CODICIA ESTRUCTURAL Y RELIGIÓN.

CODICIA ESTRUCTURAL Y RELIGIÓN.

NOTAS PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO DESDE AMÉRICA LATINA

Sarcásticamente: No importa que haga obra, lo importante es que robe. La forma correcta es No importa que robe, lo importante es que haga obras.

Los resultados de una encuesta sobre el comportamiento en Lima en 2010 a través de un programa político "Prensa Libre" revelan que más de un tercio de la población está de acuerdo con la frase "no importa que robe, mientras haga obras". Simultáneamente, viene a la mente una recordada película Wall Street y el momento impactante es cuando Gordon Geikko, un hombre sin escrúpulos y que lo único que le interesa es el dinero puede afirmar que "la codicia es buena". Seguramente, la mayoría de nosotros no estará de acuerdo con esa afirmación. Los acontecimientos recientes en el mundo financiero así como en el sector de préstamos hipotecarios, relacionados con corrupción, inmoralidad e inescrupulosidad, nos muestran lo contrario.

En el Perú hay un sistema establecido que favorece la corrupción, junto con una idiosincrasia que premia no solo al "vivo", sino que alaba a los corruptos, que admira al "que la sabe hacer". Los demás que no están en esta misma línea de pensamiento son estúpidos y ni valen la pena porque "no la saben hacer". De esta forma se puede observar que la acumulación de riqueza fundamentada en la codicia, guía modos de vida cuya consecuencia es la corrupción. Esta es la evidencia de una situación distorsionada sobre los valores éticos y morales y la preferencia de conceptos tales como: "el que no roba es un idiota" o "no importa que robe, con tal que haga obras". Son actitudes que rigen prácticas y principios corruptos y que hacen de la codicia un problema estructural.

El informe del Banco Mundial sobre la corrupción, "¿De qué manera la prestación de servicios públicos es afectada por el soborno? Pequeñas evidencias del Servicio de usuarios y de funcionarios públicos en el Perú”, estudió, apropiadamente, los siguientes casos peruanos en 1.696 hogares y 1.123 empleados públicos peruanos en 13 entidades del Estado. La conclusión es más o menos clara: los más afectados con la corrupción, de un modo u otro, son miembros de familias de bajos ingresos. En resumen:

"Para algunos servicios básicos, los usuarios de bajos ingresos pagan una proporción mayor de sus ingresos que los más ricos; es decir, el impuesto de soborno es regresivo. Donde hay que sustituir a los proveedores privados, los usuarios de bajos ingresos parecen más a menudo desanimados y no buscan los servicios básicos. Por lo tanto, el soborno puede penalizar a más usuarios pobres dos veces: actúa como un impuesto regresivo y desalienta el acceso a los servicios básicos."

Paralelamente, al presente, se percibe una especie de tensa calma en el mundo económico y financiero por la onda de choque desde la crisis que se originó en el 2008. Todo parece indicar que ya no se delibera sobre las medidas que deben adoptarse en relación con la nacionalización de la banca o la intervención en el ejercicio de los mercados financieros. Desde ese momento se dijo que la causa de todo fue la codicia excesiva de las personas y del sistema. Sin embargo, la relación de los dos está tan estrechamente vinculada que no hay uno sin el otro.

Lo anterior tiene relación con la reciente crisis social internacional porque implica una serie de facetas que son caras de una misma dimensión. Hasta hace poco se podía leer en los medios de comunicación sobre los incendios en Londres, huelgas en Santiago de Chile, la OTAN masacrando a civiles en Libia, eliminación de opositores al régimen por medio de las fuerzas de seguridad en Siria y, como corolario la terrible hambruna en Somalia.

¿Esto es parte de lo que nos espera al inicio de este nuevo siglo? ¿Este es el nuevo orden mundial? Realmente, ¿qué es este esperado nuevo orden mundial? Sin duda la crisis tiene una onda larga que se remonta hace décadas. Sin embargo, lo que actualmente se vive tiene su origen más cercano en la crisis del 2008.

Brevemente, se puede entender lo que está sucediendo en Libia, donde se introdujo una monarquía hecha a medida y por tiempo indefinido. De acuerdo con la historia de América Latina, con dictaduras despiadadas basadas en las fuerzas armadas, se puede entender lo que está sucediendo en Siria. Asimismo, ya forma parte de las imágenes la escena africana del hambre en algún país causado por interminables guerras civiles o cualquier otra tragedia causada por un desastre natural.

Pero, lo que no es fácil de entender es lo que ocurrió en Londres, Santiago, Madrid, Lisboa, Atenas, Dublín, con la consiguiente salida

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