Uso De Medicasmentos

FÁRMACOS: CONTRAINDICACIONES

TODOS les envases de medicamentos contienen un folleto ilustrativo que informa sobre las propiedades, las contraindicaciones y los efectos colaterales de éstos. Cuando se recurre a un fármaco, sobre todo si éste se encuentra ya disponible en el pequeño botiquín doméstico, se debe prestar siempre atención a sus posibles-contraindicaciones.

Prácticamente todos los fármacos pueden producir, junto a los efectos terapéuticos deseados, otros de tipo tóxico. La mayoría de las veces se trata de inconvenientes de poca importancia, pero en algunas situaciones las consecuencias pueden ser graves o incluso mortales. Así, por ejemplo, el uso de fármacos, por muy inocuos que resulten, se halla contraindicado prácticamente siempre durante el embarazo, sobre todo en las primeras semanas, cuando el embrión es más vulnerable ante el potencial efecto teratógeno (esto es, productor de malformaciones) de algunas sustancias.

EFECTOS COLATERALES

Por otro lado, el uso de muchos fármacos se halla contraindicado en sujetos afectados por determinados estados patológicos. No obstante, todos los preparados farmacológicos contienen un folleto ilustrativo en el que aparecen indicadas las propiedades del medicamento, las contraindicaciones y los eventuales efectos colaterales más frecuentes según la experiencia clínica y experimental.

Sin embargo, la posible aparición de problemas no sólo depende de las características fisicoquímicas o tóxicas del fármaco, sino también de la fase de la enfermedad, de la presencia contemporánea de distintos procesos morbosos, del uso de otros medicamentos y de la reactividad de cada individuo.

Por otro lado, existen fármacos, como la digitalina, que son indispensables en el tratamiento de muchas enfermedades cardíacas, para los que se cuenta con un margen de seguridad muy reducido entre la dosis mínima eficaz y la tóxica. Otros medicamentos poseen una toxicidad intrínseca notable y perfectamente estudiada, pero incluso así se utilizan: tal es el caso de los fármacos antitumorales, a los que se recurre siguiendo la filosofía del riesgo calculado.

Los efectos tóxicos que puedan producirse como consecuencia de su ingestión se consideran un mal menor, ya que ayudan a prolongar la vida del paciente; aun así, una serie de controles evitan que se invierta la relacion riesgo beneficio.

LOS APARATOS MÁS AFECTADOS

Cuando la frecuencia con que se detectan manifestaciones indeseadas a raíz de la administración de un fármaco es elevada, tales manifestaciones pasan a constituir una contraindicación al uso de esa determinada sustancia. Se trata de reacciones que pueden afectar a todo el organismo, pero que más a menudo corren a cargo de órganos aislados o aparatos, como por ejemplo el gastrointestinal.

A tal respecto, cabe reseñar que muchos fármacos pueden provocar vómitos dolores epigástricos y en las formas más graves, úlcera gástrica y estomatitis ulcerosas. Otras veces, los efectos colaterales éstári relacionados con el aparato hemato-poyético, con bloqueo, casi siempre corto y reversible, de la producción de los elementos presentes en la sangre. Por otro lado, él hecho de que gran parte de los fármacos pasen por el hígado, donde son metabolizados, expone a este órgano a los efectos tóxicos de los medicamentos. Del mismo modo, el hecho de que la principal vía de eliminación sea la renal hace que las lesiones por fármacos a cargo de este aparato sean también bastante frecuentes. Es así conocida la hepatotoxicidad de muchos anestésicos y la nefrotoxicidad de algunos tipos de antibióticos, como las sulfamidas.

Por todo ello y en la medida de lo posible, no se emprenderá una terapia con un fármaco nefrotóxico si el paciente en cuestión posee una enfermedad renal, de la misma manera que se evitarán los medicamentos hepatotóxicos si el sujeto padece del hígado; las sustancias perjudiciales para el estómago o para el aparato digestivo estarán contraindicadas o, en cualquier caso, se administrarán con cuidado en aquellas personas que padezcan trastornos de esta índole. En el caso de administración simultánea de varios fármacos, se puede registrar un fenómeno de interacción entre las distintas sustancias que puede aumentar e disminuir, según los casos, tanto el efecto terapéutico como el tóxico del medicamento en cuestión. Por esta razón, las asociaciones de fármacos se hallan comúnmente contraindicadas y han de ser oportunamente valoradas por el medico.

REACCIONES ALÉRGICAS

Otro aspecto de la potencia! peligrosidad de los fármacos, que determina la contraindicación de su uso en muchas personas, es la posibilidad de generar reacciones alérgicas. El mecanismo de la hipersensibilidad alérgica se desencadena en cuanto una sustancia cualquiera introduci da en el organismo es capaz de estimular la formación de anticuerpos. Éstos, una vez producidos, reaccionarán a una sucesiva introducción de la misma sustancia. Dicha reacción podrá dar lugar tanto a cuadros patológicos leves, como simple enrojecimiento de la piel, como a fenómenos de gravedad, como anafilaxia y shock, Á tal respecto, se halla especialmente contraindicado el uso irracional e incontrolado de sustancias que actúan sobre el sistema nervioso, como las drogas, los analgésicos fuertes, la morfina, los barbitúricos, la cafeína, la nicotina, el alcohol, los alucinógenos y los estimulantes como la cocaína o las anfetaminas. En efecto, todos los fármacos capaces de modificar el estado de ánimo y la capacidad de percepción pueden producir, aparte de graves efectos tóxicos sobre todo el organismo, un estado de dependencia psíquica de las sustancias que los constituyen.

¡CUIDADO CON LOS NIÑOS!

Otra forma muy peligrosa de intoxicación es la causada por la ingestión por error de grandes cantidades de fármacos. El fenómeno reviste especial gravedad en el caso de los niños que se intoxican con medicamentos prescritos para adultos y que llegan a sus manos accidentalmente, o mejor dicho, por imprudencia y poco cuidado por parte de los adultos. A fin de evitar tales accidentes ninguna precaución

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