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CARCEL DE GUANTANAMO Y DERECHOS HUMANOS


Enviado por   •  27 de Marzo de 2014  •  Exámen  •  4.488 Palabras (18 Páginas)  •  273 Visitas

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CARCEL DE GUANTANAMO Y DERECHOS HUMANOS

En el contexto de “la lucha contra el terror” la pasada administración estadounidense puso en marcha medidas que afectaban gravemente a derechos humanos fundamentales que se creían ya instalados permanentemente en comportamiento de los gobiernos democráticos occidentales. Lo más preocupante es que este impulso restrictivo venía de uno de los países más poderosos y arrastró a otros en el mal ejemplo. En aras a la seguridad, la libertad y el Derecho Internacional se convirtieron en obstáculos que se saltaron por encima, cometiéndose ilegalidades inaceptables.

La prisión de Guantánamo es uno de estos capítulos inacabados ejemplo de lo que nunca debió existir y camino a desandar iniciado por el nuevo presidente Barack Obama. El cuándo y como es también importante pues la creación de un problema es más fácil que su solución cuando esta implica también a otros países. Se trata también de la justicia vulnerada y de muchas personas cuya vida ya no será la misma después de pasar por Guantánamo.

El mundo tampoco será el mismo. Este episodio se ha instalado en su historia más triste, pero también ha mostrado la fuerza que puede tener la voluntad de miles de personas y organizaciones unidas en defensa de la dignidad humana.

Aunque el gobierno de Estados Unidos trató de ocultar lo más que pudo la realidad de Guantánamo las crecientes protestas de activistas de derechos humanos en todo el mundo consiguieron movilizar a la opinión pública internacional a favor del cierre del centro de detención, opinión que empezó a calar entre personalidades dirigentes y algunos gobiernos de todo el mundo.

Voces desde fuera pero también desde dentro del propio país se posicionaron por el cierre de Guantánamo. El 10 de octubre de 2007 el expresidente Jimmy Carter declaró “Por primera vez en mi vida nuestro país ha abandonado el principio básico de los derechos humanos (…) Hemos dicho que podemos torturar a los detenidos y privarlos de libertad sin ser acusados de un delito”. Dos meses antes el exsecretario de estado Colin Powell también declaraba “Si de mi dependiera cerraría Guantánamo esta misma tarde (…) Hemos debilitado la fe que el mundo tenía en el sistema de justicia de Estados Unidos”

Después de numerosas peticiones la Comisión de Derechos Humanos de la ONU recibió autorización para visitar el centro de detención pero, las limitaciones eran tan grandes, un solo día en el que no podían hablar con los prisioneros, que no se pudo realizar. Esto no impidió que los cinco relatores encargados realizaran un informe en el que criticaban duramente la existencia de Guantánamo. El gobierno de Estados Unidos rechazó los términos del informe aun antes de su aparición. Sus críticas se basaban en dos falsedades. La comisión estaba formada por personas que no formaban parte de la estructura de Naciones Unidas y habían rechazado la invitación para visitar Guantánamo.

Para aliviar la presión se dieron algunas liberaciones y pasos destinados a maquillar la situación pero fue el nuevo presidente Barak Obama quien el 22 de enero del 2013 , un día después de su investidura dictó una orden ejecutiva para el cierre de Guantánamo en el plazo de un año. Pocas horas después de su juramento con 44 presidente de Estados Unidos pidió a los jueces militares la suspensión durante 120 días de los procesos en marcha.

Irene Khan Secretaria General de Amnistía Internacional declaró el mismo día “se trata sin duda un paso importante en la buena dirección. Lo fundamental ahora son los detalles del proceso y la celeridad con que ocurra”.

Como acabar con esta barbaridad

En la actualidad se encuentran en Guantánamo 240 detenidos, 60 de los cuales corren peligro de sufrir encarcelamiento y torturas o persecución si regresan a sus países de origen. Ahmed Belbacha recibió el visto bueno para su liberación hace más de un año pero continúa en el Campo 6 donde los presos pasan 22 horas al día encerrados. “Dice que su celda es como una tumba y aunque parezca una locura prefiere permanecer en estas condiciones antes de volver a Argelia” relata su abogado.

Algunos países de la Unión Europea se han ofrecido a acoger presos que sean liberados con ciertas condiciones. EE.UU. ha puesto en libertad a presos que no suponen una amenaza para su seguridad y prevé el juicio de otros por tribunales bajo los términos a considerar por el nuevo gobierno. Pero la dificultad a que se enfrenta la administración Obama es que hacer con las pruebas obtenidas mediante tortura y otros medios irregulares que no son válidas ante tribunales ordinarios. La Convención contra la tortura es clara, las confesiones obtenidas bajo tortura no tienen validez en un juicio.

Queda También en suspense que hará EE.UU. con las personas que, acusadas de terrorismo, sean detenidas a partir de ahora y si la lucha contra esta lacra que azota el mundo se hará con otra orientación y procedimientos.

Al margen de las dificultades de la administración Obama queda la responsabilidad contraída con las personas que detenidas ilegalmente, trasladadas y confinadas al margen de todo procedimiento de derecho y tratadas de forma cruel han quedado marcadas para siempre. La madre de Ruslan Odizhev, ex detenido ruso en Guantánamo dice de su hijo “ Lo ha cambiado, está totalmente enfermo, vive tomando medicinas para sus principales órganos. Intenta no mostrarme y contarme detalles para que no me disguste, no tiene apetito… ya no es la misma persona”

Recuperar la normalidad es difícil. Además de las secuelas de la tortura y el confinamiento en las condiciones descritas, muchos detenidos tienen problemas económicos y dificultades para encontrar empleo. No pocos han tenido que abandonar sus lugares de residencia, el estigma de Guantánamo les persigue. La justicia tiene una deuda con ellos, mecanismos legales existen si alguien se atreve a llevar ante los tribunales a los responsables de este despropósito por muy poderosos que sean y les exige la reparación de sus actos.

Igual que se pidió el cierre de Guantánamo, las organizaciones de derechos humanos han comenzado a pedir responsabilidades por lo ocurrido y que esta actitud positiva del gobierno de Obama se extienda a otros puntos negros que la guerra contra el terror tiene extendidos por otros países en forma de cárceles clandestinas y procedimientos inaceptables.

Recuperar la confianza en una justicia internacional maltratada por la administración Bush y sus aliados no será fácil y dependerá de las posibilidades que se le den para actuar en términos de igualdad en la aplicación del derecho internacional sin importar cuan poderoso sea el responsable de las transgresiones cometidas

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