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Un nuevo Análisis de comercio exterior de Venezuela y el origen de las importaciones y exportaciones


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2015  •  Monografías  •  2.439 Palabras (10 Páginas)  •  217 Visitas

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     Análisis de comercio exterior de Venezuela y el origen de las importaciones y exportaciones.

     La característica más importante de la economía venezolana durante las últimas décadas ha sido su alto grado de dependencia con respecto al movimiento de su sector externo. La exportación de sus productos renovables, especialmente el petróleo, ha permitido generar los excedentes económicos requeridos para cubrir las necesidades del Estado y financiar las actividades internas.

     Estas últimas sin embargo  no se han desarrollado en la proporción que hace falta para obtener una adecuada relación de equilibrio entre el sector externo y el interno; por el contrario, no han mostrado capacidad para producir un excedente exportable, acentuando más la vulnerabilidad entre las fluctuaciones de los volúmenes y precios de las exportaciones tradicionales.  

     Ello ha concluido a un desequilibrio sectorial que se pone de manifiesto al comprobar la existencia de un sector externo moderno, altamente tecnificado, vinculada los países de origen de los grandes monopolios petroleros y con niveles de productividad muy altos en relación con el estado de desarrollo del país, frente a un sector interno poco integrado con bajos niveles de productividad y dependiente cada vez mas de las divisas provenientes del sector externo. De esta manera quedaron tipificados las más importantes características de la economía venezolana en el V Plan de la Nación, aprobado por Decreto Presidencial en Marzo de 1976.

     Allí se indicaba, además, que a pesar del dinamismo del comercio exterior de Venezuela, la política de exportación de productos no tradicionales apenas había comenzado “tímidamente a producir sus efectos”. Esta tendencia se debía  a que los niveles proteccionistas, en cierto modo, constituyeron un obstáculo para la producción masiva de aquellos en los cuales el país tenía mayores ventajas comparativas. Así mismo tuvieron incidencia en la estructura misma de la industria petrolera y en la abundancia y regularidad de ingresos financieros, el tiempo que las importaciones mantenían su flujo desde los centros económicos que secularmente han tenido esta corriente.

     La historia de estos planteamientos se sitúa a comienzos del siglo XX, cuando ocurre un hecho espectacular que dividirá la historia del país; el surgimiento de la industria petrolera.

     Este hecho de singular importancia afectara la composición del comercio exterior, no solo en cuanto a la nueva estructura de las exportaciones que hasta el momento dominaban los productos agrícolas, sino que incrementara notablemente los ingresos del país  que en un solo año se quintuplicaron con respecto al año precedente (1919-1920). Sucesivamente, se presenta el aumento en las exportaciones de los hidrocarburos a medida que se acusa un descenso en el nivel de las exportaciones de productos agrícolas, que hasta el momento habían conformado la mayor parte del valor de las mismas (92%).

     Ya a partir de 1926 el valor de las exportaciones petroleras supera ampliamente el de los productos agrícolas  (en 1930 el petróleo y sus derivados representan un 83% de las exportaciones, y los dos primeros productos agrícolas de exportación de nuestros comercio exterior representa un 15%).

   En este sentido, es posible señalar la existencia de cuatro tendencias o características básicas que han estado presentes en la estructura socioeconómica venezolana durante toda la etapa petrolera: el alto grado de especialización productiva, su carácter dual o heterogéneo, un alto grado de intervención del Estado en la economía y la competencia entre diversos actores por el control de los recursos energéticos.

     En primer lugar, el rasgo básico de la economía venezolana es su alto grado de especialización en las actividades petroleras. Entre 1999 y 2008, el sector continúa siendo la principal fuente de divisas y el origen de la mayor parte de los recursos del Estado. Sin embargo, su contribución al PIB ha disminuido (pasando del 21% al 14% del total respectivamente) y los altos índices de crecimiento de la actividad económica a partir de 2004 han tenido como protagonistas a los sectores no petroleros.

     En segundo lugar, la incorporación de la moderna industria de los hidrocarburos sobre una economía tradicional de base agroexportadora dio lugar al surgimiento de un “dualismo estructural”, es decir, la existencia de un sector petrolero de elevada productividad y competitividad, y un sector no petrolero con amplio rezago en su orientación y productividad. Este fenómeno tiene amplias repercusiones sociales y económicas: genera una sobrevaluación de la moneda nacional (“enfermedad holandesa”) que perjudica a los sectores menos dinámicos (agricultura e industria, principalmente) fomentando la concentración de las actividades económicas vinculadas directa o indirectamente al sector de hidrocarburos; y es, en gran medida, responsable del alto grado de empleo informal que permanece como flagelo para la sociedad venezolana.

     En tercer lugar, el hecho de poseer el control y la propiedad de los recursos petroleros ha generado una presencia dominante del Estado en la economía nacional, convirtiéndolo en un actor clave del desarrollo económico y del bienestar social. Durante el período de estudio, si bien la esfera privada tuvo un ritmo de expansión promedio del 12,3% (cifra que prácticamente duplica los niveles alcanzados por el sector público) la presencia del sector público en la economía continuó siendo determinante, en gran medida, como consecuencia del control sobre los sectores claves del desarrollo económico. Hacia el 2005 el Estado venezolano contaba con alrededor de 95 empresas públicas, incluyendo sociedades mercantiles e Institutos Autónomos que desarrollan actividades empresariales, contribuyendo con cerca del 30% del Producto Interno Bruto del país. Del mismo modo, las riquezas provenientes de la posesión de estos sectores (y sobre todo del energético), han posibilitado la puesta en marcha de numerosos planes de asistencia social que han mejorado sensiblemente los niveles de vida de la población.

     En cuarto lugar, un aspecto de amplia relevancia para el análisis estructural del devenir económico venezolano hasta nuestros días lo constituye la competencia entre diversos actores por el control de los recursos energéticos. Al depender gran parte de los ingresos gubernamentales casi exclusivamente de la renta petrolera, y al ser el gasto social y la distribución de esos ingresos la base de legitimidad del sistema político y los resortes principales del desarrollo económico, ello hace a la dirigencia venezolana dependiente del éxito y la efectividad de la economía petrolera y de su poder e influencia sobre ella. Durante los años noventa, el Estado había perdido control sobre PDVSA a partir de las políticas de apertura y autonomía. La llegada de Chávez al gobierno implicó desde el principio una transformación del equilibrio de fuerzas a favor del Estado. De hecho, gran parte de la inestabilidad económica coyuntural de los primeros años del gobierno chavista está vinculada con esta competencia por la fuente principal de los recursos económicos del país. Recién en 2004 el conflicto se resuelve a favor de la administración gobernante y es, a partir de entonces, cuando Venezuela comienza a exhibir niveles de estables de crecimiento económico y bienestar social.

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