Debate en contra de la pena de muerte.

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Lunes 12 de Octubre de 2015.

¿Se debería de aprobar la pena de muerte?

Postura: ¡En total desacuerdo!

Personalmente, podría definir la pena de muerte como aquella sanción legal aplicada por un Estado a una persona que ha causado daños o perjuicios a otros individuos o a la humanidad en la cual esta se ve despojada de su derecho humano a la vida. El tema de la pena de muerte es un tema que levanta mucha polémica y discusión alrededor del mundo, así como lo es el aborto, la aceptación de matrimonios homosexuales o la eutanasia. Esto debido a la existencia de dos bandos, los que apoyan para que este tipo de temas y los que argumentan todas las razones por las cuales estos no deberían de ser aplicados. El propósito de este informe es demostrar y dar las pruebas necesarias del porque la pena de muerte no debería de ser aplicada en ningún país del mundo.

Uno de los primeros puntos a tratar con respecto a este tema es el aspecto de venganza que viene con la aplicación de la pena de muerte. Una de las afirmaciones más fuertes y contundes que mencionan los que piden aprobar esta pena es: “Si alguien le arrebato los derechos humanos a un sujeto, lo justo es quitarle los derechos a esta persona”. Un supuesto muy grave, principalmente por el uso de la palabra justicia para tratar de enmendar la muerte de una persona. Si una parte de la justica es cumplir lo establecido en el derecho y el derecho busca cuidar y regir la vida de los humanos, es ir en contra del mismo derecho. Por lo cual esta acción barbárica seria desencadenar una cadena de venganzas que nos dará una semejanza al tiempo en el cual se usaba la ley de Talión “diente por diente, ojo por ojo” y esto sería solo dar más violencia a un mundo que simple y sencillamente ya tiene demasiada.

Respecto a este punto que menciona la pena de muerte y la ley es importante mencionar el punto sobre que la postura en contra de este castigo en ningún momento está tratando de impedir que la justicia actúa sobre los culpables de delitos, es decir, que si alguien viola los derechos humanos de otra persona esta comete un delito por el cual debe de ser juzgado, condenado y sentenciado a una pena que deberá de pagar, pero en todo momento sus derechos humanos inherentes a su naturaleza como persona deben de ser respetados, porque al momento de realizar acciones contrarias a la ley, este pierde sus derechos civiles tales como ejercer el voto y a la libertad, pero bajo ninguna circunstancia, sin importar la crueldad de lo cometido este podrá ser eximido de su vida y ser tratado como alguien “germen” para la sociedad. Porque si esto sucede la principal razón de una condena y de las cárceles será nulo e inservible.

Las condenas de encarcelamiento cumplen una función especial en la sociedad. Así como lo estipulan las teorías de prevención especial “el fin de aplicar una pena es evitar que quien delinquió vuelva  hacerlo, ya sea apartándolo del medio propicio para ello o bien corrigiéndolo, readaptándolo a fin que pueda volver a vivir en comunidad sin delinquir.”^[1] Esto puede fundamentarse bajo un supuesto principal, el cual es que la cárcel es el mejor miedo tanto de intimidación y de regeneración de los delincuentes.

Sobre lo anterior es importante mencionar la afirmación de las personas que apoyan la pena de muerte que es “la aprobación de la pena de muerte sería un medio de infundir miedo a todos los delincuentes para que dejen de delinquir”. Primeramente, hasta la actualidad no hay un estudio que compruebe realmente que la pena de muerte cuente con ese papel disuasorio que se le acuña tanto.

Es más, las gráficas demuestran que “el índice medio de asesinatos en Estados Unidos para los estados que utilizan la pena de muerte es superior al de los estados que no lo hacen. En 2006, 30 años después de que Canadá aboliera la pena de muerte para los delitos comunes, el índice de asesinatos había disminuido en más de un tercio”^[2]. Y utilizando la lógica, si esto fuera cierto, países que han aprobado la pena de muerte como Irak, Sudan y Afganistán, serían los países sin delincuencia y no los países como Alemania, Suecia o Australia, países que la han vetado de sus constituciones.

Retomando a un actor mencionado anteriormente, se presenta el caso de Estados Unidos, un país altamente desarrollado, con buenos índices de calidad de vida y en el cual 32 de los Estados conformantes practican la pena de muerte. Esto es bastante citado por las personas a favor de este castigo, porque se amparan en que este país tiene un avanzado sistema legal y no presenta errores. Afirmación que es incorrecta de muchas maneras, primeramente porque incluso en Estados Unidos la pena de muerte ha sido mal aplicada.

“En Texas no importa si eres inocente, te matarán de cualquier modo. El estado de la “estrella solitaria” solidificó esta reputación vergonzosa en 2004 cuando llevó a cabo la ejecución de Cameron Todd Willingham a pesar de que un informe de científicos reconocidos descartaba la mayoría de la evidencia que lo había mandado al corredor de la muerte.”^[3] Y como este hay numerosos casos en los cuales se ha demostrado que un ejecutado era inocente hasta que este ha atravesado el proceso que provoco su fallecimiento. Y en esto se involucra la principal característica de esta pena: que es irreversible. De nada servirá declarar inocente a una persona que ya fue ejecutada. A pesar de esto, Estados Unidos es de los principales países en aplicar esta pena. Y en esto cabe mencionar que la historia nos ha enseñado que este país no tiene temor ni respeto en las legislaciones internacionales, ni de medio ambiente, ni de autonomía, pero en lo que importa a este argumento, tomar a Estados Unidos como referente del cumplimiento de los derechos humanos universales, es como tomar a Haití como referente de progreso económico internacional.

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