ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cuento - El principito


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2015  •  Trabajos  •  1.725 Palabras (7 Páginas)  •  302 Visitas

Página 1 de 7



La historia inicia con Antoine, él tenía seis años cuando leyendo un libro sobre la selva virgen, se encontró con un dibujo de una serpiente boa devorando a una fiera  y después de intentarlo varias veces logró dibujar una serpiente boa que acababa de devorar a un elefante. Emocionado fue a mostrar su dibujo a las personas mayores y a preguntarles si les daba miedo el dibujo a lo que ellos le respondieron que no daba miedo un sombrero, así que para explicarles dibujó una serpiente boa abierta, a lo que los adultos le respondieron que se dejara de dibujos y que se pusiera a estudiar algo que en verdad valiera la pena. Tuvo, pues, que elegir otro oficio y aprendió a pilotar aviones.

Creció solo y sin tener quien platicar. Hasta que un día mientras volaba por el desierto del Sahara tuvo una descompostura. Era cuestión de vida o muerte, solo tenía agua para ocho días.
A la mañana siguiente lo despertó una tierna voz que le pedía que le dibujara un cordero, más por la sorpresa que por la insistencia sacó papel y lápiz y empezó a dibujar. Le dibujó lo que para los adultos había sido un sombrero a lo que el muchachito contesto que no quería una boa digiriendo a un elefante. 

En ese momento se dio cuenta que era diferente a los demás. Y comenzó a dibujar el cordero, obligado por la insistencia del muchachito. A decir verdad el juez era algo estricto y siempre encontraba un pero al dibujo hasta que hábilmente dibujo una caja y no tardó en convencerle diciendo que ahí estaba su cordero. El hombrecito quedó muy satisfecho con su cordero y así conoció a Principito. 

     Principito hacía muchas preguntas y evadía las que le hacía Antoine. Hasta que al mirar su avión, comenzó una gran conferencia sobre el espacio y otros planetas. Así descubrió que Principito venía del asteroide B612. El tercer día de conocer a Principito, descubrió la historia de los baobabs. Los baobabs eran unos árboles de los que se tenía que tener mucho cuidado, en especial si se vive en un planeta tan pequeño, los baobabs crecen tanto que las raíces penetraban en la tierra y hacen explotar el planeta. 

Al día siguiente Principito le hizo una pregunta acerca de las espinas de las flores; pero Antoine no le ponía atención ya que estaba ocupado con la reparación del motor. Por la insistencia de Principito, Antoine perdió la calma y le dijo que se preocupara por cosas que en verdad valieran la pena.

Principito le contestó indignado y le dijo que hablaba como las personas mayores. Y continuó diciendo que si no era importante la lucha de los corderos y las flores que solo pueden defenderse con sus espinas. Y que si alguien amaba a una flor que estaba en una estrella entonces era suficiente para mirar a todas las estrellas y ser feliz. Y si un cordero se come esa flor, para él es como si se apagaran todas las estrellas del cielo no aguanto y rompio en llanto.


Antoine se sentía muy mal y tomo a Principito en sus brazos. Se olvidó de todo lo demás y consoló a su amigo. Otro día Principito le contó la historia completa de su amada planta. 
Un día mientras caminaba por su jardín y miraba las plantas, encontró una hermosa flor un tanto vanidosa y caprichosa, a pesar de esto, Principito la cuidaba y la quería mucho, pero la flor no lo hacía feliz. Todos los días la flor le pedía cosas diferentes y a Principito le parecía un tanto confusa, “Era muy joven para saberla amar”, dijo Principito.

Un día Principito decidió emprender un viaje, se levantó temprano, limpio el hollín de sus volcanes, cortó los brotes de baobabs. Y  se despidió de su amada flor, quien le pidió disculpas por lo grosera que había sido. Principito decidió ir a visitarlos para encontrar una ocupación e instruirse.

El primer asteroide estaba habitado únicamente por un rey. El rey al verlo exclamo:
-¡Un súbdito!
-Principito no sabía que para los reyes todo el mundo son súbditos.

Al rey le gustaba dar órdenes y que se respetara su autoridad. No toleraba la desobediencia. Pero como era un rey bueno, daba órdenes razonables. El rey dejó una enseñanza muy buena: “La autoridad reposa, en primer lugar, en la razón”. Principito se aburrió, por lo que estuvo un corto tiempo ahí, aún con la insistencia del rey, quien le pedía que se quedara. El rey quería que siempre se respetaran sus órdenes, pero debían ser razonables. Por eso Principito le pidió al rey que le ordenara salir cuanto antes del planeta. El rey lo pensó un momento se lo ordeno y lo nombro Embajador. “Que raras son las personas mayores” Pensaba mientras salía del asteroide.

En el segundo planeta. Principito se encontró con un vanidoso que le pedía que lo admirara.
Al principio le pareció entretenido pero también terminó por aburrirle, pues no entendía que le servía que la gente lo admirara y también se fue de ese planeta


En el tercer asteroide que visitó encontró a un bebedor en tremendo estado de locura. ¡¡¡Bebía para olvidar su vergüenza de beber!!! El Principito se marchó pensando: “Definitivamente que raras son las personas mayores.

Antes de llegar a la Tierra, visito tres asteroides más y en cada uno conoció a diferentes personajes que le afirmaron que sí, las personas mayores son sumamente extrañas.

Un hombre de negocios, un farolero y su farola que encendía al anochecer y apagaba al salir el Sol, pero como los días eran tan cortos no tenía descanso.  Para Principito le pareció una persona más lúcida que los anteriores y lo único que impedía que hubieran sido amigos era que el planeta era demasiado pequeño. Y un geógrafo.


Al final llegó a la Tierra, donde encontró millares de personajes que había visto en los asteroides que había visitado a lo largo de su viaje.

Después de viajar un largo rato, se encontró con un animalito que le pareció algo extraño era flaco como un dedo y tan indefenso, pues no tenía ni siquiera patas. El Principito le pregunto qué donde estaba y qué donde estaban los hombres?  La serpiente le dijo que estaban en el desierto en África, que ahí no había hombres. La serpiente le ofreció que si un día se sentía solo o triste él podía regresarlo a su casa.

En su camino él observo muchas flores como la que tenía en su hogar y que pensaba que era única. Al saberse engañado, lloró sobre la hierba, mientras lloraba, un zorro lo saludo y el Principito lo invito a jugar, se sentía muy solo. El zorro le explico que no podía jugar con él porque no estaba domesticado. Le explico que “domesticar” es crear lazos. 

En ese momento para el zorro Principito no era más que un muchacho igual a los demás y para Principito el zorro era igual que cualquier otro zorro. Pero al “domesticarse” las cosas cambiarían.
Principito le dijo que él no tenía tiempo de domesticar, que él tenía que encontrar amigos.
El zorro le dijo que solo se puede tener amigos después de domesticarse. Por eso los hombres no tienen amigos porque nunca tienen tiempo de domesticar. Le pidió que lo domesticara.

Le pidió que llegara a la misma hora para ir preparando su corazón y estar ansioso a la llegada de su futuro amigo. Así paso y domesticó al zorro. Y cuando llegó el día de su partida. El zorro estaba muy triste y el Principito le reprocho que era su culpa que él se lo había pedido y no entendía que ganaba el zorro con esto. El zorro astutamente le pidió que fuera a ver a las rosas y después le diría su secreto.  El Principito entendió al ver a las demás rosas que no eran iguales, que para cualquier otro su rosa era como cualquier de las demás, pero para él su rosa era especial.

Era como era su zorro, que antes de domesticarlo era como cualquier zorro. Pero ahora era su amigo y era único en el mundo. El zorro le dijo su sencillo secreto: “Solo se ve con los ojos del corazón, lo esencial es invisible para los ojos” El tiempo que perdiste con tu rosa, eso es lo que la hace importante. Eres responsable de todo lo que domésticas.

En el octavo día de la avería en el desierto, ya no quedaba agua y tuvieron que emprender una búsqueda en el desierto. Principito le dijo a Antoine que el desierto era bello no por lo que se veía, sino porque escondía un pozo y eso era lo hermoso. Al encontrar el pozo, debieron hasta saciarse. Principito disfrutaba de todas las pequeñas cosas que había a su alrededor. Entre ellos dos había una gran amistad. Antoine había encontrado al amigo que había buscado toda su vida y Principito también.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.8 Kb)   pdf (47 Kb)   docx (13.2 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com