ATENCO Y DERECHOS HUMANOS

EL ACTUAR INCORRECTO DE LA POLICÍA FEDERAL Y LA ESTATAL, BAJO LA LUPA DE LOS DERECHOS HUMANOS.

“CASO ATENCO”

Estando como presidente Vicente Fox, se realizó un proyecto y se decidió construir San Salvador Atenco, poblado ubicado en el Estado de México, cabecera del Municipio de Atenco, un aeropuerto que funcionara como alterno al ya existente "Benito Juárez" de la Ciudad de México; sin embargo los ejidatarios y a los pobladores a quienes el gobierno federal les expropiaría sus terrenos, pagándoles 70 centavos de dólar el metro cuadrado, se opusieron al proyecto y pronto iniciaron un movimiento de resistencia civil, quienes mantenían bloqueada la carretera Lechería-Texcoco, en el Estado de México y que degeneró en violentos enfrentamientos entre los habitantes y las fuerzas policiacas, represión armada, censura oficial, así como encarcelamientos cuestionados por la prensa, la sociedad civil y organizaciones nacionales e internacionales de lucha a favor de los derechos humanos.

Errores como la no notificación constitucional a los pobladores, la intención de pagar a muy bajo precio el metro cuadrado de terreno, la falta de consenso y de beneficios directos para los habitantes de la localidad, la omisión de alternativas de vida y trabajo para los pobladores, evidenciaron la débil plataforma jurídica sobre la cual se basaba el proyecto que hizo cuestionable el proyecto de aeropuerto, ya que lesionaba el derecho al patrimonio familiar, y que prometía públicamente anticipadamente réditos económicos importantes para el sector empresarial, a cambio de un pago que resultaba insuficiente para que cada familia residentes pudiera restituir su vivienda, o tuviera una alternativa de desarrollo que lo incluyera como sujeto activo del proyecto; por lo que finalmente el gobierno federal se vio obligado a cancelar el proyecto; no sin antes haber acontecido los hechos que son materia de nuestro reporte y que se describen muy brevemente a continuación.

En síntesis tenemos que en la madrugada del día 4 de mayo de 2006, los diversos cuerpos policíacos de carácter federal y estatal, integrando un grupo de 2,515 elementos (700 de la Policía Federal Preventiva y 1,815 de la Agencia de Seguridad Estatal), realizaron un operativo conjunto por el que se logra retirar el bloqueo de la carretera Lechería-Texcoco y procedieron a ingresar al centro de la localidad de San Salvador Atenco, Estado de México, en la que se encontraban atrincherados los manifestantes, con lo cual fueron detenidas otras 106 personas, que fueron puestas a disposición del agente del Ministerio Público adscrito a la agencia modelo de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, en Toluca, y remitidas posteriormente al Centro Preventivo y de Readaptación Social “Santiaguito” en Almoloya de Juárez, de la citada entidad federativa, para su aseguramiento.

Una víctima de nacionalidad extranjera señala que el jueves 4 de Mayo de 2006, como a las 6:00 de la mañana las campanas de la iglesia de San Salvador Atenco comenzaron a sonar y un micrófono se vociferaba que la policía estaba sitiando el poblado, los pobladores días antes habían instalado sitios en donde se montaban guardias, desde donde los campesinos sin contar con armas, miraban en dirección a la fila de policías fuertemente armados que a lo lejos se veían avanzar hacia ellos, se escuchó el primer disparo, se trataba de gas lacrimógeno, que rápidamente transformó el aire en irrespirable, la policía continuaba avanzando y abruptamente se abalanzó sobre los pobladores golpeándolos fuertemente con sus toletes, allanaban las casas y sacaban a sus habitantes a golpes, llegaron helicópteros y los disparos comenzaron sin cesar, mujeres y hombres fueron detenidos, golpeados brutalmente, hincados con la cabeza agachada y con las manos en la nuca, después los subieron amontonados en camionetas en las que los trasladaron a un autobús a donde los subían y en donde los continuaban golpeando, los llevaron al penal de Almoloyita en la ciudad de Toluca, en el trayecto cuentan mujeres que fueron golpeadas y abusadas sexualmente por más de una ocasión por los policías, llegando al penal los pasaron a los más de doscientos detenidos al chequeo médico, siendo como cuarenta de ellos los que resultaron lesionados gravemente, luego los pasaron a rendir su declaración si era su deseo.

Otra de las victimas señaló que cuando los policías comenzaron a replegar a la gente hasta el centro de la plaza, sonó el aviso de ataque, la gente en la plaza corrió, ella corrió a refugiarme en una casa, en la cual parecía, que todo estaba seguro, cuando al pasar cuarenta minutos, gritando, entraron hombres uniformados gritando que nos pusiéramos contra la pared, con las manos en alto, sin verlos. Empezó un interrogatorio que iba seguido de amenazas y golpes, los grababan y les tomaban fotografías, a los que no les parecía, eran más golpeados. A los que traían tatuajes se les amenazaba que se los iban a quitar con navajas. Los golpes siguieron, la golpeaban cada vez que me preguntaban datos generales. Después se escucharon órdenes de sacarlos por la parte trasera que había sido tapada con plásticos blancos, los sacaron de cinco en cinco, con la cabeza abajo, ella iba con la ropa interior en la parte superior de mi cuerpo. Los dieron órdenes de sentarse en la banqueta, en donde no podían ver a sus agresores ni por error, porque eran seguros golpes. Los despojaron de todo y los golpes continuaban, los subieron a un autobús, a la hora de subirse los estrellaban en la parte posterior del autobús, le agarraron sus glúteos y los pechos, dejándole moretones, al subirme al autobús los granaderos que la tuvieron a su alcance, la seguían golpeando. Cuando estaba arriba se di cuenta de que había más gente tirada en el pasillo, uno sobre otro, peor que animales, la encimaron y los golpes continuaron, las órdenes cambiaron, les dijeron que se colocaran abajo de los asientos, cerraron las ventanas para que los medios no se percataran que ahí estaban. El viaje duró más de cinco horas; al llegar a un lugar desconocido, los bajaron, las amenazas seguían al igual que los golpes. Le tocaron los pechos e introdujeron sus dedos en su vagina, con risas y amenazas le gritaban que la iban a violar y que iban a matarla al igual que a su familia porque ya tenían sus datos y entonces sería más fácil localizarlos, fueron trasladados a Almoloya.

Con base en la breve síntesis de lo ocurrido en San Salvador Atenco en mayo de 2006, considero que es suficiente para poder determinar si la actuar de la policía fue ilegal: definitivamente

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