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Viviendo En La Educacion Holista


Enviado por   •  3 de Octubre de 2013  •  4.273 Palabras (18 Páginas)  •  423 Visitas

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Ha habido sucesos muy fuertes que han marcado singularmente mi andar por este mundo, sin embargo, puedo decir con toda la certeza, que mi vida se divide en dos periodos, antes de la maestría y después de la maestría; mi experiencia en y desde ella es primordialmente espiritual y redunda obviamente, en toda mi vida, a todos los niveles.

Lo que me atrapo de esta especialidad fue la palabra holista, que podía decir que en términos muy generales entendía su significado, sin embargo, en realidad, específicamente y a profundidad, no sabía que quería decir, mucho menos su implicación o alcance.

Me quede tanto en el término que solo semestres después me percato de que está dedicada a profesores. Para entonces ya estaba muy involucrada e interesada. Pese a que en la práctica académica y experiencia docente me era muy difícil seguirles el paso, la trama en que se entretejía y se exponía todo la estructura de la maestría, era por demás interesante, especialmente el aspecto espiritual, área que era todo mi interés y en la que me enfocaba por completo.

He de recordar que llegue con un caos interno enorme que si me era claro, y con sufrimiento, angustia y desesperanza tal que ni yo misma era consciente de ello; por tanto las dudas, preguntas e inconformidades se sucedían unas a otros constantemente. He de reconocer que no soy fácil y menos en tal estado de caos y por ello quiero agradecer toda la paciencia y atención brindada, durante toda la maestría, pero especialmente en los primeros dos semestres; gracias a este amoroso sostén las primeras presenciales, aunque dolorosas, fueron de una profunda luz, muy liberadoras.

Este ámbito de experiencia ha sido para mi muy especial, pues aunque no me es difícil ir hacia mi interior, en este espacio, la interiorización se da de forma asombrosamente suave y profunda, hecho que se ha instalado ya en mi vida de manera permanente.

Mi crecimiento en todos los niveles y aspectos ha sido enorme, sin embargo no me es posible especificar ni colocar lo que sucedía en cada presencial, así que trataré de decir en forma general, los cambios mas significativos y con el orden que recuerdo se dieron.

Durante las primeras presenciales las aguas se desbordaron y mi pequeño río se limpio lo suficiente como para que el resto de las aguas fuera fluyendo con mas suavidad y entrara agua limpia y dulce a su cause. Actualmente me doy cuenta que en los primeros semestres la información que se nos dio, el acomodo de las materias, la forma en que se impartían especialmente durante las presenciales, es magistral, me sacudían enorme, me sentía como el acero en proceso de temple; en algún momento estábamos debatiendo cosas que propiciaban el quehacer mental y cuando estaba pronta a entrar de lleno en el continuábamos con la interiorización o bien con el aterrizar lo visto en hechos concretos de la propia vida, era un ir y venir de un ojo a otro, de afuera hacia adentro o a la inversa, que no había mas que vivirlo, los esquemas no servían y tampoco se podían ver con claridad.

De las primeras lecciones que para mi aun son invaluables son las que exponen el desarrollo de la ciencia y la formación de la visión mecanicista-cientificista, cuando lo entendí, me agarre de ahí y ha sido la punta de la madeja que inicio el orden interno y externo, el cúmulo de conocimiento y experiencias que traía enredado empezó a acomodarse y me metí de lleno en ello, inicialmente, quise hacerlo desde la cabeza, no fue posible, lo tuve que soltar.

El primer semestre fue mas difícil que el segundo, de hecho a la mitad del segundo ya había soltado muchísimo el pensamiento como elemento desde donde veía la experiencia en la que me encontraba, las reuniones semestrales consolidaron esa actitud, para la segunda sesión presencial del segundo semestre, el conflicto y el sufrimiento había disminuido en un 80%, el grado de comprensión del holismo, comparado con el inicio era bastante mayor y el trabajo conmigo misma estaba tomando un hermoso cause, incluso me sentía con ganas de comunicarles a todos mis descubrimientos y entendimiento, sin embargo cuando hablaba individualmente con algunos amigos al respecto me daba cuenta que aun no me era posible comunicarlo con nitidez, respecto a las relaciones intra e interpersonales así como con el entorno empezó a ser mas suave y fluido; aun tenia en mi prisa y gran actividad mental, pero estaba mas abierta y dispuesta a la experiencia y la ecuanimidad estaba en mi, este estado fue muy importante porque a final de ese periodo me quede sin empleo, hecho que me daba la gran oportunidad de concretar un gran anhelo: soltar uno de los mas andes apegos en mi vida, sin embargo me daba pavor; entre en un trabajo personal muy fuerte y profundo, gracias al orden, aún insipiente que había logrado por el trabajo en la maestría y la ecuanimidad que ello me dio, Salí a flote con mas rapidez, claridad y fortaleza de la que me hubiese imaginado, el proceso fue casi todo el tercer semestre, este tiempo me mantuve permanentemente hacia adentro, en profunda introspección, autoanálisis, autoobservación y trabajo interno, -en el cuerpo emocional, físico, mental y espiritual- constante y consciente, veinticuatro horas al día y que más que una desición fue una necesidad profunda del ser, que se vio muy apoyada por el trabajo en la maestría con el que además me di cuenta que el espíritu siempre actúa en nuestras vidas, con estas actividades y avances me percate de la importancia y la labor profunda que me había dado un trabajo de meditación que fui construyendo, aparentemente sin guía, en el trabajo con mis emociones y apegos.

Antes de ingresar a la maestría, dos años atrás, aproximadamente, había desarrollado un método de meditación para trabajar mis emociones y apegos a fin de resolver algunos conflictos con personas donde trabajaba, lo hacia casi todo el día, desde que me levantaba hasta que me acostaba, no requería estar apartada ni sentada, incluso ni siquiera en silencio, aunque procuraba hablar lo menos posible y mantenerme en autobservación permanente, atenta a mis emociones en la interacción con el mundo y el apego o motivos que los originaba en mi. Cuando leí la meditación Vipassana, fue muy esclarecedor, otra parte de mi realidad se acomodaba y tomaba otro sentido, me di cuenta que eso era trabajo interno, que en ese momento además, facilitaba mucho la comprensión de diversas cosas de la práctica espiritual que Ramón nos explicaba en las reuniones presenciales, sin embargo mi natural grado de exigencia me seguía diciendo que no trabajaba; poco a poco, con las reuniones grupales de fin de semestre, principalmente, esto fue cambiando y la forma de verme a mi misma fue mas compasiva y amorosa, el verdugo implacable que me exigía desde el interior fue desapareciendo a lo largo de la maestría.

Las

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