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Derecho Y Hambrunas Mundiales

nekochrome26 de Agosto de 2013

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UNIVERSIDAD ANDINA CUSCO

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS.

CURSO: ACTUALIDAD MUNDIAL

TEMA: HAMBRUNAS MUNDIALES

El viejo Marx tenía razón: aún no salimos de la prehistoria de la humanidad. Somos 6,1 billones de habitantes en esta nave espacial llamada Tierra, de los cuales 4 billones viven debajo de la línea de pobreza. Viven con menos de US$ 30 por mes. De ellos, 1,2 billones están debajo de la línea de la miseria, de los cuales 841 millones están amenazados por la desnutrición crónica.

Cada 24 horas mueren de hambre en el mundo 100 mil personas, entre las cuales 30 mil son niños con menos de 5 años de edad. El día 11 de septiembre, el derrumbe de las torres gemelas de Nueva York cumplió tres años. Hubo una inmensa conmoción internacional. Cada día, el hambre hace desmoronarse a 10 torres gemelas repletas de niños. Nadie llora ni se conmueve. ¿Por qué?

En los días 20 y 21 de septiembre, en ocasión de la apertura de la Asamblea General de la ONU, el presidente Lula lanzará en Nueva York el Hambre Cero Mundial. Estará respaldado por cerca de 55 jefes de Estado, inclusive el papa. Si el hambre es el principal factor de muerte precoz y vergüenza para la civilización del siglo XXI, ¿por qué no provoca movilización?

Por una razón cínica: al contrario del terrorismo y de la guerra, del cáncer y de otras enfermedades, el hambre hace distinción de clase. Sólo alcanza a los miserables. Y en general, apoyamos campañas en beneficio propio. No siempre demostramos sensibilidad cuando se trata de derechos ajenos.

Lula aprendió, con la historia de la esclavitud en el Brasil, que un problema social sólo encuentra solución cuando se transforma en una cuestión política. Durante más de 300 años la esclavitud fue considerada legítima y legal. Pero poco antes de 1888, pasó a ser tratada como una cuestión política. Vino entonces su abolición oficial (pues todos sabemos que aún hay, en nuestro país, estancieros que mantienen trabajadores en un régimen de esclavitud).

El Hambre Cero beneficia hoy a millones de brasileros (as), entre los cuales hay 5 millones de familias que reciben renta mensual del programa Bolsa Familia. Por ser una política pública no-asistencialista y sí de inclusión social, atrae la atención de otros países. En función de este interés, estuve en Paraguay, Argentina, Perú, Guatemala, Italia, España y en la ONU.

Hay iniciativas semejantes en Chile, en Argentina, en México y en Guatemala. Crece la conciencia de que el hambre es un flagelo a ser combatido inmediatamente. Debemos empeñarnos para que la pobreza, a semejanza de la esclavitud y de la tortura, sea considerada crimen hediondo, grave violación de los derechos humanos.

El presidente Lula quiere evitar en el exterior -como lo logró en Brasil-, que se pretenda combatir el hambre apenas con distribución de alimentos. Si un país rico envía toneladas de comida a las regiones más pobres del mundo, incurre en cuatro errores: justifica sus subsidios agrícolas; destruye las culturas locales; aumenta la dependencia de los beneficiarios; y favorece a los políticos corruptos que distribuirán los donativos. Ya basta el fracaso de la Alianza para el Progreso en los años 60, y de la Revolución Verde en la década siguiente, para saber por donde no ir.

La propuesta es movilizar recursos mundiales, de los cuales Brasil no será beneficiario, para no levantar sospechas de promover una causa propia. Esos recursos, supervisados por la ONU, financiarían proyectos de emprendimientos, cooperativismo y desarrollo sustentable en las regiones más pobres. Pues el hambre no se combate con donativos, ni sólo con transferencia de renta. Precisa ser complementada por políticas efectivas de cambios estructurales, como las reformas agraria y tributaria, capaces de desconcentrar las rentas fundaría y financiera.

Todo esto amparado por una política audaz de insumos y créditos a las familias beneficiarias, que deben ser blanco de un intenso trabajo educativo en la línea de Paulo Freire, de modo de volverse protagonistas socioeconómicos y sujetos políticos e históricos.

«Yo tuve hambre y me diste de comer», dijo Jesús encarnado en la figura del pobre. Combatir el hambre es una exigencia evangélica, un imperativo ético, un deber de ciudadanía y solidaridad, para que podamos sacar a la humanidad de esta prehistoria en que billones de personas aún no tienen asegurado el derecho animal más elemental: comer.

ASPECTO MEDIO AMBIENTAL

Las guerras, las hambrunas crónicas, la pobreza endémica, los desastres naturales, son sólo algunos ejemplos de factores que inciden de manera crítica en la disponibilidad sostenible de alimentos en un país.

Lógicamente, los países desarrollados cuentan con seguridad alimentaria, es decir, pueden abastecer de alimentos a su población. El excedente o disponibilidad económica, permite que por más el país no tenga superficies para destinar a la producción, puedan estos, comprarlas en el mercado mundial.

Ahora, está en el tapete de la polémica mundial, el tema de los biocombustibles, en el sentido que los países ricos puedan darse el gusto de producir combustible usando productos agrícolas (maíz y caña de azúcar por citar ejemplos). Surge la polémica y hasta las campañas en contra de esto, desde decir que es totalmente falto de ética de cómo se usarán alimentos para alimentar a los vehículos?

La corriente que encasilla la producción de combustibles o biocombustibles como un fenómeno anti ético que puede desestabilizar el mercado mundial de oferta y demanda de alimentos, sumado al agravamiento de la situación debido a que países emergentes como India y China, al mejorar los ingresos económicos, están cambiando sus dietas alimenticias, demandando más comida y causando una suba de los precios mundiales.

Hasta hay corrientes un poco más duras que dicen que con el incremento de la demanda mundial de alimentos, los países pobres "preferirán" exportar sus producciones con la afectación de la disponibilidad de los alimentos en sus propios países.

E inclusive, se originarán impactos ambientales negativos, trato de ilustrar: China, al mejorar la economía demanda más cantidad de carne de cerdo por persona, por ende, se necesita más soja para alimentar a los millones de animales. Eso origina que se desmonten miles de hectáreas de bosques para dedicarlas al monocultivo agrícola de la soja. Me dejo entender?

Es necesario explorar más en tecnologías como producción de energía eléctrica por medio del sol, viento, geotermal, que de lejos son más sostenibles y menos generadoras de gases de efecto invernadero causantes del calentamiento global.

Antes de terminar con este artículo, pueden observar la figura en la parte superior del post, donde pueden verse el estado de carencia o disponibilidad de alimentos por países. El icono en color rojo significa: Hambruna extremadamente crítica; Naranja, Alarmante; Amarillo, Serio; Verde, Bajo a Alarmante; Marrón, Sin datos y Blanco, Excluidos del Análisis.

LA HAMBRUNA MUNDIAL QUE SE NOS VIENE ENCIMA

La principal dificultad para resolver el problema del hambre, es que afecta a los pueblos pobres y se espera que las soluciones provengan de los países ricos. Las únicas soluciones reales y de fondo, solamente pueden llegar con una recuperación de las tierras para los agricultores locales, retornando a los cultivos tradicionales, volviendo a producir alimentos, recuperando nuestra soberanía alimentaria.

A lo largo de la historia de la humanidad, las hambrunas han sido muy comunes, aunque en todos los casos han estado circunscriptas a un país o una región.

Las causas, mayormente han sido climáticas y, en algún caso, como en la hambruna de 1845 sufrida por Irlanda, por un hongo (Phytophthora infestans) conocido como roya que atacó devastadoramente al cultivo de papa, principal y casi exclusivo alimento de buena parte de su población.

A finales del siglo XIX, en la India, se produjo una serie de aproximadamente 25 brotes de hambruna, donde murieron entre 30 y 40 millones de personas. Si bien parte de la culpa se atribuye a agentes climatológicos, aquí ya se introduce un nuevo factor. El reemplazo de cultivos alimenticios tradicionales por otros, foráneos, para consumo y beneficio de terceros.

En este caso en particular, los británicos utilizaron tierras que siempre habían sido cultivadas por los indios con productos para su subsistencia y alimentación, para plantar té y algodón.

El reemplazo de cultivos tradicionales por otros que los mercados dictaminan como más convenientes por su mayor rentabilidad, ha estado dominando cientos de miles de nuevas hectáreas cada año y se ha acentuado sobre todo, con las campañas a favor de los biocombustibles y con los cultivos transgénicos.

Según la FAO una hectárea de tierra cultivable puede mantener bien alimentadas a unas 20 personas. Solamente de plantas transgénicas en 2009 se han sembrado 114 millones de hectáreas en el planeta. Más del 60% de la superficie mundial cultivada se encuentra en manos de las grandes empresas de biotecnología de los países desarrollados.

De acuerdo a estudios de diversos organismos internacionales, los precios de los alimentos han subido alrededor de un 80% en el transcurso de los dos últimos años. Esto significa que, a millones de personas se les está haciendo imposible acceder a los mínimos alimentos necesarios para su subsistencia y pueden morir de hambre en los próximos meses, si no se toman medidas al respecto.

La principal dificultad para resolver el problema del hambre, es que afecta a los pueblos pobres

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