, puede transmitir, seguridad, alegría, tristeza, misterio, desconfianza, proximidad, lejanía, etcétera.

Según Curiel (1983, p.77) la relación entre música y radio es tan estrecha que resulta difícil concebir una idea de cómo sería el medio sin la existencia de este componente del lenguaje radiofónico. En los informativos, en los espacios deportivos, en las tertulias, en los anuncios... siempre hay un lugar para la música.

Esta situación no es nueva, sino que se remonta a los primeros albores de la radio. En ese entonces, la música ya era aprovechada para entretener a los oyentes, aunque, dadas las limitaciones técnicas de la época, las emisoras no tenían más remedio que trasladar sus micrófonos hasta aquellos escenarios (teatros, salas de fiesta, óperas) en los que se desarrollase una actuación que mereciera ser transmitida en directo.

Posteriormente, los avances tecnológicos permitieron a las emisoras adaptar acústicamente sus instalaciones para albergar orquestas, grupos de cámara, coros, etcétera, lo que supuso una verdadera solución. Las estaciones estaban en condiciones de ofrecer una programación musical propia y variada.

Sin embargo, los pasos más significativos se dieron con la llegada del disco y, sobre todo, con la incorporación, a mediados del siglo XX, de los grabadores, la producción y la realización radiofónica. Estos inventos propiciaron un aumento del número de espacios musicales, el nacimiento de emisoras especializadas en música y la creación de piezas especialmente concebidas para el medio.

El autor Singer (1975, p. 88) sostiene que los efectos sonoros realizan una función un papel esencial para la producción radiofónica, al igual que la voz y la música. Al tratarse de un medio puramente auditivo y no contar con el soporte visual, debe desarrollar y emplear todos los recursos sonoros para hacer de la comunicación radiofónica una herramienta suficiente para transmitir con precisión el mensaje con todos sus matices. Los efectos sonoros ayudan a dibujar imágenes sonoras.

Los efectos pueden crearse por la voz, sonidos reales o bien de forma artificial, como pueden ser las grabaciones del viento, lluvia, el canto de un pájaro, o bien con la producción de equipos técnicos. La imagen 1.4, muestra un experto elaborando efectos de sonido Además cubren funciones fundamentales en la comunicación de radio, la descriptiva-ambiental, expresiva y narrativa. Existen efectos que por sí mismos poseen significado sin lugar a confusión, por ejemplo, el ruido del llanto de un niño nos lleva a pensar en esta situación.

Otros efectos, son un complemento para hacer entender en qué contexto se está produciendo lo que se explica, pero no son estrictamente necesarios, como introducir el sonido de un trueno en una situación de miedo. Son elementos que enfatizan. También se pueden utilizar en el lenguaje radiofónico efectos que describan el ambiente donde se produce la acción.

El silencio ayuda a describir espacios, crear atmósferas o expresar y se produce cuando no existe la voz, ni música, ni efectos sonoros de fondo. El silencio permite crear diferentes ritmos e incentivar a la reflexión.

Asimismo Singer (1975, p. 90) señala que en el ámbito de lo paralingüístico, el lenguaje radial

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