Zafaroni En Contra De La Teoria Finalista
gynna9 de Agosto de 2014
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ZAFARONI EN CONTRA DE LA TEORIA FINALISTA DOCTRINAS DE LA IMPUNIDAD, LA CORRUPCION Y EL GENOCIDIO
EL FINALISMO Y EL ZAFFARONISMO – LAS DOCTRINAS DE LA IMPUNIDAD, LA CORRUPCION Y EL GENOCIDIO
Fernando Marcelo Carletti*
El presente trabajo no es el resultado de una mera investigación sobre trabajos intelectuales escritos por especialistas ya sea a través de tratados, manuales y publicaciones sobre derecho penal que cito en la bibliografía al final de este trabajo. Sino que es el resultado de esa investigación mas mi experiencia personal en el ejercicio de la profesión de abogado y de la observación de cómo funciona la realidad en la administración de justicia penal cotejándola con esos trabajos. Ese cotejo me hizo poner en tela de juicio todo lo escrito hasta ahora porque resulta evidente que hay algo que no encaja. El discurso no coincide con la realidad. Pero de tal manera no coincide que he llegado a dudar de la sinceridad intelectual de los más prestigiosos tratadistas, personas inteligentes, con una capacidad superior a la normal, a las que ciertas cosas evidentes no se les pueden escapar. Y a medida que avanzaba en la investigación esas dudas iban siendo despejadas y resultando evidente la utilización de estrategias para engañar y distraer de los verdaderos objetivos. Son discursos que cierran en lo teórico, resultan atrayentes y parecen dirigidos por una voluntad tendiente a crear una sociedad justa donde se respete el ser humano. Pero analizadas profundamente y viendo los efectos que producen en la realidad surge claro que tienden a todo lo contrario. Ese efecto contrario puede pasar desapercibido por quien escucha a un tratadista rodeado del mas alto prestigio en una clase magistral. Sus intenciones parecen buenas, el respeto y la pompa con que se lo trata nos lleva a tomar sus manifestaciones con las defensas bajas y quizá hasta las podamos llegar a compartir sin darnos cuenta que estamos siendo engañados y utilizados para los fines mas siniestros. Pero para quien elabora la teoría no pueden pasar desapercibidas, esa persona que ha creado un sistema teórico, un discurso para convencer, que utiliza argumentos falsos que no se los enseñaron sino que los investigó por si mismo y los desarrolló, no puede estar actuando de buena fe. Quien toma los datos de la realidad que le convienen para crear una teoría y una realidad virtual falsa al mismo tiempo que oculta otros datos que demuestran la falsedad de lo que dice pero que conoce tanto como los primeros, en realidad nos está engañando. Y no solo se nos esta engañando sino que se está destruyendo el trabajo de personas que realmente lucharon por una sociedad mas justa arriesgando sus vidas como Cesare Beccaria, exponiendo sus ideas que eran sinceras. La realidad es que hoy, al menos en la Republica Argentina, tanto en lo teórico y académico como en la propia práctica de la actividad judicial en que la vida, la libertad y la propiedad de las personas esta en juego, no se aplica ni se enseña el derecho penal liberal producto de una larga evolución. Lo que hoy se enseña y aplica es el derecho penal ideado por intelectuales de la Alemania Nazi, derecho creado específicamente para ese régimen y perfeccionado en forma siniestra por los germanofilos locales, para manipular a las personas y consagrar en la realidad las más atroces diferencias.
EL ORIGEN DEL PROBLEMA
El Nacional Socialismo como régimen totalitario por excelencia que fue, abiertamente racista, que se valió de los métodos más criminales para obtener y mantener el poder tuvo especial influencia en el derecho penal. Para el Nacional Socialismo solo el Estado y la Raza eran importantes. El individuo en sí, carecía de valor y de derechos. Fue un régimen masificante, el dominio de Hitler se basaba en el dominio de las masas a las que Hitler comparaba con una mujer que se conquista y se somete al más fuerte. Para una manera de pensar así respecto de la sociedad es lógico que se quiera anular las individualidades, todos los individuos deben responder al estereotipo considerado ideal como miembro de la sociedad. En el caso del nazismo este estereotipo debía responder tanto física como psíquicamente al calificado como superior. No alcanzaba para los nazis ser rubio de ojos celestes, además era necesario que el individuo tuviera los mismos valores y conceptos éticos que se proclamaban como ideales. Para esto el Nacional Socialismo utilizó la propaganda en forma muy hábil y creativa. Pero sabido es que la propaganda a pesar de tener un gran éxito en las masas no logra captar a todas las personas. Siempre hay gente que a pesar de escuchar los discursos y ver toda la maquinaria propagandista del Estado sigue pensando y analizando por si misma, manteniendo su personalidad y sus ideales. Por eso se necesita algo más que la propaganda. Y ese algo más no es otra cosa que el Derecho Penal. El derecho penal da las herramientas a un régimen sin escrúpulos para amoldar a los ciudadanos a su modelo mediante el miedo a una pena grave de cárcel y aun de muerte en un régimen como el Nacional Socialista. El miedo paraliza y es tan terrible que afecta no solo la conducta externa del individuo sino hasta su pensamiento, se termina amoldando a lo requerido y justificando aquello que viene de una autoridad legitimada por el Estado. Pero para esto no servia el derecho penal liberal democrático, era necesario darle un vuelco, el derecho penal no debía ser para proteger bienes jurídicos fundamentales como la vida, la propiedad, la libertad sino para forjar y amoldar los ciudadanos a los valores éticos proclamados como únicamente dignos. Durante los años 30 y 40 de la Alemania nazi surge la Escuela de Kiel que proclamo abiertamente el derecho penal de autor mediante el cual se sancionaba a la persona no por sus actos en si sino por su personalidad o peligrosidad mediante su tratamiento o eliminación de la sociedad, este sistema tuvo un gran rechazo incluso en la Alemania Nazi. Mucho mas hábilmente, el también profesor de Derecho Penal de la Alemania nazi Hans Welzel encuentra una ventana abierta en la Teoría del Delito del derecho penal liberal para trastocar todos sus fines. Y lo hace con un disimulo y una habilidad tal que su teoría, el Finalismo, se va imponiendo hasta el día de hoy donde es la mayoritaria junto con los denominados post finalistas y zaffaronistas que no son otros que distorsionadores del derecho penal que han partido del finalismo para crear teorías aún mas aberrantes todavía destruyendo el derecho penal democrático para instaurar la arbitrariedad, la desigualdad ante la ley, la corrupción, la anarquía, el genocidio y el predominio de elites impunes que amoldan a los ciudadanos conforme a sus intereses y deseos.
HANS WELSEN Y EL NAZISMO
Cuando analizamos una obra jurídica no podemos desvincularla del ámbito en que fue creada. Como influyó ese ámbito en la obra y la obra como influyó en el ámbito. Y esto aún más se debe tener en cuenta cuando nos estamos refiriendo a obras y teorías del derecho penal. Hans Welsen en los años 1930 y 1931 lanza ideas que son los primeros vestigios de lo que después en plena Alemania nazi seria el finalismo. Es esos años el nazismo aún no era gobierno pero ya estaba muy fuerte y extendido en Alemania junto con sus ideas. Alemania era un caos y a diestra y siniestra Hitler se deshacía en discursos proclamando valores como la lealtad, la ética, el honor y la Justicia. Los SA o Camisas Pardas constantemente desfilaban por las calles portando la bandera con la svastica y manteniendo verdaderos combates callejeros con sus enemigos políticos. Hitler había empezado su carrera política en el año 1919 apenas terminada la primera guerra afiliándose con el numero 7 al entonces “Partido Obrero Alemán” y el 9 de noviembre de 1923 al frente de ese mismo partido que ahora se llamaba “Partido Nacional Socialista de los Obreros Alemanes” intentó hacerse con el poder imitando lo que Mussolini había hecho en Italia, golpe que terminó en fracaso. Ya en el año 1924 escribe la primera parte de “Mi Lucha” y en el año 1926 la segunda parte, donde Hitler sentó las bases de la ideología nazi. Movido por las circunstancias de desorden de Alemania y el poder que había adquirido el nazismo, a pesar de despreciar a Hitler al que llamaba “el cabo austriaco”, el anciano Presidente Paul Von Hindenburg el 30 de enero de 1933 designa a Hitler Canciller Alemán. Tras el incendio del Reichtag, Hindenburg firma un decreto suspendiendo los derechos fundamentales dando vía libre a la actuación de Hitler y así se inicia la dictadura nazi. En esa gestión, con Hindenburg enfermo, Hitler provoca “La Noche de los Cuchillos largos”, en la cual los SS, la nueva fuerza de Hitler surgida de su Guardia Personal asesina a los principales lideres de la SA, los antiguos Camaradas de Hitler, y de los cuales este ahora se quería deshacer. En el año 1934 fallece el Presidente Hindenburg y Hitler se hace con el poder total.
En el año 1935, en esa Alemania, Hans Welsen se habilitó como Catedrático con un trabajo titulado “Naturalismo y filosofía de los valores” que fue recibido con gran beneplácito por las autoridades nazis, partidarios del derecho penal autoritario de esa época y es con el nazismo en el poder en el que realmente elabora y cierra la teoría final de la acción. A la subida del nazismo Welsen la llamó “la revolución espiritual de 1933 que tenia una gran significación para nuestra ciencia” ciencia que no es otra que el derecho penal. Como prueba de su compromiso con esa revolución espiritual concurrió al encuentro promovido por la National Sozialistische-Rechtswahrerbund sobre “El Honor de la Comunidad” donde rindió tributo a la ideología
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