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Capítulo I Del Ágora Al Mercado


Enviado por   •  22 de Abril de 2018  •  Apuntes  •  6.345 Palabras (26 Páginas)  •  129 Visitas

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Capítulo I Del Ágora Al Mercado

La democracia es la forma de vida del ágora, en terminología aristotélica, el oikos era el espacio familiar, el sitio en cuyo seno se actuaba en pos de los intereses personales, mientras que la ekklesía,  era lo público un consejo compuesto de magistrados. El concepto de ekklesía presuponía desde el comienzo la presencia del ágora, un lugar para reunirse y conversar, el sitio de encuentro entre el pueblo y el consejo: el sitio de la democracia. En una ciudad-Estado el ágora era un espacio físico al cual la baulé (el consejo) convocaba a todos los ciudadanos (jefes de familia), una o varias veces al mes para deliberar y decidir sobre temas vinculados a intereses comunes.

La historia de la democracia puede narrarse como la crónica de los esfuerzos sucesivos por mantener vivos tanto ese propósito como su relación luego de que desapareciera el sustrato original. El propósito del ágora era  y sigue siendo la perpetua coordinación de intereses “privados” (basados en el oikos) y públicos (tratados en la ekklesía). Su función consiste en proporcionar la condición esencial y necesaria de esa coordinación: la traducción bidireccional entre el lenguaje de los intereses individuales/familiares y el lenguaje de los intereses públicos. Cuando el modelo de democracia directa propio de la ciudad-estado donde era posible hacer una estimación in situ del éxito y la fluidez de la traducción. Los principios del ágora más conocidos son los cuantitativos, como el porcentaje de ciudadanos participantes en las elecciones, que en la democracia representativa reemplazo a la presencia física y activa de los ciudadanos en el proceso legislativo.

Se ha sugerido a menudo que el derecho de los ciudadanos a expresar en voz alta su desacuerdo, la provisión de medios para hacerlo y el derecho a abstenerse de participar en el ámbito soberano de un régimen odioso, son las condiciones sine qua non que deben cumplir los órdenes políticos para obtener el reconocimiento de sus credenciales democráticas. Hirschman sitúa las relaciones comprador-vendedor y ciudadanos-estado, esta iniciativa fue y es legitimada por el supuesto de que las libertades políticas y las libertades del mercado están estrechamente vinculadas ya que se necesitan, la libertad de los mercados, subyacente al crecimiento económico y a la vez su promotora.

Pinochet en Chile, Syngman Rhee en Corea del sur, Lee Kuan Yew en Singapur, Chiang Kai-shek en Taiwán, fueron o son dictadores (Aristóteles los llamaría tiranos), estuvieron o están a la cabeza de una extraordinaria expansión y poder creciente de los mercados. La fase inicial de todo régimen capitalista, la fase de la denominada “acumulación originaria” del capital se caracteriza invariablemente por el estallido de disturbios sociales inusitados y extremos. Uno de los puntos débiles más notorios de los regímenes democráticos es la contradicción entre la universalidad formal de los derechos democráticos y la no tan universal capacidad de sus titulares para ejercerlos con eficacia.

Capítulo II Réquiem para el comunismo

La concepción y el nacimiento de la idea del comunismo tuvieron lugar cuando la fase solida de la modernidad entraba en su marea creciente, desde la cuna hasta su ataúd el comunismo fue un fenómeno moderno solido de pura cepa. Fue el subalterno leal y el dedicado compañero de armas de la modernidad en todas sus cruzadas sucesivas y uno de los muy escasos devotos que permanecieron leales a sus ambiciones y empeñados en la continuación del proyecto inconcluso. En la nueva fase liquida de la modernidad, el comunismo estaba destinado a convertirse en una curiosidad arcaica.

En su fase original, la fase sólida la modernidad fue una respuesta a la creciente fragilidad e impotencia del ancient régime. La separación entre la economía doméstica y a la empresa propino una estocada mortal a aquel régimen, cuando las actividades económicas salieron del hogar. La sección de la empresa sorprendió al ancient régime, lo tomo desprevenido para el gran desafío, manifiestamente incapaz de ponerse a su altura. Las instituciones sociopolíticas del ancient régime se mostraron imponentes hasta la abominación.        No lograban mitigar ni regular el avance de las nuevas fuerzas, ni eran capaces de contener el reguero de consecuencias, efectos secundarios y daños colaterales, socialmente devastadores que aquéllas dejaban a su paso. En resumidas cuentas el pasado reprobó el examen del tiempo.

La modernidad nació como intención de eliminar el legado, la carga, y el lastre de las contingencias pasadas para comenzar de cero. Todo en la vida humana debía construirse de nuevo, ser concebido y nacer de nuevo. Como luego declararía Lenin con aplomo característicamente moderno, no había fortaleza que los bolcheviques no pudieran capturar. En su fase inicial  o sólida, la modernidad se propuso estructurar procesos que hasta entonces habían sido azarosos, bastante descoordinados, de insuficiente regularidad. En síntesis la modernidad se propuso reemplazar los sólidos heredados que no lograban preservar la regularidad del entorno humano por sólidos nuevos y mejorados que prometieran ser capaces de generar una situación ordenada, transparente y predecible.

Una sociedad de bienestar universal y vida confortable, y una sociedad con una economía constante, estabilizada con firmeza en un nivel que permitiera abastecer todos los servicios necesarios de forma interrumpida. Se orquesto una confrontación entre los dos mapas de ruta opuestos, que paso a la historia como el conflicto entre el capitalismo y el socialismo.

Sin embargo la variante socialista reprendió y censuro a los defensores y practicantes del capitalismo. Los socialistas acusaron a la versión capitalista de la modernidad por el doble pecado de derroche y la injusticia.

Capitulo III El destino de la desigualdad social en tiempos de la modernidad líquida  

Entre 1963 y 1964  Michel Crozier publicó “El fenómeno burocrático”, resultado de su meticuloso estudio sobre la vida interna de las grandes organizaciones empresariales. Crozier presentó, por asi decir una crítica inmanente a Weber. Si el objetivo de las organizaciones burocráticas era la tarea que se les encargaba y confiaba, sus estructuras y procedimientos podían explicarse por el papel que desempeñaban, y estaban concebidas para desempeñar, en la búsqueda, la estipulación y el seguimiento a rajatabla de los métodos más racionales. Las organizaciones burocráticas francesas que Crozier seleccionó para llevar a cabo su estudio se veían más bien como fábricas de conducta irracional, y en este caso, el significado de irracionalidad es derivado por refutación de la concepción weberiana de racionalidad.

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