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Aproximacion Al As Diversidades Sexuales


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2013  •  2.007 Palabras (9 Páginas)  •  370 Visitas

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Aproximarnos a la diversidad sexual necesariamente nos hace revisar el concepto que sobre la sexualidad tenemos; dejar claro que concebimos la sexualidad como un producto social que se refiere a los aspectos eróticos amorosos de nuestras vivencias, mucho más allá de la genitalidad.

El interés por develar la diversidad sexual que existe en una sociedad se ha manifestado claramente a partir del desarrollo de algunas teorías psicológicas, de algunas corrientes de la sexología y en dos movimientos sociales: el feminista y el lésbico-gay. Aunque su mayor reconocimiento se ha dado a través de la lucha social, dichos movimientos no han sido ajenos al desarrollo del conocimiento y recientemente han ocupado áreas de estudios importantes en las instituciones de investigación y de educación superior.

Una de las principales aportaciones al reconocimiento de una sexualidad múltiple se le adjudica al polémico Freud (05), quien –si bien mantuvo una posición que podría considerarse ambivalente- sembró la semilla de la visión moderna sobre la variedad sexual infinita. Señaló que la sexualidad tiene claras manifestaciones durante las diferentes etapas de la vida y que éstas son polimorfas. Si bien Freud denominó a algunos comportamientos sexuales como “perversos”, su connotación no era la misma que actualmente le asignamos a este término (Weeks, 1998). Buscando transformar las opiniones convencionales en torno a lo que constituía el sexo, él les llamó así desde esa analogía que, hasta el siglo XVI, identificaba a la perversión como diversidad, expresada claramente a denominar el infante como un perverso polimorfo.

Si bien la sexología se ha orientado de manera importante a estudiar la respuesta sexual humana, principalmente desde una óptica biológica (Master y Jonhson, Ellis…), otros sexólogos -como Kinsey- han ampliado notablemente su perspectiva y actualmente resultan pioneros en el estudio de la sexualidad de una manera amplia; así la sexología contemporánea ha incorporado otra dimensión para su análisis, que es la social; ésta nos permite ver la influencia de la historia y de la cultura en la definición de las prácticas.

Desde esta óptica disciplinaria, no podemos dejar de lado la aportación de la ética a la reflexión sobre las manifestaciones diversas, que ha permitido llevar la discusión de la sexualidad humana más allá de lo moral, para poderla enmarcar en los derechos de las personas, desde el respeto y la libertad. Y es precisamente este marco desde donde la perspectiva feminista y los estudios lésbico gays han impulsado su análisis.

El feminismo contemporáneo identificó a las prácticas sexuales predominantes como uno de los elementos centrales que mantenían la iniquidad entre mujeres y hombres, como un instrumento más para la subordinación de las mujeres, e impulsó una fuerte lucha para que se reconociera la sexualidad femenina, que consideran negada.

Carole Vance, destacada feminista, publicó en 1984 una antología que recoge los principales debates de los años 70, denominándola “Placer y Peligro”, donde claramente se destaca el papel que la sociedad atribuía a la mujer respecto de la sexualidad, en este posicionamiento de doble moral social y de suma responsabilidad hacia las mujeres en el control de la sexualidad. La aportación feminista, además de destacar la disparidad de género en el ejercicio sexual, se pronunció claramente a favor del reconocimiento de las diversas expresiones de la sexualidad de las mujeres, contra la heterosexualidad impuesta y contra las diferentes formas de violencia sexual.

Los estudios lésbico – gays intentan establecer la centralidad analítica del sexo y la sexualidad dentro de diferentes campos de investigación y promover los intereses de las lesbianas, bisexuales y gays, enfocándose al escrutinio de la producción cultural, la diseminación y las vicisitudes de los significados sexuales. Intentan descifrar los significados sexuales inscritos en diferentes formas de expresión cultural, así como los significados culturales de los discursos y prácticas del sexo.

La sexualidad es a los estudios lésbicos – gay, lo que el género a los estudios de las mujeres (Abelove, 1993). Los estudios lésbicos- gay como los estudios de las mujeres, se ubican entre la academia y la política, al constituirse en campo de investigación académica y de exploración crítica.

El concepto de Diversidad Sexual

Los estudios lésbico – gays (Abelove, 1993) han derivado en una amplia variedad de disciplinas – filosofía, humanidades, estudios étnicos, estudios literarios y estudios culturales- que producen y emplean muy variados tipos de conocimiento y significado. Sugieren diferentes temas y tópicos para investigación; demuestran la evidencia de diversos métodos teorías, estilos y aproximaciones; y tomados en su conjunto transforman la vida de nuestras culturas y de nuestro mundo.

Los estudios lésbico – gays no están limitados al estudio de las lesbianas, bisexuales y gays (LBG), ni se refieren simplemente a los estudios que se encargan de, o en nombre de LBG. Es decir, no pueden ser definidos por sus sujetos, sus profesionales, sus métodos o sus temas, ni intentan ser agregados disciplinarios o de problemáticas. Introducen el sexo y la sexualidad como una categoría a tomar en cuenta en el análisis de la realidad social.

Si bien las transformaciones dentro de la corriente dominante de la sexología proporciona un marco teórico para reconocer la diversidad, el impulso político proviene de un origen diferente: las expresiones sexuales no legitimadas.

La mayor parte de las sociedades han presenciado ya un esfuerzo sostenido de las lesbianas y gays por articular y desarrollar identidades claras en el contexto de subculturas y comunidades de subculturas y comunidades sociales más amplias. A medida que los modos de vida homosexual se han hecho más públicos y tienen más confianza en sí mismos, han surgido otras afirmaciones de identidad de minorías sexuales, a la par que han proporcionado un repertorio de estrategias políticas y organizativas para la movilización de otros grupos eróticos. Así ha surgido la voz de travestis, transexuales, sadomasoquistas, bisexuales, swingers, prostitutas y otros, exigiendo su derecho a la expresión y la legitimidad. Es decir, cada día más han dejado de ser del interés clínico para entrar en el escenario de la historia y de la cotidianidad, como pruebas vivas de la diversidad sexual.

Aún así, la tendencia a formar y defender categorías está aún vigente. Pero como Kinsey señaló: sólo la mente humana inventa

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