Cuál es la relación del arte y el público?

Arte y público

¿Cuál es la relación del arte y el público? Mediante el desarrollo de este proyecto busco adentrar a el público no especializado hacia una problemática, además captar su atención dentro de nuestra sociedad que se encuentra saturada de información, imágenes y demás distractores, sacarlo de su zona de confort para confrontarlo con lo que está sucediendo en su entorno. Esta investigación gira entorno a cómo se desarrolla, desde mi punto de vista, la relación entre el espectador y la obra de arte tomando en consideración el papel que tiene el mercado y los museos, además de la actual función del arte público, esto con el fin de comprender mejor su funcionamiento.

El desarrollo del arte en la sociedad actual se encuentra relacionado con la actividad económica y se ha adjuntado con el desarrollo del entretenimiento. Esta problemática se puede ligar a la forma de vida del público, tanto de los grupos privilegiados como de la clase media trabajadora. Esta última, busca actividades en las cuales emplear su tiempo libre para divertirse evadiendo temporalmente sus preocupaciones y el esfuerzo (físico y mental) que conlleva la mecanizada vida de trabajo. Mientras los grupos privilegiados ven en el arte un objeto de inversión, de lujo, que de una u otra forma le brindan “prestigio social” y cultural ante su sociedad además del valor económico desde el punto de vista de la inversión.

A un lado de lo que la gente busca, nos encontramos con que existen distintos tipos de públicos, el especializado conformado por artistas, historiadores del arte, críticos y aquellos con una formación artística más avanzada quienes valoran de manera más objetiva la obra de arte, los aficionados y coleccionistas que por su interés y entusiasmo busca una valoración más técnica e intelectual que justifique su gusto y crítica, y por último el publico general quien conforman la mayor parte los espectadores “quienes responden con pura emoción afectiva y a ratos razona los contenidos ideológicos de la obra.”

Centrándonos en este desinformado público, que se encuentra ante la cultura producida como mercancía y un arte donde “los medios de comunicación de masas condicionan relativamente la producción artística, pero de forma decisiva su distribución y recepción”. Puede ser un efecto determinante en el interés del público no especializado hacia la obra de arte, ya que al no comprender ante lo que se enfrenta, es decir, lo que las galerías y museos les muestran como arte bajo una justificación incomprensible para este público, este decide evadir este tipo de situaciones y dejara a un lado el valor artístico o estético, dándole importancia al valor económico.

Aquí se podría hablar erróneamente de la insuficiente preparación del espectador para comprender la obra de arte, pero lo cierto es que sería “injusto exigirle especialización a todo consumidor para que valore certeramente” como lo plantea Juan Hacha, “por lo que corresponde a el artista, el productor, la tarea de hacer pensar al publico espectador en medio de sus emociones espontaneas y distracciones de la sociedad actual.” Entonces la calidad de la obra debería de encontrarse en “la aptitud que demuestran para imbuir de ciertos valores o persuadir de ciertos comportamientos al espectador”

Ante esta situación nos encontramos ante un arte público, no un arte generado por el público, ni desarrollado para este, sino que es un arte que retome como objeto de estudio al público, buscando convertir a este en un sujeto consiente y responsable no solo de sus actos sino de los actos cometidos por otros contra otros.

Parreño en su libro Un arte descontento menciona que arte público se ha desarrollado en los últimos años de distintas formas y

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