UN HOMBRE SE LE MIDE POR SUS VALORES, NO POR SUS RIQUEZAS.
JRAMONXITesina29 de Enero de 2014
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INSTITUTO TECNOLOGICO DE OAXACA
ANTOLOGÍA DE VALORES
TALLER DE ÉTICA
PROFESORA: NOEMÍ SANCHEZ
LAE- AB
JUSTIFICACIÓN.
Quisiera comenzar con que son los valores; estos son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son fuente de satisfacción y plenitud.
Los valores se refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones.
Los valores valen por sí mismos. Son importantes por lo que son, lo que significan y lo que representan, y no por lo que se opine de ellos.
El valor se traduce en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más se aprecia es el comportamiento de la persona. Una persona valiosa es alguien que vive de acuerdo a los valores en los que cree; quizá por esta razón tenemos la tendencia a relacionar los valores con reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Es decir, decidimos actuar de una manera y no de otra con base en lo que es importante para nosotros como valor.
UN HOMBRE SE LE MIDE POR SUS VALORES, NO POR SUS RIQUEZAS.
Contenido
JUSTIFICACIÓN. 2
GENEROSIDAD. 4
RESPETO. 5
GRATITUD. 6
AMISTAD 7
RESPONSABILIDAD 8
PAZ 9
SOLIDARIDAD 10
TOLERANCIA 11
HONESTIDAD 12
JUSTICIA 13
LIBERTAD 14
FORTALEZA 15
LEALTAD 16
PERDÓN 17
BONDAD 18
HUMILDAD 19
PERSEVEREANCIA 20
ESPERANZA 21
DIGNIDAD 22
CONFIANZA 23
GENEROSIDAD.
“Para las almas generosas todas las tareas son nobles”
Generosidad. (del lat. Generositas, -atis). f. inclinación o propensión de ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés. 2. f. largueza, liberalidad. 3. Valor y esfuerzo en las empresas arduas. 4. Nobleza heredada de los mayores.
El valor de la generosidad consiste en dar a los demás más de lo que nos corresponde por justicia u obligación. Implica la capacidad de ver y atender las necesidades de los otros. En la dimensión material, significa compartir nuestras pertenencias; en la espiritual, consiste en poner nuestras capacidades y cualidades al servicio de las personas que nos rodean.
El reparto de los bienes en el mundo no es uniforme. Unos tienen más y otros menos. Cada persona, además, tiene necesidades diferentes y particulares. La generosidad nos permite procurar su satisfacción para construir grupos humanos basados en la entrega mutua.
La alegría de compartir.
Muchas personas tienen más cosas de las que necesitan para estar bien. A pesar de lo que parece no son tantos los objetos realmente indispensables. Hay quien tiene la costumbre de acumular más y más objetos sin compartirlos con los demás. Esa es una persona tacaña. Tal actitud está acompañada siempre de egoísmo, o falta de disposición para ayudar a los otros en aspectos importantes de su vida. Quienes no saben compartir llevan una existencia solitaria, aislada y se pierden uno de los mayores placeres de la vida: observar como disfrutan los demás el esfuerzo que se hizo por amor a ellos.
El camino a la generosidad.
• Ser generoso significa estar dispuesto a dar todo sin esperar algo a cambio de aquél a quien se lo das. Es importante aprender a dar de forma desinteresada.
• Trata de ayudar a quien no tenga forma de recompensarte o darte algo. Ésa es la verdadera generosidad.
• Mucha gente piensa que la generosidad sólo se relaciona con el dinero. Hay que aprender a cuidarlo pero nunca darle más valor que a las personas y sus sentimientos.
“Hay sólo un modo de ser felices: vivir para los demás”
–León Tolstoi
“No hay entusiasmo sin sabiduría, ni sabiduría sin generosidad”
-Paul Éluard
Una persona generosa siente placer al dar y compartir sus bienes sin temor ni egoísmo.
RESPETO.
“¡Qué delicia es respetar a las personas!”
Respeto. (Del lat. respectus, atención, consideración). m. Veneración, acatamiento que se hace a alguien. 2. m. Miramiento, consideración, deferencia.
El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por algo o alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos y la dignidad de las demás personas, hacia los de nosotros mismos y también hacia el entorno natural, que incluye a las plantas y a los animales que lo integran. Puede vivirse en forma colectiva –entre un país y otro- o individual –entre dos personas-.
Una idea muy popular afirma que, al solicitar algo, importa tanto lo que pedimos, como la forma en que lo hacemos. Llamamos “cortesía” a la manera atenta en que se solicita un servicio o un objeto; es un elemento que transforma cada detalle de la vida.
Pero la cortesía es sólo la superficie de una actitud más profunda… respetar a los otros consiste en reconocer su importancia como personas que habitan el mundo y comparten la vida contigo, en saber que cada una es tu prójimo, tu semejante. Todos ellos son tus iguales.
CUENTO
‘Micha y su abuelo’
El abuelo, el mayor de la casa, era muy anciano. Sus piernas ya no soportaban su peso, sus ojos ya no podían ver, sus oídos no escuchaban y en su boca no quedaba un solo diente. Su hijo y su nuera no le servían la comida en la mesa, sino al lado de la estufa, para que no ensuciara. Una vez le pusieron la comida en un tazón. Cuando el viejecito quiso levantarlo, lo dejó caer sin querer, y el traste se rompió. Todo se derramó sobre el piso.
Muy disgustada, su nuera le reprochó a gritos que ensuciara todo el suelo de la casa y que rompiera así los trastes de su vajilla. Empleando un tono grosero, le dijo al abuelo que a partir de ese día le servirían de comer en una cubeta de madera, como las que usaban para dar su alimento a los animales.
El anciano suspiro profundamente, pero no dio respuesta alguna a esas palabras que lo habían lastimado.
Paso algún tiempo desde esa ocasión. Un día estaban en la casa el hijo y la nuera del anciano. Los dos esposos miraban con mucha atención a Micha, el pequeño niño de ambos. El infante estaba en el suelo, jugando con unos bloques de madera. Los acomodaba de una manera y de otra, como si quisiera darle forma a un objeto.
-¿Qué figuras estás haciendo con esos pedazos de madera, hijo?- preguntó con curiosidad su padre.
-Estoy haciendo una cubeta de madera papá. De esa forma, cuando tú y mamá sean tan viejos como el abuelo podré usarla para servirles su comida- informo el pequeño Micha.
Sin decir una palabra, el hombre y la mujer se pusieron a llorar. Sentían mucha vergüenza de haber tratado al abuelo de aquella manera. Desde aquel día de nuevo le sirvieron la comida en la mesa, y lo cuidaron muy bien.
- León Tolstoi
Una persona respetuosa sabe donde terminan sus límites y comienzan los de los demás.
GRATITUD.
“El agradecimiento es la memoria del corazón”
Gratitud. (Del lat. gratitudo). f. Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponderá él de alguna manera.
El valor de la gratitud se ejerce cuando una persona experimenta aprecio y reconocimiento por otra que le prestó ayuda. No consiste, necesariamente, en “pagar” ese favor con otro igual, sino en mostrar afecto y guardar en la memoria ese acto de generosidad. Más que centrarse en la utilidad práctica del servicio recibido, pondera la actitud amable de quien lo hizo.
La alegría que la generosidad despierta en nuestro corazón se llama gratitud. Se manifiesta hacia afuera cuando decimos “gracias” con una sonrisa, cuando le hacemos saber a la persona que nos ayudó lo importante que fue para nosotros ese detalle inesperado. Pero la gratitud no se reduce a una palabra ni se queda en la superficie: enriquece y transforma nuestra vida cuando mantenemos presente ese acto de afecto para nosotros. A través de ella nos sabemos queridos por los demás y sabemos querer a los demás.
Luz interior
Hay quienes creen que todo lo bueno que tienen lo han conseguido solos. Por orgullo o, en ocasiones, por simple desatención, no saben reconocer el apoyo que les dieron los demás en un momento o circunstancias determinados. Ésas son las personas desagradecidas. Aunque parezca increíble, pueden llegar al extremo de criticar o incluso hacer daño a quienes los ayudaron. A veces se cierran la todas las puertas. A veces no, pues la generosidad nunca termina. Sin embargo, como no saben experimentar agradecimiento, se sienten solos, no descubren que los demás los quieren que se merecen ese cariño. Su malestar crece a cada día y los entristece. El que agradece abre las cortinas de su alma: permite que entre el sol y proyecta hacia afuera su propia luz.
“La gratitud es el signo de las almas nobles”
–Esopo
“La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes. Está emparentada con todas las demás”
-Marco Tulio Cicerón
“Quien recibe un beneficio nunca debe olvidarlo; quien lo otorga, nunca debe recordarlo”
-Pierre Charon
“Solo un exceso es recomendable en el mundo: el
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