Un escultor

“Un escultor”

“La escultura es el arte de la inteligencia “, esta definición era defendida por Pablo Picasso. Para mí, es el arte del volumen, ya que el mundo que habitamos es un espacio tridimensional y, en la escultura, se reflejan estas dimensiones: Largo, ancho y alto. Tal como cita John Ruskin “La escultura no consiste en el simple labrado de una forma o una cosa, sino en el labrado de su efecto”; esto es totalmente cierto, si nosotros los escultores no le ponemos sentimiento y solamente escenificamos en barro, cerámica, piedra o en metales  una simple idea por hacerla, créeme, estarás   fabricando algo plano y vacío. Si tu forma de ver esta habilidad artística es esa, creo que deberías cambiar tu visualización como escultor.

La perspectiva de las personas es diferente a la mía, es lo que siempre he dicho. Desde pequeño admiré demasiado las grandes figuras y por eso me encantaba visitar los museos, tanto que prefería estar en ellos que en mi propio hogar, mi favorito era el  Museo de Arte Moderno,  localizado en la Ciudad de México; recuerdo que la sección de arte de Umberto Boccioni era la que más admiraba, el esculpió “El desarrollo de una botella en el espacio” (1992) y “Formas únicas de continuidad en el espacio” (1993); -¡Sus bronces son muy originales!- le repetía con mucha emoción a mi profesora de arte cuando íbamos de excursión  a ese museo, la profesora al notar mi interés por el arte decidió instruirme en la escultura. Como todo principiante fallé demasiadas veces, tanto que llegaba a pensar que mi sueño de ser un artista reconocido sería imposible, algo demasiado alto y poco realista para ser poder ser verdad. Cuando esto pasaba mi maestra siempre recitaba las palabras de Miguel Ángel: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestra meta sea demasiado alta y no la alcancemos, si no que sea demasiado baja y la consigamos”…. Estas palabras pueden sonar controversiales, pero para mí, eran un aliento de vida.

Por esta razón, mi meta es esculpir algo tan magnifico que la gente, al mirarla, sienta una nueva experiencia de belleza artística, quiero que sea una obra analizada por los grandes críticos de arte contemporáneo como Cuauhtémoc Medina, Irmgard Emmelhainz o Helena Chávez Mac Gregor. Sin embargo decir esto no es tan fácil… cuando un artista  trata de realizar su próxima obra tiende a crear algo que supere a lo anterior, algo que pula aquellos errores que no agradaron en bocetos pasados –una sombra de  perfección divina-   diría Buonarroti. De aquí la importancia de la inspiración que para todo creador, es indispensable porque si algo no me interesa, no me animara ni dará ideas para hacer un diseño propio, y el estilo del autor es lo que le identifica ante su público. La diversidad de expresión, las formas, los colores y el significado que quiere manifestar su creador es representado en una sola obra maestra, dicho de ese modo, es impresionante lo que nuestra imaginación y manos pueden hacer. En resumen, los escultores tenemos el don de moldear un simple material para convertirlo en una obra de arte, englobando sus sentimientos y visualización de las cosas. Por ello, nunca me cansaré de sobreexplotar esta gracia que tengo para esculpir y pondré todo mi esfuerzo y  dedicación en todo lo que moldeé. Este es el deseo de todo escultor, y aquí, claramente no seré la excepción… “El arte es parte de  mi”.

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