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Capacidad intelectual de los indios


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2018  •  Documentos de Investigación  •  1.298 Palabras (6 Páginas)  •  187 Visitas

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 Hace aproximadamente 500 años, llega a América la espada de los conquistadores y la cruz de los misioneros buscando “nuestra salvación”. Todo buen conquistador trata de justificar su conquista para esconder o aminorar la explotación y desmanes que se ejercieron sobre los pueblos mesoamericanos. Se socorre en que, los pueblos son gente sin escrúpulos que necesita ser evangelizada, sin embargo contradicen los pensamientos y visiones de la época.

Tan fundamental es la implantación de la religión católica, que muchos juristas y teólogos, la consideran como justa causa para la conquista.

El tema de la capacidad intelectual de los indios, considerado en sí mismo y en su relación con las formas de lograr su conversión al cristianismo siguió debatiéndose con ardor. Bartolomé de Las Casas, en compañía de Antonio de Montecinos, viajó a España para exponer ante Carlos V las injusticias que se cometían en contra de los indios y encontrar remedios a ellas. En ausencia del emperador, pudo hablar en una junta con varios juristas y teólogos. En ella se logró al menos el envío de los ya mencionados frailes jerónimos, aunque fray Bartolomé no compartió luego su forma de proceder. Un suceso avivó hacia 1520 las disputas sobre la naturaleza de los indios.

Los dominicos habían enviado en 1519 a dos miembros de su orden religiosa a evangelizar a los indios de Chiribí, en lo que hoy es Venezuela. Debido a intromisiones de otros españoles que ofendieron a los nativos, éstos como represalia dieron muerte a los misioneros. Ante tal hecho el dominico fray Tomás Ortiz hizo denuncias adversas a los indios ante el Consejo de Indias:

“Estas son las propiedades [atributos] de los indios por donde no merecen libertades. Comen carne humana en la Tierra Firme; son sodométicos más que generación alguna; ninguna justicia hay entre ellos; andan desnudos, no tienen amor ni vergüenza; son estólidos, alocados, no guardan verdad [...] son inconstantes [...], son bestiales y précianse de ser abominables en vicios [...]. No son capaces de doctrina ni castigo; son traidores, crueles y vengativos que nunca perdonan, son enemiacísimos de religión [...]. Son sucios, comen piojos y arañas y gusanos crudos doquiera que los hallan; no tienen arte ni maña de hombres.”

fray Luis de Figueroa, en compañía de otros tres jerónimos, se interrogó a vecinos españoles tenidos como “personas de conciencia, temerosos de Dios, de buen trato [...] y que tengan experiencia de los dichos indios”. El propósito fue encontrar las formas de proceder para “la conversión al cristianismo, así como su conservación y buen tratamiento”, y el aprovechamiento de su trabajo en su relación con los encomenderos.

El interrogatorio abarcó los puntos siguientes: manifestar cuánto tiempo han estado en contacto con los indios y si conocen sus vidas y costumbres; cuál es su capacidad intelectual y si consideran que los indios pueden permanecer libres o si será mejor tenerlos en encomiendas y si así se les podrá cristianizar, incluso quedando encomendados perpetuidad.

Aunque hubo diferencias en las respuestas a estas preguntas, en general coincidieron ellas al declarar los testigos que conocían y trataban a los indios, también en la insistencia de que:

“tienen muchos vicios y que no son de servicio de Nuestro Señor ni hechos [acciones] de hombres y que su inclinación es querer holgar”. También manifestaron “que no tienen capacidad para poderse regir ni gobernar como ninguna persona española por rústica que sea [...] y no tienen entera razón ni mediana para poder hacer nada”.

Es ahí donde se muestra la verdadera finalidad  de la bula papal: demostrar la inferioridad del indio y conseguir su esclavización como lógica consecuencia; ya que el obispo Francisco ruiz aseguraba que: “el indio, aunque es gente maliciosa para concebir ruindad en el daño de los cristianos, no es gente capaz ni de juicio natural para recibir la fe ni las otras virtudes de crianzas necesarias a su conversión”

Un obispo Francisco; Francisco Ruiz

Juan Gines de Sepulveda Defendía la misión civilizadora del hombre blanco que le daba el derecho al dominio sobre pueblos “primitivos”. Creía que los españoles eran un pueblo elegido y superior, que podían tener el destino del mundo.

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