Comercio Argentina y China

Las relaciones comerciales entre Argentina y China (2004-2016) desde la Teoría del Desarrollo

Ensayo Final

Curso de política exterior e inserción económica internacional Argentina

Alumno: Ignacio Balbin

Año 2017

En el presente ensayo se analizara las relaciones comerciales entre China y Argentina, durante el periodo 2004-2016 desde la perspectiva de la Teoría de la Dependencia.  A partir de esos años China ya es considerada como una potencia o como los dependentistas denominan país del Centro, además que las relaciones comerciales entre ambos países comienzan a incrementarse y por primera vez el saldo comercial de Argentina comienza a ser deficitaria. Las relaciones comerciales entre China y Argentina consisten en la necesidad de importar materias primas, siendo la soja y sus derivados, la principal importación, y Argentina la necesidad de incorporar productos manufacturados. Algunos autores la consideran como una relación simbiótica y beneficiosa (mas para China que para Argentina) y hasta la comparan con la relaciones entre Argentina y Gran Bretaña (1880-1948). La Teoría de la Dependencia consiste en catalogar a los países más desarrollados como del Centro y aquellos países sub desarrollados como Periféricos, creándose una relación de dependencia y asimetría entre los Estados. Para poder trazar cierto paralelismo entre las relaciones comerciales Sino Argentinas y la Teoría de la Dependencia, será necesario, exponer sus características principales y sus distintas vertientes ideológicas.

Principales líneas teóricas de la Teoría de la Dependencia

En 1948 se crea la CEPAL, organismo especializado en los estudios sobre América Latina, donde se comienza a diagnosticar y buscar solución a  los problemas de desarrollo en los países latinoamericanos. Durante la década del ’60 y ’70  nace la Teoría de la Dependencia con el objetivo de explicar y dar solución a los problemas del subdesarrollo. Si bien esta teoría no es homogénea, los dependentistas están de acuerdo en una serie de postulados: el subdesarrollo está estrechamente relacionado a la expansión de los países industrializados; desarrollo y subdesarrollo son dos aspectos diferentes del mismo proceso; el subdesarrollo no es ni una etapa en un proceso gradual hacia el desarrollo ni una precondición, sino una condición en sí misma; la dependencia no se limita a relaciones entre países, sino que también crea estructuras internas en las sociedades (Blomström y Ente, 1990).

Blomströn y Hettne, grandes referentes de la corriente Dependentista, distinguen tres líneas teóricas principales: La crítica estructuralista de los científicos sociales ligados a la CEPAL, que descubren los límites de un proyecto de desarrollo nacional autónomo. Oswaldo Sunkel, Celso Furtado e inclusive Raúl Prebisch en su libro “El Capitalismo Periférico”. En segundo lugar, la corriente neomarxista que se basa fundamentalmente en los trabajos de Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra. Por último,  se encuentran Cardoso y Faletto  en una corriente marxista más ortodoxa ya que tienen una aceptación positiva del desarrollo capitalista y la imposibilidad del socialismo para alcanzar el desarrollo (Dos Santos, 2002).

El ascenso de China

El crecimiento económico de China en la última década es importante para comprender las relaciones comerciales con Argentina y su inserción internacional. Para lograr el crecimiento sostenido que mantuvo durante los últimos años, fue necesaria la ayuda de los países periféricos como los de Latinoamérica y África proveedores de materias primas indispensables para el desarrollo del gigante asiático.

A partir de 1978 durante el mandato de Deng Xiaoping, se producen una serie de reformas económicas y políticas en China tendientes a incrementar gradualmente la inserción comercial internacional del país y elevar el rendimiento de sus unidades productivas, pero manteniéndose el Estado como un actor clave en la planificación económica y el direccionamiento de recursos productivos y financieros. Según Siplak (2013, p.9) “La intención de Xiaoping era convertir a China en una nación a la vanguardia de lo tecnológico y capaz de contrarrestar la tendencia hacia un mundo unipolar liderado por EE.UU.” La clave para lograrlo era a través del desarrollo de las fuerzas productivas, inclinarse hacia la apertura comercial y a la inversión extranjera directa.

A partir del 2008, China comienza a vislumbrarse como potencia mundial gracias a la participación activa del Estado direccionando inversiones y recursos hacia sectores estratégico, logrando reconvertir su industria y consolidarse como principal exportador de manufacturas con alto contenido tecnológico. Tal como se puede apreciar en el siguiente cuadro, en el 2011 China ya se posiciona como la segunda economía mundial.

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