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CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA GRUPO 2


Enviado por   •  14 de Marzo de 2018  •  Ensayos  •  2.900 Palabras (12 Páginas)  •  104 Visitas

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CÁNCER EN LOS NIÑOS

TECNOLÓGICO DE MONTERREY, CAMPUS MONTERREY

CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA

GRUPO 2

ABRIL JOANA DE LEÓN

MARÍA ESTHER CANALES PÉREZ A00819179

JOSÉ RODRIGO GARCÍA MARMOLEJO A01023469

CÁNCER EN LOS NIÑOS

MONTERREY, NUEVO LEÓN

08 de marzo de 2018

RESUMEN

     ¿Desde cuándo sabemos que existe el cáncer? Se dice que esta enfermedad radica en la humanidad desde siempre y razón no les falta. Los primeros casos clínicos se encontraron en el papiro de Edwin Smith, un documento histórico que recogió en 1.600 a.C.

En México, el tema de neoplasias malignas (cáncer) aún genera una gran controversia tanto en su diagnóstico como en su tratamiento; así como en su pronóstico, a pesar que representa la tercer causa de muerte en nuestro país, no es por falta de infraestructura y/o tecnología, la razón más importante es porque no se diagnostica a tiempo y por consiguiente no se puede dar un tratamiento adecuado, dado el estadio tan avanzado que en múltiples ocasiones presentan los pacientes. Hoy en día, en un país como México; que cuenta con toda la tecnología, para diagnosticar y darle un tratamiento adecuado y que en el 90% de los casos podría ser “curable”, no es así porque el mexicano desgraciadamente no cuenta con esa cultura de un mantenerse en vigilancia; aún si no presenta factores de riesgo.  Ahora hablar de niños, en un rango de edad de 1 a 4 años las neoplasias malignas más frecuentes son leucemias que ocupan el primer lugar, después linfomas y malformaciones congénitas  (anexo 1), el rango de edades de 1 a 14 años es el más vulnerable a padecer esta enfermedad, la medicina ha avanzado y mejorado, dado que, su enfoque no es el tratamiento de las enfermedades sino la prevención de estas, que es a donde va enfocada la medicina moderna.

Considerando que en Nuevo León solo 3,589,417 personas son derechohabientes a la salud. (Anexo 1)

INTRODUCCIÓN

     Los tumores pediátricos tienen una incidencia de 150 casos/1.000.000 niños/año.1 La mayoría de ellos son tumores con buena respuesta a los tratamientos cuando son diagnosticados oportunamente; sin embargo, el cáncer en pediatría sigue siendo la segunda causa de muerte luego de los accidentes, de allí la importancia de un diagnóstico temprano para ofrecer una mejor alternativa terapéutica. En los últimos años, se han producido significativos avances en el diagnóstico y el tratamiento de estos tumores, como el desarrollo de técnicas de medicina nuclear , de imágenes, como las técnicas de ultrasonido, tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) y tomografía por emisión de positrones (PET) que permiten valorar la extensión del tumor y sus posibilidades terapéuticas; técnicas quirúrgicas sofisticadas con soporte clínico intensivo que disminuyen el riesgo posquirúrgico.

Las formas de presentación dependen de la localización, el tamaño y el grado de extensión de la enfermedad. Muchos pacientes han sido tratados con quimioterapia y radioterapia antes de ser intervenidos quirúrgicamente, lo que puede conducirlos a alteraciones cardíacas y pulmonares. El manejo será diferente para cada niño, dependiendo de su estado emocional, su diagnóstico, incluyendo tipo y sitio de la neoplasia, el estado actual de la enfermedad, así como sus repercusiones anatómicas y fisiológicas y los tratamientos previos con sus respectivos efectos. Dicho lo anterior, es fundamental hacer una buena reflexión sobre el manejo del cáncer en el paciente infantil, lo primero que se tiene que llevar a cabo es acudir a una instancia de salud donde se encuentren doctores especializados y nos ayuden a combatir esta enfermedad, después del tratamiento, es importante también enfocarse en el comportamiento del niño para ver si está teniendo alguna afectación psicológica y así actuar de la manera adecuada. A continuación se hace un detalle más profundo a cerca del tratamiento del dolor en niños con cáncer y las necesidades que estos perciben.

                

  1. Tratamiento del dolor en niños con cáncer

     Según la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC), “las estadísticas señalan que cada año más de 160 mil niños son diagnosticados con cáncer en el mundo. 80% de los pacientes infantiles viven en países en vías de desarrollo. Antes de los años 50, la duración media de vida de un niño diagnosticado de leucemia era de 19 semanas y únicamente 2% sobrevivía más de 52 semanas. Sin embargo, hoy en día se ha alcanzado una tasa actual de supervivencia de niños oncológicos de alrededor de 60 y 85%”.2 El cáncer en pediatría tiene la característica también importante de necesitar procedimientos diagnósticos y terapéuticos dolorosos que provocan además en el niño temor y ansiedad. Este proceso de conversión de una célula somática normal a una cancerosa requiere por lo menos de dos hechos, aunque frecuentemente participan más. Primero debe haber un suceso desencadenante que produce daño al DNA de las células, que no puede ser reparado con rapidez y segundo un suceso promotor que dé lugar al establecimiento del cáncer; ambos sucesos son necesarios para que ocurra la transformación de una célula somática a una cancerosa, lo que se conoce ahora como «hipótesis de dos golpes.

     El paciente pediátrico es un individuo con características psicológicas, anatómicas y fisiológicas diferentes dependiendo de su estado de crecimiento y desarrollo.2 A lo largo de la historia del cancer el manejo del dolor es un gran reto para cualquier médico, pero al mismo tiempo una oportunidad de ejercer sus conocimientos y habilidades para ayudar a un niño que sufre. La mayoría de los pacientes pediátricos con cáncer son sometidos a muchos procedimientos diagnósticos invasivos, cirugías, sesiones de radioterapia y quimioterapia. Por lo tanto, el médico tratante debe ser cuidadoso con el manejo psicoafectivo del paciente y su entorno familiar en cada una de sus intervenciones. El dolor en la edad pediátrica es tratado de forma inadecuada por dos motivos principalmente; el primero se basa en el concepto erróneo de que el niño (en especial neonato y lactante) no percibe el dolor. El segundo es la dificultad para evaluar tanto la intensidad como las características del dolor. Los estudios sugieren que el dolor del cáncer se ve agravado psicológicamente por la angustia, la ansiedad y el miedo. Se ha descubierto que la terapia cognitivo-conductual, la meditación, la hipnosis, la terapia de la música, el biofeedback y la relajación son beneficiosos como terapia adyuvante. La terapia cognitivo-conductual ayuda a aliviar esta ansiedad asociada con los procedimientos médicos.

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