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DD HH Y ETICA


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2020  •  Apuntes  •  1.938 Palabras (8 Páginas)  •  89 Visitas

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Los Derechos Humanos y la ética

Los derechos humanos pueden ser entendidos como el reconocimiento de la dignidad de las personas frente al Estado. Cuando el poder público toma atribuciones sobre algunos elementos clave para la vida de las personas –su vida, su libertad, sus bienes-, los derechos humanos se establecen como una defensa de los sujetos.

Por otra parte, los derechos humanos no son una creación arbitraria de un poder, comisión o grupo de personeros internacionales, sino que son una construcción filosófica y política que hunde sus raíces en la historia.

Desde la Antigüedad, todos los pueblos han contado con preceptos de justicia, han preconizado el respeto por las personas y han señalado que deben ser respetadas todas las personas, y no expuestas a la crueldad gratuita (esto último con restricciones: el principio de la igualdad universal va a ir expandiéndose desde los hombres libres de una misma nación hasta, como hoy lo aceptamos en la mayoría de los países, toda la humanidad). Observaciones de este tenor podemos encontrar en los textos del Antiguo y Nuevo Testamento, en el Talmud, en el Corán, en las enseñanzas budistas, entre los pueblos de tradición oral y en la mayoría de las culturas antiguas.

Sin embargo, estas enseñanzas no representan aún derechos humanos.

¿Por qué?

Porque aún no representan una potestad que sea propia de las personas. Aún representan un ideal de justicia o un mandato ético o religioso, pero no algo que le “pertenezca” a las personas, y que el Estado se compromete a respetar ya no en función de que sea justo o sagrado, sino en función de que es una prerrogativa de los seres humanos.

Se tiende a considerar como primer antecedente de los derechos humanos a la Carta Magna, firmada en 1215 en Inglaterra, por el rey Juan Sin Tierra, presionado por sus barones. Frente a las múltiples dificultades que el rey encontraba en las guerras que estaba librando en Europa, éste exigía una carga de impuestos demasiado alta para los señores de Inglaterra, y abusaba además de algunos privilegios reales, como tomar a su disposición las tierras de los señores que habían muerto y no tenían herederos mayores de edad.

Por otra parte, quienes se revolvían contra estas órdenes recibían muy duras represalias, y la justicia del rey Juan estaba volviéndose arbitraria. De este modo, en enero de 1215 un grupo de barones exigió una carta de libertades como un resguardo contra la conducta abusiva del Rey. Los barones redactaron un documento que enviaron al monarca para que lo sancionara con el sello real. Cuando Juan rehusó hacerlo, los nobles se negaron a mantener su fidelidad, se levantaron en armas contra Juan y marcharon a Londres. Asaltaron y tomaron la ciudad en mayo del 1215.

El Rey, comprendiendo que debía llegar a un acuerdo se reunió con los barones el 15 de junio para negociar, y el 19 de junio los barones renovaron sus juramentos de obediencia al Rey.

Entretanto la cancillería real elaboró una Concesión Real formal, basada en los acuerdos alcanzados, el cual se conoció como la Carta Magna, la cual estableció por primera vez un principio constitucional muy importante, a saber, que el poder del rey puede ser limitado por una concesión escrita.

Si los abusos se veían agravados por la dificultad de obtener la reparación para ellos, la Carta Magna provee los medios para que las quejas fueses ampliamente escuchadas, no sólo contra el rey y sus agentes sino contra los señores feudales menores.

En sus aspectos más relevantes, la Carta Magna establece que ningún hombre podrá ser encarcelado ni castigado de manera arbitraria, sino que solamente a través de los mecanismos que provean las leyes para eso. También se ponen límites a las exigencias de ayuda a otros vasallos por parte del rey o de los señores feudales, así como se regula el aparato judicial y se aseguran algunas libertades comerciales.

Otro hito en la historia de los derechos humanos es la Petición de Derechos de 1628. Firmada entre el rey Carlos I de Inglaterra y su Parlamento. La Petición de Derechos proclama que los ingleses tienen diferentes derechos y libertades y afirma que nadie debe ser obligado a proporcionar un préstamo, hacer un regalo o pagar un impuesto sin ser aprobado por el parlamento, que ningún individuo libre debe ser encarcelado o detenido sin pruebas (cuestión que ocurría anteriormente a esto), y que los soldados o miembros de la armada real no pueden ocupar viviendas privadas sin el libre consentimiento de sus propietarios. Respecto a la ley marcial, restringe su uso a casos de guerra o rebelión directa.

Por su parte, la Declaración de derechos del pueblo de Virginia (1776) puede considerarse la primera declaración de derechos humanos moderna de que se tenga noticia. En el contexto político marcado por el independentismo y el republicanismo que florecían en los Estados Unidos, Virginia decidió establecer un documento fundante, que resulta una declaración que establece que todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes, y que son portadores de determinados derechos: a saber, la vida, la libertad, los medios para adquirir propiedades, la búsqueda de la felicidad y la seguridad.

También defiende un gobierno democrático, asegurando que el poder reside en la comunidad y que un gobernante se debe a ésta, y declara la necesidad de que los juicios sean justos.

Todo lo anterior sin perjuicio de que Virginia siguiera siendo esclavista durante muchos años más: la universalidad de los derechos humanos ha sido progresiva, y ha tenido avances y retrocesos.

Por otra parte, esta carta es una de las bases de la Constitución estadounidense.

Sin embargo, el texto de mayor alcance y reconocimiento es la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, elaborada en 1789 por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia, en plena Revolución Francesa. Esta declaración establece los principios de la sociedad que sentarán las bases del nuevo acuerdo, acabando con aquellos correspondientes al Antiguo Régimen: Se afirma aquí que el principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación, no en el soberano ni en su vínculo con la divinidad.

Los Constituyentes enuncian que los derechos no han sido creados por los revolucionarios, sino que son derechos constatados y naturales, que son anteriores a los poderes establecidos y válidos en cualquier lugar y cualquier época. Estos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión

Este texto servirá de base a todos los regímenes que se inscriben dentro de una tradición republicana. La Declaración de 1789 ha inspirado un gran número de textos similares en Europa y América Latina.

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