Decisión poder presidencial

Poder Presidencial y Recursos Nacionales

En la toma de decisiones desde el Poder Ejecutivo Federal puede tener repercusiones que afecta la nación, tanto como poder poner la nación en una situación en donde puede haber un crecimiento nacional y global. El valor de la toma de decisiones de un presidente es uno en que debe de ser analizado desde el punto de vista y en perspectiva de la ciudadanía. Debe de ser tomada en cuenta en cómo afectaría aquellos quienes vivirán sus vidas dependiendo de los principios establecidos por el gobierno presidencial. Si tales tomas de decisiones son hechas por el puro interés del país al nivel privatizado y no para el puro beneficio de los mismos, esto creara un desbalance entre lo político y lo social y entonces se verá el descaro del verdadero propósito del país y todos los empoderados.

De no más tomar una decisión puede tener un gran efecto tan grave que hasta puede poner un distanciamiento entre el pueblo y el gobierno; puede crear una barrera que implicaría una falta de valores morales hacia la fe nacional y desde luego que crearía un hueco en la confianza del pueblo hacia la nación. Pero si nos ponemos a pensar, y si analizamos los verdaderos objetivos del país y del gobierno y si nos llegamos a ciertas conclusiones, será de que el verdadero objetivo del país en todas sus tomas de decisiones, es para el beneficio del país y de todo su pueblo, entonces se tendría que ver en la reflexión al nivel social, económico y por su puesto en el político.

Se debería de ver un aumento en todo aspecto que nos pueda afecta de manera positiva y no seria para que nos dejara en un vacio, ni en dudas de nuestros políticos y sus políticas, si no que se debe de reflejar desde los puestos de poder hasta las mesas de nuestras casas y de nuestras familias. Esta tal toma de decisiones es tan importante para todo el pueblo, que por cada decisión que se haga esperamos los resultados a lo largo del tiempo para ver si en verdad fue una decisión para ellos por ellos, o si fue una decisión para el pueblo mexicano.

En los años 70 y 80 México estaba en una posición política en el sector energético que podría afectarnos con sus repercusiones internas y en la relación con Estados Unidos. “Con el presupuesto, quedo la pregunta de si los legisladores mexicanos no habían pecado de excesivo optimismo al fijar en 27 dólares por barril el precio del crudo que exporta Pemex”, como lo dijo Ronald Buchanan. El precio de barril estaba a 50 dólares por barril para el WTI durante los próximos 10 años en donde “el actual ‘choque’ en los precios del crudo, no es pasajero como los anteriores, sino que bien podría durar 20 años. Lo que se especulaba un superpico de precios por encima de los 100 dólares por barril. Pero la decisión por parte del gobiernos de fijar el precio a los 27 dólares era para poder crean una atmosfera más accesible para el mercado, pero por los choques petroleros de antes se resolvieron rápidamente por la entrada en producción de nuevas provincias petroleras causando un ciclo de crisis en cual las víctimas fueron la economía mexicana en el sexenio de José López Portillo.

Pero como lo digo un tal Ahmad Sakí Yamani, “Que por los mismos altos precios causen un aumento en la producción del crudo que, a su vez, deprimiría de nuevo el mercado.” Esto también implicaba el mercado mexicano. Las decisiones se tomaron y México inicio la producción de petróleo y empezó a compensar las pérdidas en campos y maduros que han entrado en declive, en cual 2 millones de barriles al día representando 60% de la producción del país y son separados en el mundo por un solo campo. Por lo tanto esto le costó a México por el alto costo de producción de esto.

Ahora, a lo siguiente, en marzo de 1980 José López Portillo dio a conocer su Sistema Alimentario Mexicano o SAM. Tomemos en cuenta que desde el inicio de su gobierno, el presidente había anunciado que sus grandes prioridades serian el petróleo y el campo. El decidió que el objetivo que tenía que dar resultados era el logro de la autosuficiencia alimentaria que evitaría las terribles importaciones y compensaría la balanza de pagos. Pero como siempre, en cada decisión que una presidente hace que, probablemente se hizo con motivos ulteriores de tal manera que después de todo la ley se rechazo por la razón que se determino “reaccionaria y contrarrevolucionaria”.

Todo se vio debido a que, aunque se vio como algo para ayudar al pueblo a obtener una canasta básica de 28 productos con un valor nutritivo, “El SAM llego acompañado por la Ley de Fomento Agropecuario y escrito por el mismo Portillo…”, pero como se dio a la luz que esta ley, “preparaba la privatización del campo y debilitaba la propiedad social.” SI esto fue un beneficio monetario para los propósitos de Portillo o si en verdad era para llevar al pueblo de México un cambio a los hábitos alimentarios, eso de dejara en el olivo ya que después de todo se vio al SAM como un fracaso. “Todo conspiro contra el SAM; había ya tantos intereses creados y tantos vicios en el campo que los buenos propósitos no servían de gran cosa.

Después de todo, la causa del desorden en las finanzas debido a las fugas de capital, el Gobierno vendió petróleo anticipado, re contrataba deudas de corto plazo y trataba de sacar dinero de donde se podía. Ya cuando se miraba que México separaría la crisis, fue cuando se elevaron los precios de las gasolinas, disel, electricidad y las tortillas y esto llevo a una decisión de una compra desaforada de dólares. “Tres días después de los aumentos de las gasolinas, además, se determino una suerte de control de cambios a través de una doble paridad: un dólar ‘preferencial’ o ‘controlado’, con precio fijado por los bancos, para todos los demás. Por último, como castigo a los ‘malos mexicanos que no confiaban en el país’, los mexdolares se pagarían al precio del dólar controlado. El tomar esta decisión, a México ya nadie les quería prestar, ya no quisieron renovar sus deudas a corto plazo y el gobierno mexicano se quedo sin liquidez. Con los pagos por encima de la deuda externa, le propuso a EEUU la venta de petróleo anticipado. Como el banco tenía todo privatizado, los empresarios pusieron el Fondo del Desprestigio, que el propósito era de colectar recursos e ideas para denostar la nacionalización de la banca. Pero decisión tras decisión de estas, llevo al pueblo a que consideraran a Portillo como, “dictador, comunista, sinvergüenza, perro chillón, frívolo y corrupto”; y de este contexto salió la lema: “Con López Portillo, lo prometido es deuda.”

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