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Crisis o implosión social


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2019  •  Ensayos  •  1.305 Palabras (6 Páginas)  •  112 Visitas

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Crisis o implosión

Decía un amigo, ingeniero civil muy ilustrado, que “las situaciones malas son huérfanas” y ciertamente quienes participan en la diatriba política, como expertos o súper expertos en el tema, han venido alegando el asedio imperial, guerra económica, crisis del mundo, dominación capitalista, amén de otras posibles causas más. Vale decir que, aunque algunos factores externos han complicado la situación general venezolana, no ha habido un solo sector de la sociedad que admita la existencia histórica o contemporánea de elementos idiosincrásicos que han restringido las pocas posibilidades de superar algún escollo de todo este bochinche que ha sido denominado “crisis”.

Crisis es una encrucijada cuyas vías de escape tienen murallas difícil de salvar, es la situación inicial indeseable del planteamiento científico de un problema, ante la que se plantea otra situación final deseada y necesaria, a la cual se llega a través de un camino determinado en el que por una parte hay elementos facilitadores, y por la otra restrictores que lo hacen intransitable. Tal planteamiento implica la toma de decisiones y solución de problemas como plan sustentado en la teoría desarrollada por Robert Sternberg, que llevado por analogía a la crisis planteada, no contaría con los elementos facilitadores, imprescindibles para la acción de potenciar vías de solución y superación de los elementos que las restringen.

Desde 1994, cuando escribí y publiqué el controversial libro “Micrófono de papel” he estado investigando, con sus ramificaciones psíquicas y psicológicas, la conducta como nicho compuesto por el pensamiento, el sentimiento y la acción; todos cultivados a partir de los estímulos externos del cuerpo, percibidos del entorno a través de los órganos de los sentidos. Claro está ya, que la inteligencia, los dotes y la conducta no se heredan; se cultivan, se maceran y se desarrollan. Lo precedente en su tiempo ha sido suscrito por el psicólogo Roberto Relloso y por el doctor Luis Alberto Machado, ambos, parte de la Universidad Central de Venezuela.

Lo que invoco me es útil para basar mi convicción acerca de que buena parte de la crisis se debe a la gran carencia educativa de la sociedad venezolana; claro, sé que hay quienes podrían refutar que aquí existe cero analfabetismo, y un altísimo índice de formación universitaria, que envuelve ciencia y tecnología. Brindaría una previa disculpa para aclarar que no me he referido a la instrucción, acreditación ni titulación; lo que aludo es la educación que implica la formación del espíritu del ser, con principios, valores, ética, moral, decencia y humanismo.

Es tan triste como preocupante descubrir que son directamente proporcionales las magnitudes de formación universitaria, con los índices de corrupción, delincuencia y anarquía, como rechazo y negación social a las normas, que en términos sociológicos son acuerdos sociales para la vida común, en orden y armonía.

La gente, con las justas excepciones, roba, trafica, destruye, trampea, y delinque en abierta bastardía a espaldas de sus deberes y de los daños que como coautor y cómplice causa al Estado, pero siempre está lista para señalar de cualquier incorrección al Alcalde, a la Gobernadora o al Presidente. Las evidencias me eximen de presentar pruebas, cuando como simple ejemplo basta echar un vistazo al mobiliario público y ver la perversa destrucción de plazas, parques, teléfonos, columpios, fuentes luminosas, caminerías, paradas de líneas de transporte, ornato citadino, equipos de señalización, robo de tapas de diversos servicios, robo de líneas eléctricas, telefónicas y de señales, hurtos, robos y atracos a sus propios vecinos y sus hogares, amén de otras manifestaciones del nivel de la verdadera educación que caracteriza el deterioro de la sociedad. Así, la conducta social explica la calidad de formación que reúnen y el contenido cerebral de sus ciudadanos.

Mi posición no está enfocada al reproche de la situación actual, ni a señalar personas para descargar en ellas todo el desagrado e indignación que las circunstancias producen; no, porque es indiscutible que funcionarios corruptos, empleados públicos ineptos y trabajadores gubernamentales incompetentes son producto de una sociedad decadente; en la que si los candidatos no sirven en su desempeño como mandatarios

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