DISEÑO INCLUSIVO

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Marco Teórico

La exclusión que usualmente viven las personas con discapacidad motriz en un ambiente educativo es gracias a la falta de información por parte de los compañeros, ya que en un ambiente educativo de nivel básico es muy difícil que los niños dominen la información respecto a las diferencias que hay entre un alumno y otro.

Los niños generalmente suelen ser un poco imprudentes y de cierto modo crueles al dirigirse a personas con este tipo de discapacidades, puesto que muchos de estos lo ven como burla y deciden poner apodos que agravian la autoestima de los niños en esta situación.

Cabe mencionar que no solo la barrera de interrelación social es la que detiene el desarrollo de cada ser humano, sino también, el no contar con las herramientas que permiten romper con estas barreras, es decir, no solamente es brindar a los mismos alumnos y/o profesores la información correspondiente a la discapacidad y así estos brinden un trato digno a todas las personas de forma general, sino también la persona encargada de diseñar el espacio.

Para diseñar el espacio y romper con la exclusión y las barreras de movimiento para las personas con discapacidad se deber conocer de forma general a lo que se refiere la discapacidad motriz, al mismo tiempo que se debe indagar, conocer y aplicar un diseño inclusivo para todos.

De esta forma se le podrá brindar a todos y cada uno de los usuarios un espacio digno de adaptación correspondiente a las necesidades globales que se necesiten en la estancia educativa.

Es por ello que en esta investigación expondré de una forma sintética el concepto genérico de discapacidad para después pasar a centrar atención en objetos de estudio del trabajo, diseño inclusivo.

Discapacidad

La OMS (Organización Mundial De La Salud), define deficiencias como “pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica”.

Además, define el termino discapacidad como “restricción o ausencia por deficiencia de la capacidad para realizar una actividad en forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano” (Camacho-Conchucos, Fajardo-Campos y Zavaleta de Flores, 2012, p.120). Cabe aclarar, que la existencia de una deficiencia no siempre implica discapacidad mientras que, por el contrario, siempre que hay discapacidad suele haber deficiencia.

Como señala Olmeda (2008), en los últimos años, se ha pasado de una concepción de la discapacidad basada únicamente en términos de deficiencia, a otra muy distinta en la que lo esencial son las necesidades educativas que tiene el alumno en medio social y escolar concreto. Es decir, se ha pasado de un modelo del déficit a un modelo socio-educativo. Así, antes lo importante era describir lo posible, el origen o las características del problema con el fin de establecer un tratamiento que se correspondiese con el diagnostico de dicha deficiencia. En la actualidad, no se trata de olvidar la discapacidad, sino de remarcar que lo importante no es encuadrar al alumno en una clasificación, sino hacer un estudio real de sus necesidades para, una vez identificadas, buscar las soluciones apropiadas y conseguir así potenciar al máximo sus capacidades.

Desde el punto de vista de la intervención, es muy importante conocer cuáles son los puntos fuertes y los puntos débiles del alumno ya que únicamente de esta forma, podemos detectar sus necesidades y actuar acorde de ellas. Todos los seres humanos somos únicos e irrepetibles, con características que nos definen por independiente a cada uno, por tanto, que dos alumnos tengan la misma discapacidad no quiere decir que ambos cuenten con las mismas barreras de movilidad.

Es necesario tener una mentalidad centrada en los alumnos, no en su discapacidad, así podremos hacer un ambiente inclusivo. En educación no hay recetas, debemos mirar a la persona con las que se está trabajando y para la cual lo hacemos, para luego partir de ahí y estimar qué podemos hacer para ayudarle a mejorar su entorno (Lizasoain y Peralta 2004).

Por otro lado, en cuanto a la concepción de la discapacidad, parece que el paso del modelo de un diseño inclusivo que se ha venido mencionando con anterioridad supone un gran avance, puesto que se ha señalado, que no solo se trata de poner etiquetas a las personas con discapacidad motriz, sino, apoyar para mejorar su desarrollo personal y sobre todo su independencia a través de dar respuesta a sus necesidades. Es por ello que en esta línea se afirma lo que dice la doctora Sánchez-Carpintero, “puede ser mas interesante conocer las habilidades que una persona conserva, que las que ha perdido o tiene limitadas”.

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