Un talento diseñado como instrumento para la evangelización

Un talento diseñado como instrumento para la evangelización

    La autora Elena G. De White nos habla de estos capítulos que con la voz convencemos y persuadimos a los demás, con ella oramos y alabamos a Dios y hablamos del amor de nuestro Redentor. La lengua es un mundo de bendición, uno de iniquidad y nos cuestiona ¿de qué nos serviría nuestra educación?  Porque por más grande que sea el conocimiento del ser humano no es válido si no  nos comunicamos a los demás y no le damos gracias a Dios por el don del habla. Nos dice que no debemos pronunciar palabras duras, impuras o de crítica, debemos animar a los demás a usar un lenguaje sencillo, puro y elevado y nos ayudara a aumentar amor hacia Jesús. Sin embargo, el enemigo nos tentara a hablar palabras de duda e incredulidad debido a que la lengua es un miembro indisciplinado pero que podemos convertirlo en talento del habla, que salgan gemas de nuestros labios. El habla se puede usar para honrar o deshonrar a Dios.  La palabra nos revela los sentimientos del corazón, con ella consolamos y bendecimos, suavizando el alma magullada y herida. Nos dice que los que hacen el mal con la lengua, los que siembran discordia mediante palabras egoístas y llenas de celo, entristecen al espíritu santo. “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca”, dice el, “sino la que sea buena para edificar”. Las palabras de Dios son indicio de carácter y ellas testificaran contra nosotros, como cristianos que pretendemos ser, estamos bajo la solemne obligación de revelar la verdad de nuestra protección por medio de la palabra. De White también nos habla de cómo Dios nos ha dado el don del habla, para que podamos revelar a otros como es su trato hacia nosotros. El evangelio de Cristo debe ser proclamado por la voz, tener el conocimiento de la verdad y estudiar fervientemente para tener un lenguaje y una buena dicción y entonación de la voz.

    De los tres capítulos cabe destacar que las palabras tienen un gran significado para Dios, y que debemos cuidar como utilizarlas, la parte de cómo el poder del espíritu santo es la educación de la voz donde nos dice que animemos a todos a usar un lenguaje correcto y el valor, la alegría y esperanza donde se hable de las bondades y el amor de Jesús donde nos dice que hablemos de su misericordia , de sus palabras llenas de gracia para dar ánimo y consuelo, que traen esperanza, gozo y amor a nuestros corazones e iluminemos los años que nos queden de vida ya que el enemigo echara su sombra entre Cristo y nuestra alma, que hablemos de la gracia y demos prioridad a

pensamientos preciosos e inspiradores. También debemos de ayudar a nuestro vecino aunque sea ignorante o este abatido y desanimado ya que la palabra podría ayudar e influenciar en su vida y hacerlo cambiar.

    Mi opinión sobre el párrafo anterior es que estoy de acuerdo con lo que dice Elena G. De White debido a que estamos viviendo en un mundo donde es de moda utilizar palabras incorrectas hacia otras personas o hacia a Dios, y como antes mencionado lo que nosotros digamos por nuestra boca seremos penalizados. Debemos de tener nuestros pensamientos puestos en el Señor y olvidar como piensen los demás respecto a nosotros, porque cada salvación es individual y nosotros como cristianos debemos de dar buen ejemplo y ayudar a otros a través de la palabra a que puedan encontrar su propia salvación. La palabra es un talento diseñado como instrumento para la evangelización.

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