Corrupcion En Honduras

Corrupción en Honduras

La corrupción; es todo acto fraudulento donde se violan las leyes para la obtención de un beneficio propio o de un sector, donde los más afectados son el pueblo Hondureño, un gran ejemplo de la corrupción en Honduras son las exoneraciones de impuesto a las empresas extranjeras debido a que estas empresas están libres de impuestos la idea era que haciendo esto podía generar un ingreso al país para ver un desarrollo económico e infraestructura para el país, cosa que no fue cierta porque Honduras es un país que no está en vías del desarrollo por los altos niveles de pobreza que hoy en día vemos.

La corrupción es un mal que se apodera cada vez más de Honduras, la corrupción se ve reflejado desde dos niveles, el nivel alto que comprende las clases políticas y las clases sociales altas y en el nivel bajo los dirigentes magisteriales, directores de hospitales, etc. La idea intuitiva de corrupción es la del funcionario público que, abusando de su autoridad o recursos a su disposición, obtiene un suplemento salarial pagado discreta o generalizadamente por el sector privado.

En Honduras hay que ver la corrupción como un fenómeno estructural, trasversal, sistemático, conductual y globalizador; por lo tanto, hay que entenderla en toda su complejidad y profundidad a fin de diseñar e implementar una estrategia anticorrupción.

Asimismo, hay que señalar que también existen diversos tipos y formas de corrupción y entre las más comunes sobresalen las siguientes:

Nepotismo: radica en la concesión de empleos sobre la base de vínculos de parentesco o amistad, en vez de méritos. Aquí destaca como ejemplo la forma en que son nombrados los maestros por parte del Ministerio de Educación Pública o el hecho de que algunos de los ministerios del Estado estén controlados por algunas familias.

Malversación de fondos públicos: es la sustracción, el uso indebido o el empleo arbitrario de los caudales públicos en una aplicación diferente de aquella a la que estaban destinados. Ésta es probablemente una de las formas de corrupción más visible en la historia de Honduras.

Soborno: es cuando un ciudadano o una organización entregan, directa o indirectamente, a un servidor público determinada cantidad de dinero con el propósito de obtener una respuesta favorable a un trámite o solicitud, independientemente de si cumplió o no con los requisitos legales establecidos.

Fraude: es cuando servidores públicos venden o hacen uso ilegal de bienes del gobierno que les han confiado para su administración.

En resumen, todas estas formas de corrupción quebrantan el desarrollo democrático, dificultan el desempeño de las instituciones públicas y el uso óptimo

de los recursos; además, fomenta el encubrimiento y las restricciones y, en última instancia, les niega a los miembros más vulnerables de la sociedad el desarrollo y la posibilidad de una mejor calidad de vida.

Unas de las consecuencias que ha reflejado la corrupción en el país es la amplia discrecionalidad, desconocimiento o negligencia de los funcionarios para disponer o solicitar recursos públicos, también la falta de transparencia, que impide a los ciudadanos ejercer su derecho de acceso a la información para auditar y reorientar las acciones del gobierno y limita el ejercicio del control gubernamental, así como el control político representativo de un estado democrático.

La corrupción es el principal desafío que enfrenta el país. Es el obstáculo más serio para el desarrollo del sector privado, según los empresarios, y el tercer problema más serio, después del crimen y el alto costo de la vida, según los ciudadanos. Los hondureños perciben que la corrupción es generalizada; uno de cada cinco hondureños ha sido víctima de la corrupción".

En los últimos años, sobre todo durante el proceso de transición política desde el autoritarismo de los regímenes militares hacia un sistema político democrático y plural, la corrupción se ha hecho cada vez más visible y manifiesta. Es como si la visibilidad de la corrupción se hiciera más notoria y vigente, a medida que la sociedad se abre cada vez más hacia una convivencia democrática y tolerante. Y por ello, no es casual que algunos analistas y estudiosos del tema concluyan fácilmente que hay un vínculo estrecho entre la transición hacia la democracia y el crecimiento de la corrupción, su desarrollo e institucionalización. O sea que la democracia y la corrupción, de acuerdo a esa visión crítica, marcharían juntas y se desarrollarían en forma paralela, estimulándose mutuamente y generando, cada una por su lado, condiciones oportunas para su propia ampliación y reproducción.La corrupción en Honduras no es un fenómeno nuevo ni es, claro está, un problema exclusivo de nuestro tiempo. Surgió y se desarrolló a través de la historia, tiene antecedentes definidos y causas de origen claramente establecidas. A lo largo de su crecimiento y consolidación, la corrupción ha evolucionado a través de diversas fases y etapas que han condicionado directamente su contenido, sus alcances y la magnitud de su impacto al interior de la sociedad.

Conservando siempre su naturaleza negativa y dañina, la corrupción ha mostrado rasgos y características distintas en las diferentes fases de su crecimiento y desarrollo, en atención a los niveles de impunidad, al secreto y misterio que la rodea, a las demandas de transparencia que crecen entre la ciudadanía o al clima - ora permisivo, ora

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