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Tlc Y Infraestructuravial


Enviado por   •  6 de Marzo de 2013  •  4.975 Palabras (20 Páginas)  •  270 Visitas

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El gobierno colombiano acaba de lanzar el nuevo esquema de contratación en infraestructura vial que elimina los anticipos y le permite al Estado pagarles a los constructores a medida que vayan entregando tramos en operación, con el ánimo que se ejecuten las obras con mayor rapidez y eficiencia.

En los próximos dos años se adjudicarán obras equivalentes a lo licitado en los últimos veinte años. Se manejarán 55 concesiones y las carreteras en manos de privados abarcarán 12.000 kilómetros, el doble de lo actual. Las concesiones de cuarta generación requerirán 40 billones de pesos, de los cuales el 60% saldrá de los peajes y el 40% restante, del Estado.

Se estarán interviniendo 8.170 kilómetros de vías con una participación del 3% en el Producto Interno Bruto, de aquí al 2014. Además del pago por obras construidas, la cuarta generación de concesiones dispone el pago por disponibilidad de las obras en los tramos terminados.

El gobierno propondrá financiar las 30 mega obras viales utilizando los fondos de pensiones y emitiendo títulos con una remuneración mayor que los TES de deuda pública. Es importante anotar que para obtener éxito con el nuevo esquema, debe existir un razonable equilibrio de los requisitos en los pliegos de las licitaciones.

En diciembre de 2012 saldrán los primeros concursos en un paquete de seis proyectos avaluados en siete billones de pesos que incluyen la segunda calzada circunvalar de Barranquilla, entre Malambo y Puerto Colombia, y la segunda calzada entre Puerto Colombia y Cartagena. Las siguientes 24 licitaciones se abrirán en marzo, junio y septiembre del 2013. El objetivo es adjudicar el portafolio completo en el primer semestre del 2014.

En las concesiones de cuarta generación los contratistas elaborarán los diseños y los estudios de las obras, deben obtener las licencias ambientales y tienen el compromiso de adquirir los predios antes de comenzar a construir. Veinte importantes concesionarios de todo el mundo, fondos de infraestructura, bancos y fondos de pensiones, están muy interesados en participar en esta nueva y ambiciosa aventura vial que emprende el gobierno colombiano.

Además de las firmas nacionales, existe una importante nómina internacional conformada por España, Estados Unidos, Canadá, Corea, China, Reino Unido, Italia, México, Australia, Israel, Suiza y Portugal. A lo anterior se agregan reconocidas firmas del sector financiero como Goldman Sachs y China Development Bank.

Es un imperativo moral, Colombia lo necesita y exige, que todos los procesos de selección y ejecución de este largo sueño, sean serios, consistentes y que dispongan de un blindaje adecuado contra la corrupción y contra las propuestas oportunistas de algunas firmas que solo buscan lucrarse de la renegociación de los contratos.

De esos personajes y figuras jurídicas no necesitamos más, ya estamos cansados y aburridos de sus mañas y estrategias acomodadas. Ahora somos un país más maduro, curado de espantos y menos vulnerable, pero todavía estamos cicatrizando heridas de recientes procesos deprimentes y costosos. Las dolorosas experiencias del pasado y los errores cometidos, son nuestros referentes para no repetir la historia.

Todos tenemos el compromiso de empezar a diseñar el país que queremos. Hoy, se están dando las condiciones para reflexionar sobre la importancia de la reconciliación entre los colombianos, sumando voluntades y tolerancias, para llegar a un acuerdo que le ponga fin a un conflicto estéril de más de cincuenta años. ¡Oslo y La Habana, tienen la palabra y no deben permitir que se agote la esperanza!

Colombia debe ser un país donde quepamos todos, en forma cómoda, sin darnos codazos ni empujones. Podemos ser un país incluyente, dispuesto y capaz de reemplazar la locura de la guerra por la locura de la vida, dejando arrumados en un rincón de la casa los rencores estúpidos y los errores viejos. Y la guerrilla debe aprender de Gandhi que “no se pueden tener nobles ideales y ruines métodos”.

Este debe ser un país que entienda claramente que “los ricos también se benefician cuando los pobres dejan de serlo”. Y, finalmente, este debe ser un país que comprenda que “la tarea termina cuando todos estemos contentos”

En el proceso de mitigación de la red vial del país, por la ola invernal, el Ministerio de Transporte y Colombia Humanitaria firmaron convenio por $300.000 millones, los cuales se destinarán a 23 departamentos.

Las regiones que se verán beneficiadas son: Antioquía, Atlántico, Boyacá, Caldas, Caquetá, Casanare, Cauca, Cesar, Córdoba, Cundinamarca, Guajira, Huila, Magdalena, Meta, Sucre, Nariño, Norte de Santander, Putumayo, Quindío, Risaralda, Santander, Tolima y Valle del Cauca.

En la actualidad se están ejecutando 97 contratos de obra y 96 de interventoría, para la recuperación de vías. El total de los recursos suman $715.000 millones, para la reparación de vías, contención de taludes y cuerpos de agua, entre otras obras.

Ente tanto, Richard Aguilar, gobernador de Santander, presentó hoy su plan de gobierno en el que la conectividad es el futuro, y se tendrá que modernizar la infraestructura vial, para un adelanto económico, por lo que la administración cuenta con $4,7 billones en la ejecución de la hoja de ruta.

TLC: infraestructura y agro

A partir del 15 de mayo la economía colombiana, para bien o para mal, cambió fundamentalmente. El libre intercambio comercial de Colombia con la economía más avanzada del planeta, necesariamente generará mejoras en algunos sectores económicos, pero, seguramente, inducirá también problemas de difícil solución en otros.

Empecemos por referirnos a la infraestructura vial, campo en el que nuestro país sufre todavía un atraso secular y, en lugar de avanzar, más pareciera que retrocedemos todo día. Al respecto, es necesario recordar que todas las ciudades importantes ubicadas en el interior del territorio patrio tuvieron conexión ferroviaria con los puertos tanto sobre el Atlántico como sobre el Pacífico, cuando se inaugurara el ferrocarril del Magdalena. Sin embargo, esa red apenas sí funcionó en forma adecuada cerca de 10 años para convertirse finalmente en inservible. Ahora, el problema vial es uno de los que con mayor urgencia requiere resolver el país, si quiere que el tratado suscrito le genere real utilidad.

Según algunos expertos en el tema vial, el retraso de Colombia es de cerca de 50 años. Con sobrada razón se anota que cuesta más movilizar una tonelada de carga entre Bogotá y Buenaventura, que traer la misma tonelada desde Hong Kong a la misma ciudad

Nuestros puertos no son tampoco los más

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