Unasur: ¿Competencia O Complemento De La OEA?

UN DEBATE ENTRE DOS ÓRGANOS MULTILATERALES

A partir de la Segunda Guerra Mundial, las ambiciones de poder de algunos países -y líderes políticos-, la utilización masiva de armas, las agresiones contra los Derechos Humanos, la competencia por la polaridad y la destrucción de las ciudades han querido ser evitadas, tanto por los países ganadores como por los perdedores del enfrentamiento bélico. Las herramientas utilizadas en un principio fueron multas, cesión de territorios colonizados previamente, indemnización de los países y sus ciudadanos; y firma de tratados o compromisos en los que se responsabilizaran por no volver a emprender acciones violentas que pudiesen perturbar la seguridad y la integridad de los habitantes. Sin embargo, parecía que estos recursos se podrían agotar en el tiempo ya que no había una materialización permanente y recurrente de lo establecido en los tratados y demás documentos, por lo que se vio la necesidad de crear mecanismos que fuesen más allá de las firmas y las obligaciones verbales o morales. La corriente idealista responde a la parquedad de colaborar en el sostenimiento de la paz mundial con la instauración de organismos internacionales y supranacionales que tuvieran como prioridad la configuración de políticas de integración y amistad entre las naciones, que pudiesen generar lógicas estructurales para apoyar el progreso económico y social y que tuviesen la capacidad de comprometerse con la recuperación de Europa.

Así se crearon diversos entes multilaterales como la Organización de las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, La Liga Árabe, la Organización del Tratado Atlántico Norte, la Organización Mundial de Comercio, la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Mercosur, la Comunidad Andina, la Unión Europea, la Asociación Europea de Libre Comercio, la Organización de Estados Americanos y la Unión de Naciones Suramericanas. Todos estos organismos han inventado distintas maneras para cumplir sus objetivos y mantener una relación pacífica entre los países, a pesar de los conflictos que entre ellos puedan surgir. Sin embargo, el corte ideológico de unos países y otros actores internacionales puede influir para comenzar a pensar que uno de estos entes supranacionales no es conveniente, o que no representa de facto los intereses de algunos Estados miembro.

Es por esto que surge un debate entre la Organización de Estados Americanos (en adelante, la OEA) y la Unión de Naciones Suramericanas (en adelante, Unasur); ya que para algunos países, como Ecuador, Venezuela o Brasil, el primero no apoya como debería las necesidades de los Estados del sur de América, a pesar de tener un carácter interamericano, y que, por el contrario, el segundo debería ser el único órgano internacional inmiscuido en los asuntos de la región.

De las constantes afirmaciones en los medios y la respuesta de cada uno de ellos frente a crisis en la región, surge una pregunta: ¿La Unasur es competencia o complemento de la OEA? Depende. A pesar de que parezca una respuesta simplista, es válida, en tanto que depende del tema en que esté en juego la competencia o complemento de la Unasur frente la OEA.

Para dar sustento a esta afirmación, se van a tener en cuenta dos variables: La soberanía, y la agenda. La primera variable servirá para argumentar las relaciones de competencia que a veces representa la Unasur para la OEA y la segunda, para contrarrestar esta postura, sugiriendo que también genera relaciones de complemento.

La soberanía como factor de diferencia y competencia será fundamentada a partir de dos argumentos, siendo ellos: La intromisión en asuntos electorales de los países miembro, y la respuesta frente a crisis por conflictos bilaterales. Para cada uno de ellos, la forma de sustentación será orientada por argumentos por el ejemplo, y así dejar ver de forma clara la relación entre la variable y su componente.

Entrando en materia, la Unasur habla más de soberanía y respeto; mientras que la OEA se encarga más del mantenimiento o cumplimiento de un orden normativo aceptado por los países miembros, más allá de que estas acciones favorezcan o no los intereses de los países.

I. El primer argumento en que se hará hincapié será el asunto electoral. Como primer ejemplo, se tomarán las elecciones peruanas y la controversial tercera elección de Alberto Fujimori. La misión de observación electoral de la OEA se retiró del país y dio como conclusión que no hubo una contienda justa y equitativa. La Unasur, por su parte, sólo presenta como recurso legitimador de la reelección la soberanía del país y el respeto por los comicios que allí se den. Allí, se ve la clara competencia entre la Unasur y la OEA, donde la primera, por un lado, respaldando las Naciones suramericanas -y hasta sus errores- y por otro, la segunda, fijando una posición radical frente al respeto de la democracia y la transparencia electoral.

Otro ejemplo, son las recientes elecciones en Venezuela. Mientras Unasur, representada por el jefe de la Misión de Acompañamiento Electoral, Carlos Álvarez sostuvo que hay que respetar el resultado oficial de las elecciones, y que “La misión de acompañamiento declara que dichos resultados deben ser respetados por emanar del Consejo Nacional Electoral, única autoridad competente en la materia”, tal como lo dijo Álvarez en un comunicado.

El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, sí mostró una postura de apoyo frente a las peticiones de la oposición de hacer el llamado conteo voto a voto. Las posiciones son muy diversas, y en respaldo de la soberanía, la Unasur se enfrenta a la OEA, y sus peticiones de respeto de la democracia y ejercicio de elecciones libres y correctas.

II. Dejando de lado los asuntos electorales, es pertinente comenzar con la respuesta frente a las crisis bilaterales.

El primer ejemplo son las relaciones políticas y diplomáticas entre Colombia y Venezuela en el período 1999-2009 se puede decir que sí es una competencia; ya que Colombia convoca al Consejo Permanente de la OEA y Venezuela busca un refugio

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