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Ética Para Amador


Enviado por   •  11 de Junio de 2013  •  1.154 Palabras (5 Páginas)  •  261 Visitas

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EL MAGNÍFICO RESUMEN DEL LIBRO ‘ÉTICA PARA AMADOR’: CAPÍTULOS 7-9

CAPÍTULO 7: PONTE EN SU LUGAR

Robinson Crusoe se las había arreglado muy bien hasta que ve una huella humana y entonces, después del sobresalto inicial empiezan a surgirle dudas sobre de quién proviene y las intenciones que pudiera tener. Cuando estaba solo, Robinson se enfrentaba a cuestiones técnicas, mecánicas, higiénicas o científicas. Pero cuando encuentra la huella de Viernes en la arena de la playa empiezan sus problemas éticos, pues ahora tiene que empezar a vivir humanamente. Savater también comenta que la ética no se ocupa de cómo resolver los problemas con las cosas; lo que a la ética le interesa es cómo vivir bien la vida humana (la que transcurre entre humanos).

A pesar de las diferencias entre Robinson y Viernes, tenían ciertas semejanzas que no compartían con los animales, entre ellas la capacidad para hablar y la de valorar los comportamientos. Pero por muy semejantes que sean los hombres no está claro cuál será la mejor manera de comportarse respecto a ellos. La actitud ante un miembro de una tribu de caníbales que pretende comérselo estofado, no será la misma que si se trata del grumete del barco que viene a rescatarle.

Marco Aurelio tenía bastante claras dos cosas muy importantes:

1. Que quien hace cosas “malas” no por ello deja de ser humano.

1.2. Que todos seguimos algún ejemplo; por eso es importante que demos buen ejemplo a nuestros congéneres. Así que lo que des es lo que vas a recibir, ni más ni menos.

Puede haber dos tipos de pensamiento en lo que a esta cuestión se refiere: el primero busca el cariño de los demás para quererse a sí mismo (a lo que Savater nombra con una rata); y el segundo se quiere a sí mismo por lo que es capaz de querer a los demás (lo que Savater compara con un león). El primero (rata) está al acecho del daño que le puedan ocasionar los demás; mientras que el otro (león) piensa que el bien que se hace a sí mismo se lo está haciendo a los demás y que cuando hace daño a alguien, al que más daño hace es a él mismo.

Por lo tanto, es mejor ponerse en el lugar de nuestro semejante para saber lo que siente y así intentar comprenderle. También es importante escuchar, y cuando digo escuchar, es entender las razones, exponer las tuyas; es decir, prestar atención, aunque esa persona sea mala o haya hecho algún mal. Al igual que anteriormente, se habla de la buena vida, la cual hay que buscarla siguiendo tus intereses, aunque el más poderoso es que te traten como a un humano.

CAPÍTULO 8: TANTO GUSTO

Savater primero comenta que cuando la gente habla de «inmoralidad» casi siempre tiene que ver con el sexo. Dice que lo único malo que hay en el sexo es que alguien lo use para hacer algún mal a otro, pero por lo demás no tiene nada de malo el disfrutar de tu cuerpo ya que sin disfrute no puede haber “buena vida”.

El sexo no se puede tomar a la ligera porque la procreación tiene que ver mucho con la responsabilidad y la libertad. Hay quienes dicen que dedicarse con demasiado entusiasmo al sexo animaliza al hombre. Pero la verdad es que son precisamente animales quienes sólo emplean el sexo para procrear, lo mismo que sólo utilizan la comida para alimentarse o el ejercicio físico para conservar la salud; los humanos, en cambio, hemos inventado el erotismo, la gastronomía y el atletismo. Los humanos no sólo usamos el sexo para procrear, sino que existen una serie de lazos afectivos. Cuanto más se separa el sexo de la simple procreación, menos animal y más humano resulta.

Del sexo siempre se ha dicho que es inmoral porque siempre se le ha tenido miedo, ya que gusta mucho y si uno se entrega por completo al placer, puede olvidar lo demás y acabar mal.

Existe un tipo de persona, la puritana, que tiene tanto miedo al placer que disfrutan no dejando disfrutar a los demás. Éstos sostienen que siempre tiene más merito sufrir que gozar; también creen que cuando uno vive bien tiene que pasarlo mal y que cuando uno lo pasa mal es porque está viviendo bien. Pero debemos tener siempre en cuenta que nada es malo sólo por el hecho de que te dé gusto hacerlo.

Se habla del carpe diem, que significa aprovechar el momento y los placeres que están a tu alcance antes de que sea demasiado tarde. También se dice que no hay que abusar de ellos ya que llevan a simplificar la vida por completo.

El placer es bueno cuando nos proporciona alegría; cuando la alegría se aleja de ese placer ya no nos conviene. A la virtud de poner el placer al servicio de la alegría; es decir, a la virtud que sabe no ir a caer del gusto en el disgusto, la llamamos templanza. Pero en ocasiones este término se lleva a los extremos, lo cual no resulta adecuado: la abstinencia y la prohibición.

CAPÍTULO 9: ELECCIONES GENERALES

Muchas personas dicen que los políticos son unos inmorales y no tienen ética. Pero la ética no sirve para criticar a la gente en general, sino para mejorarse a uno mismo. Ahora bien: ¿por qué tienen tan mala fama los políticos? Pues porque sus defectos son más notorios al ocupar puestos especialmente visibles, porque pueden abusar de ciertos poderes, porque a veces se les tiene envidia, y porque tienden a hacer más promesas de las que pueden cumplir.

La política y la ética tienen en común que ambas buscan la mejor manera de vivir bien. Sin embargo, también hay diferencias: la ética se basa en la libertad individual, mientras que la política intenta coordinar de la manera más provechosa para el conjunto lo que muchos hacen con sus libertades.

Veamos ahora lo que debe cumplir el sistema político preferible:

a) Que se respete al máximo la libertad humana (libertad de expresión, de pensamiento, etc.). También se deberá insistir en la responsabilidad.

b) Tratar a las personas como a personas, considerando los intereses ajenos como propios (justicia). Aquello que nos permite exigir ser tratado como semejante se le llama dignidad. La dignidad hace que las personas sean insustituibles, ya que cada una de ellas es única.

c) Garantizar la asistencia comunitaria a los que sufren y la ayuda a los que por cualquier razón menos pueden ayudarse a sí mismos.

Las exigencias mínimas que la sociedad política debe cumplir son los derechos humanos, cuya lista es hoy, un catálogo de buenos propósitos más que de logros efectivos.

El autor comenta que los problemas de los seres humanos no pueden ser resueltos más que de forma global para todo el mundo; la actual fragmentación política no hace más que perpetuar estas lacras y entorpecer las soluciones que se proponen. Aquello que favorece la organización de los hombres de acuerdo con su pertenencia a la humanidad y no por su pertenencia a tribus, es algo políticamente inte

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