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Agentes mediadores y responsables del consumo infantil: Familia, escuela y medios de comunicación


Enviado por   •  9 de Marzo de 2018  •  Ensayos  •  1.256 Palabras (6 Páginas)  •  149 Visitas

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Agentes mediadores y responsables del consumo infantil:

Familia, escuela y medios de comunicación

Carmen Marta Lazo

Revista Comunicación y Hombre

Año 2005

Paginas 19 - 33

El medio televisivo es uno de los agentes principales de socialización para el niño, además, es la primera actividad de ocio que ellos realizan cuando llegan a casa después del colegio. Sin embargo, la manera en que los niños ven la televisión plantea muchos interrogantes, partiendo de una escala de actitudes del niño respecto al medio, al grado de interacción que el niño establece con los mensajes que la televisión le propone y el periodo evolutivo en que el niño se encuentre.

Los motivos por los que los niños ven gran cantidad de tiempo al día la televisión son los siguientes: es una de sus actividades favoritas; les sirve como medio para no aburrirse, al no encontrar otras actividades de ocio; no tienen ningún límite ya que les dejan ver todo lo que quieren para que estén entretenidos; o, simplemente, porque aprovechan para compartir ese tiempo con sus padres. Precisamente, el hecho de ver la televisión con los padres se valora como positivo, porque los ayuda a resolver dudas; contrastar su opinión con otras y ampliar así el punto de vista de los temas que se plantean; contar con una orientación de los contenidos que pueden ver o no; o, solamente, tener compañía durante el visionado.

Inclusive, los niños que suelen dialogar con sus padres con respecto a lo que ven, presentan juicios más razonados en la percepción de las imágenes y llegan a compararlas con situaciones de su vida diaria o a aplicarlas a nuevos contextos. Por el contrario, aquellos niños que no suelen conversar con sus padres llegan a confundir la interpretación del significado de las secuencias televisivas.

La escuela, como una de las principales y más preparadas guías de construcción de conocimiento del alumno, debería afrontar la realidad mediática y tecnológica actual y enseñar “para la comunicación”,  mediante el cual el niño pueda adquirir la “competencia televisiva” requerida para llegar a ser crítico y autónomo en sus adquisiciones de lo que el medio le propone.

En este sentido, la lectura Agentes mediadores y responsables del consumo infantil: Familia, escuela y medios de comunicación por Carmen Marta Lazo aporta de manera sencilla, entendible y critica a esta realidad expuesta.

La televisión proporciona entretenimiento, educación, noticias y perspectivas de la vida fuera de sus propias experiencias. En contraste con lo positivo que estas formas de medios ofrecen, cada una puede impactar de forma negativa a las personas, física, emocional, social y moralmente. Estas desventajas potenciales regularmente crean efectos duraderos en los adultos, niños, adolescentes y la sociedad como un todo.

La televisión es uno de los medios de comunicación de uso más cotidiano en los hogares del mundo, con su consecuente influencia en los hábitos culturales y de consumo, en el desarrollo del sistema de valores, en la formación del carácter y en la conducta de los niños.

Además, puede tener efectos negativos sobre los niños, especialmente cuando se emplea sin control, por tiempo ilimitado o prolongado cada día. Peor aún es cuando la ven en soledad, sin que sus padres o algún otro adulto cercano comenten o maticen lo que están viendo, cuando los niños tienen acceso sin ningún tipo de control pueden ser víctimas de algunas consecuencias negativas, entre las cuales se pueden nombrar:

Las imágenes de violencia reiteradas que ofrecen tanto las películas como los programas de noticias, repercuten negativamente en la agresividad de los niños.

’’Los niños actúan por imitación, y cuando pasan muchas horas al día en la televisión esperan que la vida real también siga en ese ritmo frenético, por lo que se aburren y pueden ser más inquietos. ’’[1] No es adecuado que los niños menores de ocho años vean los diarios informativos, las noticias, ni aquellos programas en dónde la violencia aparece con frecuencia. Los infantes y adolescentes pueden imitar las conductas violentas, identificarse con los individuos agresivos; conductas que pueden reproducir en su diario de vivir.

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