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“CONDICIONES Y ATRIBUTOS PARA LA VIABLIDAD DE LA GOBERNABILIDAD EN EL PERÚ”

Oriana Tejada AlbujarDocumentos de Investigación23 de Febrero de 2021

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“CONDICIONES Y ATRIBUTOS PARA LA  VIABLIDAD DE LA GOBERNABILIDAD EN EL PERÚ”

Autora: Oriana Tejada Albujar

SÍNTESIS: La presente investigación muestra una naturaleza inductiva, permitiendo a la autora y al lector una mejor comprensión del término en mención, la gobernabilidad que en su ejercicio en países democráticos de Latinoamérica como Perú  no está siendo apropiado para la regulación de las problemáticas sociales y económicas. Siendo un tema importante para el desarrollo de las naciones se describe su conceptualización según algunos autores y su ejercicio en el país; se analiza del porqué de la desconfianza y desconcierto de la ciudadanía que trae como consecuencia un grado de ingobernabilidad, y para finiquitar se determina ciertas condiciones y atributos que permitirán reestablecer la importancia y la buena ejecución de la gobernabilidad en el país.

INTRODUCCIÓN

El país sufre enfermedad tras enfermedad, una especie de comorbilidad, la crisis democrática conlleva a una crisis política y de gobernabilidad y estás a muchas más crisis como la económica y la  social. Este documento recopila discusiones sobre gobernabilidad en tres áreas: conceptos, su ejercicio en los gobiernos desde 1980 hasta la actualidad, y la repercusión que generó en nuestro país. Analiza los grados del fenómeno gobernabilidad y el grado de gobernabilidad que se vive y se hace ejercicio en el país. Finalmente se presentan tres condiciones y atributos que permitirán mejorar la situación de gobernabilidad en nuestro país.

Además se toma como una gran estrategia y herramienta a un segundo término que surgió en paralelo a la gobernabilidad por los años setenta, la gobernanza, que es la forma moderna de gobernar más cooperativa con la participación de nuevos actores no gubernamentales en políticas públicas, que en conjunto con la gobernabilidad permite mejores  efectos en la acción de gobernar en las sociedades modernas.

DESARROLLO

Radial (1988, citado en Gobernabilidad y Democracia, 1995) menciona que gobernabilidad es "la capacidad de las instituciones y movimientos de avanzar hacia objetivos definidos de acuerdo con su propia actividad y de movilizar con coherencia las energías de sus integrantes para proseguir esas metas previamente definidas…” (p. 16).  Arbós Marín y Giner de San Julián (1993, citados en Gobernabilidad y Democracia, 2013) explican que gobernabilidad, se puede definir como la condición de una comunidad política, que permiten que las instituciones del gobierno actúen de manera eficaz en su espacio, en la forma que los ciudadanos consideran legítima y así posibilitan el libre ejercicio de la voluntad política del poder ejecutivo a través de la obediencia civil. Por tanto, la gobernabilidad debe entenderse como "un estado de equilibrio dinámico entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad del sistema político (estado / gobierno) para responder de manera legítima y efectiva" (Camou, 2001, p. 36).

Si se hace más ajustes al nominalismo de la gobernabilidad y lo estructuramos con conceptos políticos estrictos, se puede entender que su significado se extiende al buen gobierno, al ejercicio del poder efectivo y legal; así como el desarrollo de fines sociales y económicos. Por lo tanto, se describirá la evolución de esta nueva forma de gobierno en el Perú, desde 1980 hasta la actualidad, se escoge este marco ya que en dicha demarcación se acentúa mucho más el régimen democrático después de largos gobiernos caudillistas y militares.

Con las elecciones de 1980, nuestro país vio la luminiscencia en el camino, gracias a los notables cambios del régimen político que contribuía con la distribución del poder político, así como también, aumentó el nivel de competencia y toma de decisiones de algunas minorías. Sin embargo, no fue suficiente para desarrollar una estructura legal-institucional que permitía velar por intereses comunes y conducir a la eliminación de desigualdades históricos. Fernando Belaúnde Terry (1980-1985) y Alan García Pérez (1985-1990), en sus gobiernos encontraron serias dificultades al desafiar crisis económicas gracias a la gran deuda externa, los desastres naturales y la mala administración producto del marcado centralismo en el país, además de la necesidad de restaurar el gobierno civilista; empero, sus estrategias de gobernabilidad no dieron los resultados esperados y se generó en todo el país sensación de frustración y decepción por la concentración del poder político en el gobierno central.

A inicios de los noventa el país se vio en un escenario muy conflictivo con el gobierno de Alberto Fujimori debido a sus radicales reformas económicas, sustentadas en la dialéctica del libre juego del mercado que en primera instancia detuvo la hiperinflación, y las reformas militares para combatir el terrorismo, concebido por el rechazo al modelo político-económico de los gobiernos predecesores. El país tuvo que pagar el alto precio de una recesión y un aumento agudo de los niveles de pobreza; la inestabilidad política no traía buen augurio al  régimen del  país. Con el nuevo milenio se marcó mucho más el grado de exclusión en el proceso de toma de decisiones; sin embargo, la medida de reformas jurídico-institucionales, reformas tributarias y de inversiones de carácter social aseguraban el desarrollo económico y social para las clases menos favorecidas.

“Las últimas dos décadas el Perú ha conseguido importantes avances en los ámbitos político, social y económico” (Mark Payne et al., 2007, p. 41); no obstante, el país sigue padeciendo las consecuencias del mal ejercicio de gobernabilidad de gobiernos de antaño que abrieron  brechas en la educación, salud pública, justicia, agricultura y minería, entre otros; sumado a las actuales crisis políticas por la lucha de poderes estatales: Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, siendo este último quien mantiene una postura opositora en procesos estatales por la homogenización del poder. Lo mencionado muestra la incapacidad del gobierno de atender las demandas sociales, la integridad social y en cierto modo su ineficiencia al momento de controlar a instituciones y organismos que causaban asedio a la administración del Estado.

Así pues es necesario que el país necesita una sociedad civil organizada, una economía competitiva y adecuadamente distribuida; un país eficiente y moderno necesita producir en un proceso democrático y una modernización de la gobernabilidad. Entendiendo a gobernabilidad como la capacidad de las autoridades para responder a los problemas sociales presentados, de forma multilateral y enfocada en mantener el orden social y la estabilidad política; el autor Antonio Camou (2013) describe cinco grados de gobernabilidad en su libro Gobernabilidad y Democracia: A. Gobernanza ideal, consiste en el equilibrio social en el que el gobierno responde a todas las demandas; se podría decir que la sociedad no presenta conflictos ni los neutraliza. B. Gobierno normal, esta situación tiene diferencias entre deferencias y respuestas. Estos están integrados en el marco de las relaciones gubernamentales en una sociedad. C. Déficit de gobernabilidad, denota un desequilibrio entre el nivel de demandas sociales y la receptividad del gobierno, con uso ineficaz de estas capacidades organizativas. D. Crisis de gobernabilidad, Existe un desequilibrio moderado entre las demandas sociales y las respuestas intergubernamentales. E. Ingobernabilidad, es la situación extrema que denota la virtual disolución del gobierno que une a los miembros de una comunidad política de ambos lados

El mismo autor expresa que  los factores de corrupción, la ineficaz administración de asuntos económicos, la incapacidad de solución de problemas sociales y una frágil democracia  generan situaciones de “ingobernabilidad” en los países latinoamericanos durante los últimos años. Así que se puede afirmar que Perú adolece de una situación de “ingobernabilidad” generada por una de crisis de gobernabilidad, que trae como consecuencias: el inadecuado mantenimiento de la ley y orden; la incapacidad en una gestión eficaz de la economía, una escasa promoción del bienestar social y servicios sociales y un limitado control del orden político y estabilidad institucional. Los problemas de gobernabilidad en los países democráticos no están adscrita al sistema económico sino que son parte intrínseca del funcionamiento de la democracia,  la misma que si no se ejerce adecuadamente produce la ilegitimación de la autoridad, la sobrecarga del gobierno, la disgregación de intereses (Roberto Gonzáles, 2010).

A raíz de la problemática planteada a continuación se presentan ciertas soluciones para garantizar una gobernabilidad viable, abstrayendo y analizando estudios de algunos autores como  Mark Payne et al. (2007) y quien suscribe.

El desarrollo político institucional: la presencia institucional del gobierno  es indispensable para la implementación de estrategias en coordinación con las organizaciones locales, para la gestión e implementación de proyectos de desarrollo, el monopolio de fuerzas. Para ello es necesaria una presencia más activa de los organismos públicos para asegurar el cumplimiento de los objetivos y su transparencia. Lamentablemente Perú ha tenido como herencia la crisis institucional; la inestabilidad  institucional ha provocado diversas crisis políticas y sociales. Por ello, en los últimos años y antes del bicentenario de su existencia, el gobierno debe priorizar el fortalecimiento de las instituciones. Estos lineamientos aseguran la integridad y la lucha contra la corrupción, la capacidad del Estado para atender eficazmente las necesidades de los ciudadanos y fortalecer la descentralización positiva para el desarrollo colectivo.

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