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DISCRIMINACIÓN HACIA LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2019  •  Tareas  •  1.304 Palabras (6 Páginas)  •  202 Visitas

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Francis Lorena Uriarte Ocampo

DISCRIMINACIÓN HACIA LOS PUEBLOS INDÍGENAS AMAZÓNICOS

En los últimos diez años, la situación discriminatoria hacia las etnias amazónicas se ha agravado conforme al modelo de desarrollo que impulsa el Estado peruano. Un modelo que fomenta el diálogo, el acceso a la educación y la cooperación con diversos grupos sociales que, por el contrario, terminan como falsas promesas. Así, la indiferencia continúa y evoluciona a niveles en los que en vez de mejorar la calidad de vida de las personas, la empeoran. Por lo tanto, la minimización y el rechazo hacia las comunidades indígenas de la Amazonía aumentan la visión discriminatoria y racial, ya que fomentan la injusticia, la mofa, la xenofobia y la violencia.

Cabe resaltar que este problema se presenta alrededor de toda la Amazonía peruana, tanto en los pueblos grandes como en los pueblos jóvenes y caseríos. Gracias a la interacción que tuve con un par de pobladores del distrito de Uchiza en la provincia de San Martín, comentaron que recibían poco apoyo del gobierno y de las entidades representativas locales para desarrollar actividades agropecuarias debido a que consideraban que los pobladores, al ser “chunchos”, no son aptos para desarrollar dicha labor; además, no se los podía capacitar porque sería un “enredo” para ellos y que debido a su condición física no desarrollarían otras actividades además de la pesca y otras actividades básicas agropecuarias y ganaderas. Al ver esta situación, comprendí no solo la insatisfacción de los pobladores hacia el gobierno, sino también que la discriminación permanece de una manera abominable.

Al considerar a las comunidades indígenas –que, en este caso, son las de la Amazonía- integrantes del proceso de desarrollo económico y social del país, se rompería la brecha existente entre los conceptos raciales y discriminatorios que muestran que son inferiores a las demás que viven en otras partes del Perú. Se generaría un proceso integrador en la sociedad que motivaría la confianza, un mayor grado de independencia y participación en los procesos de desarrollo del país.

Una de las causas por las cuales el tema de la discriminación hacia los nativos amazónicos se ha acentuado estos últimos años se debe a su difícil inserción a la sociedad moderna. Las comunidades amazónicas mantienen una cultura exquisita, amplia, variada y diversificada con respecto a sus pares. Ahora bien, en el proceso de adaptación e integración, dichas culturas convergen con el mundo moderno y se atenúa una disputa entre ambos estilos de vida. Por ende, a los nativos amazónicos, se les complica esta integración que provoca cambios drásticos en la forma de pensar, asimismo, en el aprendizaje de un nuevo idioma como el español, en la vestimenta, en la educación, en la alimentación, etc. Como producto de esta difícil inserción, el término “discriminación” hace acto de presencia. En parte, se debe a la ignorancia y a la miopía cultural. Para muchos peruanos, un nativo es simplemente un ser primitivo, un ser incapaz; son personas vestidas únicamente con faldas o incluso sin ropa que llaman la atención de turistas; son personas que siguen viviendo de la caza y duermen a la intemperie; son seres sin educación y que seguirán viviendo en la ignorancia.

De modo similar, la discriminación generalizada y el rechazo instaurado han conducido a atrocidades y atropellos sistemáticos a sus derechos humanos como pueblos indígenas. Las políticas y la inacción del Estado han ocasionado que mafias de sicarios madereros, mineros, narcotraficantes, grupos petroleros y terroristas atenten contra los derechos esenciales, como la vida de las personas, principalmente contra los líderes y denunciantes. De la misma forma, esta violencia genera la emigración de los pueblos indígenas a áreas rurales o zonas de la Amazonía aún más alejadas de los pueblos urbanos en busca de protección. Las áreas invadidas resultan contaminadas, saqueadas y destruidas. En consecuencia, debido a la discriminación y los casos raciales que se presentan, se concibe una violencia agresiva y sistematizada que provoca el abuso de los derechos humanos de las personas. Ante la falta de presencia del Estado, se instauran organizaciones en pro de la violencia contra los pueblos indígenas, siendo estas las más vulnerables, las que sufren y agravan su situación discriminatoria.

No es sorpresa que los causantes de estos agravios no sean solo la opinión pública, organizaciones criminales y empresas que no respetan acuerdos de integración, sino incluso de las entidades más representativas del Estado. Hace diez años, El Comercio publicó un artículo llamado “El síndrome del perro del hortelano”, escrito por el ex-presidente Alan García. En dicho artículo, el ex-mandatario presenta su postura acerca del desarrollo de las comunidades indígenas campesinas y la explotación de recursos, mediante la cual pretendió justificar la entrega de gran parte de la selva del país a empresas principalmente extranjeras, con el argumento de que las comunidades indígenas son dueñas del suelo donde viven, mas no del subsuelo donde existen recursos naturales como el gas, el petróleo y minerales preciosos. Además, cuestiona la incapacidad logística de los campesinos argumentando que las labores madereras se tornan ociosas como consecuencia de la falta de interés. Por último, califica a los territorios con una rica historia cultural y considerados sagrados, como fruto de la demagogia y el engaño. Lo que hace el señor García no es más que relucir su indiferencia y su rechazo hacia estas comunidades. Así pues, califica a los nativos como “perros del hortelano” en un contexto discriminatorio, ya que desconoce la falta de recursos para la realización de labores agropecuarias y madereras, además de promover la extracción de minerales, dejando de lado el tema de la contaminación que se genera como producto de la sobreexplotación de los recursos y no reconoce la soberanía de los nativos sobre esas tierras. Del mismo modo, considera a las creencias y tradiciones amazónicas como resultado de la ignorancia e inclusive, en una entrevista realizada en el año 2011, hace mofa respecto a aquellas impugnando que “esas ideologías absurdas, panteístas, que creen que las paredes son dioses y el aire es dios, ¿volver a esas formas primitivas de religiosidad?”.

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