Directivas
arturo2704913 de Abril de 2015
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B.1. Teoría del cambio
El objetivo terapéutico es alcanzar un “cambio 2” en relación a la clase de solución intentada. Los integrantes del MRI distinguen entre cambio 1 y cambio 2. El primero comprende cambios dentro de la misma clase de soluciones intentadas, que únicamente contribuyen al mantenimiento del síntoma. Por el contrario el cambio 2 supone la creación de una nueva clase de intentos de solución, la que produce y hace desaparecer la sintomatología.
Metas y estrategias terapéuticas
El MRI pide a los pacientes y a sus familiares que definan las metas concretas que quieren conseguir con el tratamiento, de forma que el trabajo terapéutico se oriente, tanto por parte del terapeuta como parte de los pacientes, a la consecución de dichos objetivos. Por otro lado, la concreción permite que ambas partes sepan cuándo finalizar la terapia -cuando se alcancen las metas- y tengan una referencia de su eficacia.
Las estrategias que debe seguir el terapeuta:
1) Definición operativa de los objetivos que se pretende lograr el tratamiento, con el que se especifican los referentes conductuales que posibiliten la evaluación de los cambios.
2) Elección de un cambio mínimo (también definido en términos de conductas concretas) seguido de una planificación que facilite el inicio de un efecto de irradiación. El terapeuta pregunta: ¿Qué es lo que
usted consideraría como primera señal de que ha ocurrido un cambio significativo, aunque sea pequeño?
3) La estrategia efectiva se aparta 180° del impulso básico o clase de soluciones intentadas hasta entonces. Por ejemplo, si el intento de solución consiste exigir obediencia, la intervención debe orientarse a exigir desobediencia.
4) Utilización de la postura del paciente: Su lenguaje, sistema de valores, actitud ante el problema, la terapia y el terapeuta para persuadirle de que lleve a cabo la intervención sugerida por el equipo.
5) El terapeuta busca permanentemente una posición <>, evitando confrontación, que le imposibilite intervenir en cualquier condición que presente el paciente.
Técnicas de intervención
Los recursos técnicos para promover el cambio comprenden redefiniciones, tareas directas y paradójicas, técnicas de persuasión para que el paciente acepte la tarea, metáforas, ordalías –pacto del diablo- y técnicas hipnóticas derivadas de la hipnoterapia de Milton Erickson.
Las redefiniciones son técnicas cognitivas que evitan aquellas etiquetas que utilizan los pacientes y que dificultan el cambio. Las tareas directas son intervenciones conductuales cuyo objetivo es cambiar la conducta de algún/os componentes de la familia, especialmente aquella relacionada con el mantenimiento del síntoma, proponiendo directamente la realización de otra conducta alternativa.
Las tareas paradójicas también son intervenciones conductuales. Se diferencian de las directas en que no se propone una conducta
diferente a la sintomática, sino que se prescribe la continuidad de ésta durante un tiempo fijado, que suele ser el intervalo entre sesiones. Lógicamente, la aparición del síntoma tiene que sufrir alguna pequeña modificación, como puede ser la necesidad de provocarlo sin esperar a que surja espontáneamente, cambiar la duración o lugar en el que acontece, etc.
Las intervenciones metafóricas son intervenciones cognitivas que se emplean para trasmitir un mensaje, no relacionado directamente con el problema, sin que su percepción pueda bloquearse por la intervención de las funciones racionales y se confía en que ejerza su acción por vía analógica (Watzlawick, 1980).
El << pacto con el diablo>> es una ordalía aplicable a pacientes con quienes se mantiene una buena alianza terapéutica que, encontrándose en las últimas sesiones de tratamiento, consiguen poco o ningún cambio.
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