CONTEXTO HISTORICO DEL IVA
LICPRECIOSODocumentos de Investigación9 de Julio de 2022
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CONTEXTO HISTORICO DEL IVA
RESUMEN
El presente trabajo de investigación pretende establecer un contexto alrededor del Impuesto al Valor Agregado, como su creación y los sucesos que llevaron a que México decidiera adoptar el impuesto publicando una ley para su regulación. Asimismo, como dicha Ley, describe las generalidades del impuesto de forma legal. Por otra parte, se muestra cual fue el impacto de la aplicación del IVA en el PIB mexicano en su primera década de recaudación.
INTRODUCCIÓN
La finalidad del presente trabajo es mostrar la historia del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en México, sus antecedentes, sustento legal y los resultados de su aplicación con respecto al porcentaje que corresponde al Producto Interno Bruto (PIB) de la primera década de su aplicación.
La intención de esta investigación es demostrar la importancia del IVA, conociendo más sobre su contexto histórico a nivel mundial y nacional. Asimismo, el mostrar cómo fue que México tuvo que realizar modificaciones en su sistema de pago de tributo para poder incorporar el IVA en el país.
De la misma forma, se describe el fundamento legal que respaldó el IVA en su entrada en vigor en México a inicios de la década de los ochenta. Además, se muestra un breve análisis del impacto del impuesto respecto al Producto Interno Bruto en su primera década de recaudación.
- HISTORIA GENERAL DEL IVA
1.1 Antecedentes del IVA a Nivel Mundial
De acuerdo con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), el Impuesto al Valor Agregado (IVA), “[…] es un impuesto indirecto, en virtud de que los contribuyentes del mismo no lo pagan directamente, sino que lo trasladan o cobran a una tercera persona y quien lo absorbe es el consumidor final del bien o servicio.” (Servicio de Administración Tributaria, 2004). Al ser un impuesto que es cobrado directamente por quien ofrece el bien o servicio, hace que sea fácil de recaudar y sin probabilidad de ser evadido (García, 2004)
Ahora bien, el IVA es un impuesto que fue creado en Francia en el año 1954, con la finalidad de hacer frente a las consecuencias económicas que dejo la segunda guerra mundial. Desde entonces ha sido instaurado en diferentes países de Europa y Latino América. (Colmenares, 2013)
En cuanto a Europa, los países miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE), incorporaron el IVA a sus políticas fiscales en 1967, con el fin de sustituir la tributación sobre el volumen de Negocios e igualar los sistemas tributarios de los países miembros de la CEE.
Por otra parte, durante el mismo año de la aplicación del IVA en la CEE, en Latinoamérica se realizó una reunión de dirigentes latino americanos a la que asistió México, Uruguay, Brasil, Costa Rica, entre otros. En la reunión, los países asumieron el compromiso de adoptar el IVA con el fin de establecer el Mercado Común Latino Americano. El propósito de instaurar el impuesto en los países participantes, era la supresión de gravámenes que dificultaran la comercialización de bienes y servicios entre naciones, sustituyendo los “[…] gravámenes que recaían sobre el volumen de negocios por el IVA con la intención de contar con una legislación en la materia que no falseara las condiciones de competencia, al tiempo que facilitara la libre circulación mercantil […]”. (Molina, El establecimiento del IVA en México: un problema político-económico, 1968-1980, 2020)
Como se puedo observar, en ambos casos la finalidad de aplicar el Impuesto al Valor Agregado, era homologar los gravámenes y así disminuir las barreras comerciales entre naciones de un mismo continente, para mejorar las relaciones comerciales entre sus países.
1.2 Antecedentes del IVA en México
El IVA sustituyó en México el Impuesto Sobre Ingresos Mercantiles (ISIM). El ISIM, entró en vigor en 1948 con la Ley Federal del Impuesto Sobre Ingresos Mercantiles, luego de los intentos fallidos de la Federación por centralizar el cobro tributario entre los años 1920 y 1930. (Molina, 2017)
La centralización tributaria fue un proceso que se vivió en México para coordinar las acciones de recaudación de impuestos entre los Estados y la Federación.
El instrumento que el Federalismo Fiscal tomó […] fue la coordinación intergubernamental del sistema fiscal, con el fin de dotar de eficiencia a la administración tributaria a escala nacional, para compensar las desigualdades regionales en la distribución de recursos y aumentar la calidad de servicio al público y las oportunidades de Desarrollo. […] El sistema fiscal de coordinación cuenta con una parte normativa (estructura legal) y otra ejecutiva mediante la acción de la Administración Pública (acciones instituciones de los órganos del Estado), y el órgano fiscalizador más importante en México, es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la República, 2002, p 11).
De acuerdo con la Dra. María del Ángel Molina Armenta[1], el antecesor del IVA en México, el Impuesto Sobre Ingresos Mercantiles, es:
En términos generales, esta figura tributaria gravó el consumo a través del ingreso que, por concepto de compraventa, recibían comerciantes e industriales. Al igual que el IVA, era un impuesto que recaía sobre el total de las transacciones que supone la actividad económica, es decir, fiscaliza la demanda intermedia y la demanda final. La primera refiere al consumo de bienes y servicios destinado a otro proceso productivo (insumos), mientras que la segunda alude al consumo final, esto es, a los bienes y servicios usados para la satisfacción de las necesidades humanas como la alimentación y el vestido, entre otras. El ISIM, como el IVA, fue un impuesto que pagaban demandantes (compradores), pero que cobraban oferentes (vendedores). El hecho de que fuera recaudado por un intermediario, que lo trasladaba al consumidor, definió su carácter indirecto. Aparte, supuso una carga fiscal adicional a los sueldos y salarios a los que se les descontaba también el Impuesto Sobre la Renta (ISR) […] (Molina, n.d)
Como se mencionó anteriormente, el ISIM surge con la finalidad de ayudar a la centralización de la recaudación tributaria, pues la recaudación fiscal estatal y federal no trabajaba en coordinación. Por lo que, el ISIM funciono como un mecanismo gradual para llegar a la centralización, por medio de la Ley Federal del Impuesto Sobre Ingresos Mercantiles de 1948 (Molina, 2017). Dicha Ley, estableció una tasa del 1.8% y exhortaba a los estados a suspender los impuestos locales y a cambio, recibirían un porcentaje de la recaudación que se cubriría con una sobre tasa de 1.5% (Molina, 2020).
Las entidades federativas eran libres de decidir si formarían parte de la centralización del cobro de impuestos. Sin embargo, la reacción de los y las contribuyentes de los estados que se habían sumado a la centralización del tributo, ante este nuevo impuesto fue de inconformidad.
[…] apenas un mes después de la entrada en vigor de la ley federal del isim, un conjunto de contribuyentes encabezados por la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (Concanaco) emitieron un comunicado (Memorial, 1984) en el que expresaban su disgusto por la sobretasa del quince al millar por considerarla excesiva. Su reclamo se originaba a propósito del esquema de doble tasa que se había establecido para la coordinación. De esta mecánica, los causantes que operaran en estados coordinados pagarían ambas tasas que sumaban una cuota del 33 al millar (3.3%). En cambio, los causantes que realizaran operaciones en estados no coordinados sólo pagarían la tasa de 18 al millar (1.8%) que, al tener vigencia nacional, no dependía de la coordinación. Además, argumentaban, se generaba una carga adicional en la transacción mercantil por el efecto cascada[2] del isim. (Memorial, 1984, p. 2). Los causantes demandaban entonces, la reducción de la sobretasa invitando a las entidades federativas, incluso, a no coordinarse hasta que se estableciera una tasa justa del impuesto (Memorial, 1984). (Molina, 2020).
Por otra parte, de acuerdo con el Instituto de Investigaciones Legislativas del Senado de la república, en su Ley de Coordinación Fiscal (2002), se menciona que los Estados de la república estaban en desacuerdo con la baja participación que se les asignaba de la recaudación del ISIM y de impuestos especiales, pues la participación asignada a los Estados era de 20%.
Ante las demandas de los contribuyentes y Estados inconformes por las tasas dobles y el bajo porcentaje de participación estatal, la tasa del ISIM se redujo a 1.2%. Es decir, bajó 2.1 puntos porcentuales comparada con su punto más alto de 3.3%, el cual era resultado de las tasas dobles. Asimismo, “se fijó un tope en los incentivos que la federación ofrecía a través de la participación, dando lugar a otros alicientes establecidos entre 1949 y 1953, que incluyeron la facultad –para las haciendas estatales– de establecer impuestos especiales sobre el ramo y la participación de 40% sobre las multas y recargos recaudados por concepto de ISIM.” (Molina, 2020).
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