Una Política Social Para Continuar Con La Transformación De Medellín
AndreaColombia13 de Septiembre de 2011
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Por décadas, Medellín ha sido caracterizada como una ciudad industrial. En un principio esta genero un alto valor agregado para el país, debido a los sectores productores de materias primas, bienes de consumo y bienes intermedios, de los cuales muchos se mantuvieron durante la globalización, y otros aumentaron su participación, específicamente el sector de los servicios, financiero, comunicación y comercio.
La industria, símbolo de la economía antioqueña, se ha beneficiado de la mano de obra barata y abundante; pero cuando llega la crisis, los trabajadores son los primeros sacrificados y las oportunidades de vida se reducen al subempleo, la economía informal, la indigencia, la prostitución y la delincuencia. La pobreza histórica de grandes sectores de la población ha llegado a la miseria mientras que la riqueza sigue concentrándose en un pequeño grupo que reduce la función del Estado a la protección de sus bienes.
Al analizar más detenidamente esta ciudad, podemos encontrarnos que en el último medio siglo la población ha tenido un aumento acelerado con respecto al departamento de Antioquia y al país en general, lo que indica al mismo tiempo un aumento en la población económicamente activa, donde muy pocas personas tienen acceso a un empleo, el cual es el vinculo fundamental entre el desarrollo económico y el desarrollo social ya que en la parte económica la fuerza de trabajo es uno de los principales factores de producción, pues el capital humano es clave para el crecimiento de la economía y de la productividad, y en la parte social el empleo es la principal fuente de ingreso para la mayoría de colombianos. Debido a las pocas oportunidades de trabajo para esta población económicamente activa, se genera un aumento en el desempleo de la ciudad, problema que al igual que la desigualdad, la injusticia, la exclusión, y la pobreza buscan muchos gobernantes erradicar del todo por medio de diferentes programas llevados a cabo en sus gobiernos, los cuales no basta solo con tener buenas intenciones para combatirlos ya que la mayoría de estos dependen de muchos factores, como por ejemplo el empleo depende de las decisiones macroeconómicas del gobierno nacional y autoridades económicas por lo que es un poco difícil terminar del todo con el desempleo, pero si se pueden hacer avances para lograr una disminución en la tasa de desempleados. Para eliminar la pobreza, desigualdad, y exclusión los recursos son insuficientes por lo tanto se focaliza en las personas extremadamente pobres.
Administraciones tales como la de Flórez, Ramos, Naranjo, Gómez, Pérez y Fajardo no tomaron medidas profundas de políticas públicas que permitieran enfrentar los problemas sociales de Medellín. Sin embargo, de estas, las dos últimas administraciones respectivamente trataron de tomar en serio el problema de la desigualdad promoviendo la educación, pero con enfoques y estrategias diferentes.
Al posicionarse Luis Pérez, Medellín se construye en dos dimensiones, bajo la doble óptica de inclusión y exclusión, de desarrollo y abandono. En su centro se levanta la ciudad moderna, próspera; modelo de pujanza paisa y eficiencia administrativa. En su periferia cientos de miles de personas han construido y construyen la otra ciudad; esa que sale de su propia creatividad y que es realizable en medio de su miseria. Así ha crecido buena parte de la ciudad. Las oportunidades de empleo y de acceso a los servicios básicos como salud y recreación se encuentran en la otra ciudad, en la de amplias avenidas y lujosos edificios. A esta llegan cada día los habitantes de la periferia, buscan su sustento y retornan al territorio en el que la noción de gobierno se pierde.
En esta ciudad el espacio público se protege de vendedores, prostitutas pobres e indigentes, pero no de la ocupación que de él hacen hoteles y establecimientos de comercio ni del cerramiento de calles y parques en los núcleos residenciales de estrato alto. El Metro, los centros comerciales y buena parte de la ciudad están prohibidos para la gente más pobre. En pocas palabras a Medellín la devoraba el desempleo y la pobreza, existía un déficit en cobertura de vivienda y salud, gran porcentaje de la población había disminuido el consumo de alimentos por falta de ingresos.
El plan de gobierno de Pérez buscaba consolidar una ciudad justa, participativa, con equidad en lo social y en el uso del espacio público, que reconozca en su población el mayor potencial de desarrollo y defina su competitividad en un contexto globalizado, basado en la producción de conocimiento, todo esto sonaba muy bien pero a la hora de analizar si realmente se cumplió todo lo que prometió nos damos cuenta que todo quedo solo en palabras ya que al finalizar su mandato la calidad de vida en Medellín seguía igual o hasta peor, la situación económica no varió, el desempleo bajo levemente, aunque hubo logros estos no fueron suficientes para alterar este problema estructural de la ciudad. A pesar de no cumplirse muchas de las metas deseadas, hay que resaltar que en la administración de Pérez se puso mucho empeño en el sector educativo, se destinaron recursos importantes a este tema en lo que tiene que ver con la infraestructura y coberturas. También se promovió la iniciativa del banco de los pobres el cual se encargaba de Otorgar alternativas de financiación (créditos blandos con períodos flexibles) a las personas menos favorecidas de la sociedad para el emprendimiento de actividades productivas y facilitarles así la generación de ingresos. En campos como la salud, el deporte y la asistencia social se mueven recursos, pero los resultados no permiten hablar de una ciudad justa y más equitativa.
Al acabarse el mandato de Pérez en el año 2003, se posiciona al año siguiente Sergio Fajardo el cual hace un resumen de la realidad de Medellín, donde se puede apreciar avances en algunos temas que hacen referencia a la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, pero al mismo tiempo identifica problemas estructurales que no han sido atendidos adecuadamente en los pasados gobiernos. Por lo tanto Fajardo se enfoca en promover el desarrollo humano integral, el cual se interpreta como promoción y potenciación de las capacidades, oportunidades y libertades de los ciudadanos, pero para llevar a cabo el logro de este propósito es necesaria la eliminación de obstáculos tales como la pobreza, la exclusión, la desigualdad, la violencia, la intolerancia, la falta de crecimiento económico. Todo esto se trato de combatir por medio de un plan de desarrollo que se compone de cinco líneas estratégicas, Medellín gobernable y participativa, Medellín social e incluyente, Medellín un espacio para el encuentro ciudadano, Medellín productiva, competitiva y solidaria, Medellín integrada con la región y con el mundo. Al llevar a cabo este plan de desarrollo se logro un mejoramiento en la cobertura de los servicios públicos domiciliarios, el índice de muertes violentas descendió, la cobertura en educación mejoro especialmente en la educación básica y las de la salud, bajaron las tasas de desempleo y pobreza.
Como lo habíamos nombrado antes, al igual que Pérez, Fajardo también hizo gran énfasis en el tema educativo, esta administración garantizo el pago de la nomina y la seguridad social, la capacitación a docentes, la disponibilidad de plantas físicas, entre otras cosas, ligado a este tema se inició la cultura E con la idea de promover emprendimientos individuales y colectivos que puedan generar algún tipo de ingreso a los jóvenes que no son recibidos en las empresas formales de la economía.
Estos dos gobernantes trataron de aumentar la cobertura y mejorar la calidad en el sector educativo ya que la falta de educación explica los problemas de inequidad y pobreza. Sin embargo esta sola no resuelve los problemas de exclusión, pobreza y desigualdad pero es una herramienta importante en una estrategia general de desarrollo.
Al finalizar el año 2007, se puede decir que Fajardo desarrollo obras importantes en el sector social, la educación como prioridad y adelanto campañas de comunicación pública. Pero es difícil lograr transformar el estilo de desarrollo de la ciudad de Medellín con estrategias sectoriales poco reguladas entre sí.
Al termino del mandato de Sergio Fajardo, sube al poder una persona, que desde hace mucho tiempo viene trabajando por la ciudad, el actual alcalde Alonso Salazar, el cual trabajo junto a Fajardo en el cargo de secretario de gobierno durante la administración de este, logró consolidar un modelo de convivencia y seguridad que le ha dado grandes frutos a la ciudad.
Al trabajar de la mano de Fajardo, Alonso Salazar está muy bien informado de los grandes problemas que agobian a la ciudad, entre estos resaltamos los elevados índices de pobreza e inequidad, donde no se puede dejar avanzar la deuda social, por eso todo lo que compone el plan de desarrollo, sus líneas, programas y proyectos están enfocados para lograr una ciudad integrada, responsable y solidaria. Buscando disminuir el número de personas en condiciones de vulnerabilidad y exclusión.
Con el plan de gobierno de Salazar la situación social con respecto a la pobreza se atenderá por medio del programa llamado Medellín solidaria, el cual se encargara de atender a la población que vive en situación de extrema pobreza. La línea número 1 del plan de desarrollo denominada Medellín, ciudad solidaria y equitativa, es la que más se encuentra dirigida a dicho propósito, ya que tiene como objetivo principal garantizar el acceso de los hogares más vulnerables de la ciudad al conjunto de programas municipales y nacionales, con el propósito de asegurar su inclusión social, económica y mejorar su
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