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Behavioral Finance en Burbuja Japonesa


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2021  •  Resúmenes  •  2.251 Palabras (10 Páginas)  •  75 Visitas

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BEHAVIORAL FINANCE EN LA BURBUJA FINANCIERA E INMOBILIARIA JAPONESA

1. Descripción de la situación

Eran los años 50 y Japón buscaba recuperarse de la Segunda Guerra Mundial, para ello, diseñó un plan

de reconstrucción. De esta manera, los bancos comerciales estaban fuertemente respaldados y regulados

por el Ministerio de Finanzas, a cambio de salvaguardar los ahorros de las familias y redistribuir los

excedentes hacia el sector industrial (Nakaso, 2001). Por tanto, se tenía una gran confianza hacia el

sector financiero, dado que se encontraba implícito el respaldo por el gobierno. Debido a que todo

estaba regulado, no existía competitividad entre los bancos por tasas favorables y los agentes por tanto

veían a estas instituciones indistinguibles. Por otro lado, en la estructura empresarial japonesa, nos

exponen Arellano, León y Rodríguez (2008), los conglomerados japoneses (keiretzus) juegan un rol

importante que les permitía tener un mayor apoyo financiero.

Durante la década de los 70, comenzó la desregulación financiera paulatinamente. Nakaso (2001) nos

menciona la legislación en caso de que un banco quiebre y la falta de urgencia que existía en torno a

ello, debido a que Corporación de Seguros de Depósitos no tenía fondos suficientes como para enfrentar

una situación como esa. Esto significó, para cuando estalló la burbuja a principios de los 90, la ausencia

de una red de seguridad integral sobre las instituciones financieras.

A mediados de los años 80, en Girón (2017) se explica lo que sería el inicio de la burbuja: Japón firma

el Acuerdo Plaza cuyo fin era la devaluación del dólar en el mercado de divisas, dado el déficit

comercial que presentaba Estados Unidos. En consecuencia, el dólar se devaluó aproximadamente en

un 50% en apenas unos meses. Esto evidentemente traería consecuencias negativas para la balanza

comercial japonesa, por tanto, el banco central, el Banco de Japón, optó por ejecutar una política

monetaria expansiva bajando las tasas de interés en un 50% (llamada política de tasa interés cero) y

mediante el Acuerdo Louvre se buscó revaluar el yen frente al dólar, (Girón, 2017). Esto incentivó el

alza de los precios de la tierra y las acciones (Brooks, 2011). Estos se dispararon, se estimuló la actividad

económica por un tiempo e incluso se hablaba de un nuevo paradigma debido al nivel tecnológico que

poseía Japón en ese entonces.

Los keiretzus aprovecharon la burbuja y su importancia, así se dedicaron a la actividad especulativa

(zaitech). Los beneficios de esta práctica en muchas ocasiones llegaron a sobrepasar a los obtenidos a

partir de su actividad productiva, así las actividades financieras de las grandes empresas crecieron al

igual que su nivel de endeudamiento. (Mañas, 2001)

2. Behavioral Finance

El caso japonés es interesante de analizar mediante Behavioral Finance, pues es un país con una cultura

distinta a las de occidente, en general, los mercados financieros asiáticos están entre los más grandes y

hay cierta evidencia de que los asiáticos sufren de sesgos cognitivos en un nivel diferente al de las

personas de otras sociedades (Kim, 2008). Por ejemplo, los inversores individuales en Asia a menudo

son vistos como simples jugadores. Las culturas asiáticas tienden a basarse en un modelo socialmente

colectivo y se ha argumentado que las sociedades colectivas pueden hacer que los individuos tengan

demasiada confianza.

En este trabajo, nos situaremos en la temporada alcista de Japón que abarca los años 80´s, en esta clase

de periodos se han identificado muchos comportamientos en un entorno de precios de activos, y tal

como concluyen Ito e Iwasako (1995), el aumento del precio de las acciones en el segundo semestre de

1989 y el aumento del precio de la tierra en 1990 no se explica por ningún modelo de valoración de

activos basado en fundamentos o burbujas racionales. Por tanto, explicaremos cómo es que la burbuja

japonesa se desarrolló e inevitablemente explotó a través de los sesgos asociados a los inversionistas

cuyas decisiones no fueron del todo óptimas.

Exceso de Confianza (Overconfidence)

Se ha argumentado que los inversores individuales atribuían demasiado de su éxito a sus propias

habilidades, sobrestiman sus capacidades y sobrestiman la información del mercado, por lo que se

tientan a mantener acciones que creen que están infravaloradas por el mercado (Kim, 2007). En Japón

se apreció claramente que no solo los inversionistas más experimentados eran los que invertían y se

mantenían en el bucle especulativo, sino que inversionistas menores y jóvenes se sentían

extremadamente confiados a la hora de poner su dinero en la bolsa.

Muchos japoneses se equivocaban en la precisión de su conocimiento o en la evaluación del riesgo del

rendimiento esperado. Es así, que las acciones que pertenecen a personas con exceso de confianza tienen

un precio incorrecto porque estos inversores reaccionan exageradamente a las malas o buenas noticias,

lo que hace que los precios observados sean diferentes de su valoración fundamental. Por ejemplo, esto

contribuyó a que los precios de los inmuebles japoneses aumentaran drásticamente, sin un fundamento

real que avale tal subida.

Finalmente, Kamesaka (2003) sugiere que los inversores individuales sucumben a sus sesgos

cognitivos, al permitir que los problemas como el exceso de confianza afecten sus decisiones de

inversión. Empíricamente los resultados del estudio de Kim (2007) demuestran que los inversores

individuales japoneses sesgados prefieren acciones de alto valor en libros durante un mercado alcista.

Efecto rebaño (Herding)

El efecto rebaño se da cuando los individuos actúan de común acuerdo con lo que el resto lleva a cabo,

a pesar de que vaya en contra de sus propias creencias. Una explicación es que había japoneses que no

contaban con información pertinente, así que seguían la conducta del mercado, promovida generalmente

por grandes inversionistas o instituciones (Castro, 2019).

Una burbuja tiene fases, es pues en la fase de manía, que el conocimiento de que los precios de los

activos están subiendo de forma extraordinaria es público y ningún japones quiere quedarse fuera de tal

oportunidad. Aún los inversores inexpertos olvidan su inexperiencia y quieren entrar de cualquier

forma. Cuanto más dinero

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