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COMERCIO BILATERAL Y CRISIS FRONTERIZA


Enviado por   •  6 de Junio de 2021  •  Ensayos  •  1.294 Palabras (6 Páginas)  •  112 Visitas

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COMERCIO BILATERAL Y CRISIS FRONTERIZA

Para nadie es un secreto la cruda situación que se está viviendo en Venezuela y que ha llegado hasta la frontera colombiana que ha sido una víctima más de las malas decisiones del gobierno venezolano. Esta es la razón por la cual se escoge “The Dividing Line” como base de este análisis.

Colombia y Venezuela han sido desde siempre países hermanos donde el intercambio comercial ha sido fluctuante y beneficioso para ambas partes. A raíz de la dictadura de Chávez, el país hermano se sumergió en una ola de problemas que poco a poco han ido desangrando al país y empeorando la calidad de vida de sus habitantes aún más con la llegada al Gobierno de Nicolás Maduro.

Venezuela pasó a ser un país poco productor, ya sus campos no producen, ya no había mucho que exportar e incluso el petróleo estaba siendo regalado a países aliados a cambio de acuerdos y favores políticos entre sus dirigentes, y pocos productos importados llegaban al país a pesar de ser básicos en la canasta familiar. Venezuela pasó de tener mercados y farmacias desbordantes de productos, a tener estantes vacíos o con un mínimo de productos de marcas desconocidas y baja calidad elaborados por microempresas del Estado.

El desabastecimiento de productos está alcanzando niveles críticos en Venezuela, donde el colapso del modelo económico del chavismo ha dejado al país con cada vez menores recursos para alimentar a la población.

Mientras a unos cuantos metros la situación es totalmente opuesta: cultivos repletos esperando a ser exportados, estantes a reventar de toda clase de productos, marcas y precios, ciudadanos satisfechos por la posibilidad que obtener todos los productos básicos de la canasta familiar sin luchar por ellos y dispuestos a compartirlos y comercializarlos con la República hermana, cuya situación se agudiza con el pasar los días y las filas son el pan de cada día. No hay papel higiénico, escasea el pan, la harina, la leche y los pañales para bebé. Las personas deben hacer filas a tempranas horas de la madrugada para llegar a tener acceso a los productos que se ofrecen en algún supermercado, con cédula en mano para tener control de la única compra semanal que puede hacer cada ciudadano.

La situación era llevadera comercialmente pues los colombianos entraban al vecino país a hacer grandes compras debido a la caída del bolívar, lo que representaba trabajo para comerciantes venezolanos, y a su vez, los ciudadanos venezolanos ingresaban a Colombia a hacer sus compras en las cadenas de supermercados donde tenían a su disposición infinidad de productos y sin limitaciones de venta, aunque a un precio mucho mayor del que podían encontrar en su país.

Pero las relaciones comerciales no se basaban solo en compras en supermercados o almacenes de ropa. Esto incluía estudios y convenios académicos, turismo, producción industrial binacional, acuerdos comerciales entre empresas multinacionales de Gas, entre otros.

Todo cambio con el cierre de la frontera y el Estado de Excepción dispuesto por el Presidente Maduro para últimos meses del 2015. Fue una situación de irrespeto y violación de los Derechos Humanos de gran magnitud que no distinguía nacionalidades. Con la deportación de centenares de Colombianos que residían en Venezuela, la situación se tornó caótica en Cúcuta, ciudad que sirvió de albergue para la llegada de deportados.

Comercialmente las principales ciudades afectadas por el cierres de frontera fueron las del país vecino Ureña y San Antonio, pues la actividad económica de estas poblaciones venezolanas depende de Cúcuta, no solo por su naturaleza fronteriza, sino porque los colombianos son dueños de muchas de las fábricas, le aportan gran parte de la mano de obra calificada y empleos en el sector comercial.

Una de las principales razones que expresó el presidente venezolano para ordenar el estado de excepción y el cierre de la frontera fue combatir el contrabando y el desabastecimiento en su país. Sin embargo, hoy día, a más de tres meses después, los habitantes de estas poblaciones ven que las largas filas continúan en los supermercados y los productos siguen escaseando. Nada ha cambiado, con el agravante que ya no pueden viajar a Cúcuta a conseguir productos de primera necesidad como leche, papel higiénico, pañales o medicinas.

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