Desarrollo Vs Subdesarrollo
torrente2212 de Mayo de 2014
8.679 Palabras (35 Páginas)673 Visitas
DESARROLLO Y SUBDESARROLLO
DEFINICIONES
DESARROLLO
El desarrollo consiste en la ampliación de las opciones que los pueblos tienen para vivir de acuerdo con sus valores.
El desarrollo es más que el simple aumento o disminución del ingreso nacional. Es crear un entorno para que las personas puedan hacer plenamente realidad sus posibilidades y vivir en forma productiva y creadora de acuerdo con sus necesidades e intereses. El desarrollo es más que crecimiento económico, el cual solamente constituye un medio, para ampliar las opciones de la población. Un elemento fundamental para la ampliación de esas opciones es el desarrollo de la capacidad humana, es decir, las múltiples cosas que la gente puede hacer o ser en la vida.
Las capacidades esenciales para el desarrollo humano son vivir una vida larga y sana, tener conocimientos, tener acceso a los recursos necesarios para alcanzar un nivel de vida decoroso y poder participar en la vida de la comunidad. Sin ellas sencillamente no se dispone de muchas opciones ni se llega a tener acceso a muchas oportunidades que brinda la vida.
El desarrollo humano comparte una visión común con los derechos humanos; su objetivo es la libertad humana, la cual resulta vital para el desarrollo de las capacidades y el ejercicio de los derechos. Las personas deben tener libertad para hacer uso de sus opciones y participar en las decisiones que afectan sus vidas. El desarrollo humano y los derechos humanos se refuerzan mutuamente, ayudan a garantizar el bienestar y la dignidad de todas las personas y fomentan el respeto por sí mismo y por los demás.
Para que se produzca un desarrollo auténtico o genuino (y no el "desarrollo del subdesarrollo", como ha ocurrido en muchas ocasiones), hace falta que los indicadores de desarrollo sean los mejores. En definitiva, se debe mejorar al menos el Índice de Desarrollo Humano (IDH), un indicador que es propuesto por el PNUD.
SUBDESARROLLO
Ausencia de desarrollo; situación en las que se encuentran amplias áreas económicas del mundo, caracterizadas por su pobreza y atraso relativo y por su marginación y papel subordinado dentro del sistema económico mundial. El análisis del subdesarrollo está íntimamente ligado a la aparición en el seno de las ciencias sociales y más aún dentro de los movimientos sociales de la aspiración colectiva al desarrollo.
El problema del subdesarrollo difiere y adquiere una mayor gravedad que la mera pobreza institucionalizada de las sociedades tradicionales o atrasadas, porque añade a la penuria material, la frustración y la sensación de marginación de un sistema ajeno en bueno medida a quienes, sin embargo, padecen sus consecuencias más adversas e injustas.
El subdesarrollo es la pobreza marginada propia del mundo moderno -no la pobreza integrada del mundo tradicional donde los pobres estaban integrados en él, se sentían miembros del mismo-; el subdesarrollo añade a la carencia la no participación: es una pobreza específica de la cultura técnica, creada por el desarrollo capitalista, agravada por la continua exhibición de la ajena opulencia, por las tentaciones cuya función es comprar la conformidad del pobre a cambio de falsas esperanzas.
El profesor J.L. Sampedro dijo: “el subdesarrollo no es, respecto del desarrollo, el peldaño inferior y transitorio de una escala continúa, sino una persistente consecuencia del desarrollo, creada además por él”
EL DESARROLLO VERSUS EL SUBDESARROLLO
El subdesarrollo se gestó paralelamente al desarrollo; por tanto ambos procesos están indisolublemente ligados entre sí y constituyen manifestaciones de un mismo fenómeno social.
La distorsión del sistema económico y social vigente, con sus secuelas dramáticas de atraso y miseria, constituyen una de las características que distingue una situación de subdesarrollo, y tal situación ha surgido a través de un proceso histórico coincidente con el que otros países engendró el pleno desarrollo. De manera que mientras desarrollo y subdesarrollo han crecido paralelamente, el curso histórico de las naciones ha sido divergente; porque el desarrollo aumenta el desarrollo, mientras el subdesarrollo dificulta el crecimiento socio-económico. Así han venido ahondándose las diferencias, lo mismo entre países ricos y pobres que entre sectores privilegiados y no privilegiados en el interior de las naciones. Y mientras esto sucede, las soluciones recomendadas por los estudiosos e intentadas por los estadistas no han surtido el efecto favorable esperado.
La situación de dependencia económica y cultural en que se encuentran nuestros países, tanto en lo externo como en lo interno, constituye la causa más directa de la situación de subdesarrollo y de marginalidad, y por lo tanto, de las dificultades con que tropieza el desarrollo de la comunidad como procedimiento de integración social y económica. La mayoría de los programas de desarrollo de la comunidad pierden su efectividad en virtud de que enrumban su tarea hacia la eliminación de los efectos del subdesarrollo, olvidando las verdaderas causas, que producen la situación de dependencia.
En otras palabras, América Latina vive bajo una situación permanente de injusticia y desequilibrio. No existen mecanismos adecuados de distribución de la riqueza, no se genera empleo suficiente para la creciente población, y las diferencias entre una clase social privilegiada y un sector populoso de grandes masas desamparadas se acentúan a medida que se inyectan nuevas fuerzas al sistema. En este sentido, la acción comunitaria puede llegar a surtir un efecto contrario al que se busca, que es supuesto de toda acción integradora, realizada bajo esas condiciones, lo que constituye a lo más un paliativo; pero nunca una solución a problemas que requieren medidas de cambio social.
Se hace necesario plantear nuevos modelos que permitan la incorporación efectiva de los sectores marginados al proceso de desarrollo, en base a cambios estructurales. El esquema “marginalidad-integración-desarrollo” es inoperante. La integración de los marginados no se puede lograr dentro del mismo sistema que ha engendrado la marginalidad. Los modelos actuales de desarrollo siguen generando marginalidad; así se hace inútil todo esfuerzo de desarrollo comunitario en busca de la integración socio-económica. El desarrollo de la comunidad tiene que convertirse en un instrumento efectivo para lograr transformaciones sociales y culturales que permitan alcanzar el verdadero desarrollo.
Muchos pueden preguntarse por qué no es posible alcanzar un desarrollo dentro del sistema, que nos permita obtener niveles de pleno empleo, repartir mejor nuestras riquezas y apurar la explotación efectiva de todos los recursos naturales por medio de una sociedad competitiva, organizada al modo de los países industrializados de hoy. La respuesta sería que es precisamente esa forma de organización social la que constituye un impedimento para alcanzar esas aspiraciones. Ni la política de sustitución de importaciones, ni el desarrollo industrial de nuestras ciudades, ni las medidas de inyección de capital para impulsar nuestra economía, ni los estímulos al comercio internacional son suficientes para resolver nuestra situación.
No vamos a indicar, dentro de la brevedad de este trabajo, las medidas de solución que serían efectivas. No es tan fácil hacerlo. Tal vez el lector los encuentre en siguientes trabajos. Pero bastarían algunas consideraciones para convencernos de cómo ha sido infructuoso hasta ahora el esfuerzo realizado. Ninguna sociedad hasta el presente ha logrado ofrecer plena igualdad de oportunidades a todos sus miembros. A medida que avanzan la ciencia y la técnica, se hace más y más difícil garantizar a las nuevas generaciones el nivel de capacitación requerido. La sociedad de consumo no ha conseguido sino exacerbar a las juventudes, por una parte saciadas hasta el hastío y por otras desesperadas en medio de sus carencias. En América Latina, específicamente, no se ha conseguido motivar a las masas ni a las élites. La desintegración es amenazante. Y la postración económica impide todo esfuerzo por incorporar las mayorías en la búsqueda del desarrollo integral. El desarrollo de la comunidad tiene que convertirse en un instrumento para lograr la más efectiva participación popular en el proceso de transformación estructural. La participación popular debe ser entendida como el incremento de la representatividad así como la intervención de todos los sectores sociales en la vida nacional, mediante la utilización de instrumentos que permitan la toma de decisiones de los sectores populares, a nivel local, regional y nacional. Para ello debe haber una cooperación eficiente de todos los grupos en la fijación de las metas nacionales y en la administración de los recursos para alcanzar esas metas.
DESARROLLO HUMANO VERSUS DESARROLLO ECONÓMICO
A la concepción clásica de desarrollo ha de añadírsele una característica más, el que el Desarrollo desde esta perspectiva es entendido como un mero desarrollo material, se trata éste de un concepto cuantitativo de desarrollo propio de los países occidentales, donde se da una fuerte valoración de la opulencia en mercancías; desde esta concepción, el subdesarrollo será entendido como la carencia de bienes.
El desarrollo no es un simple incremento en la capacidad productiva gracias a las mejoras técnicas y económicas, sino que muy especialmente ha de experimentarse mediante la transformación
...