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EL HOMBRE Y LA ACCION SOCIAL


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2020  •  Ensayos  •  3.068 Palabras (13 Páginas)  •  85 Visitas

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Conformismo y guerra en Colombia.

Colombia a lo largo de sus años de vida republicana ha vivido constantes conflictos que no han transformado a las instituciones ni han contribuido a mejorar las condiciones sociales, por el contrario, con el pasar de los años se han agudizado las contradicciones sociales, pero la sociedad no se ha conmovido frente a estas situaciones, sigue su cotidianidad como si nada estuviera pasando. En ningún momento de la historia ha existido la posibilidad de que surja un inconformismo general frente a estas situaciones que buscan cambiar estos escenarios, sin embargo, emergen grupos armados con la intensión de transmutar al Estado, debido a la imposibilidad de la sociedad civil a hacerlo.

Aparentemente el conformismo de Colombia ha llevado a que la paz sea una utopía, debido a que la gran mayoría de la sociedad civil ha permanecido en silencio con las carencias sociales, económicas y políticas, no ha luchado por transformar al Estado sino ha asumido las imposiciones que este le designa. Si las instituciones del Estado cumplieran sus funciones, habría menos posibilidad de una insurrección armada, las transformaciones dependerían de los intereses de la sociedad.

La conformidad puede ser definida como una conducta aprendida en relaciones entre dos personas, donde una sume el rol de dominante en la relación, en tanto que la otra persona asume el rol de dominado (Bornstein, 1992). Esta definición se plantea como una forma de mantener relaciones donde la conformidad, la pasividad, la complacencia y la falta de asertividad propia son las formas positivas para fomentar la dependencia en algunos individuos, una forma muy eficaz de sostener un orden social de distribución asimétrica del poder.  La ausencia de cuestionamientos privilegia la forma de relacionarse con el mundo.

La conformidad social es un cambio de conducta que ocurre posterior a alguna forma de presión verbal o no-verbal ejercida por el grupo de forma real o imaginaria para el sujeto, es seguir el comportamiento impuesto sin cuestionarlo. Este concepto fue definido por Moscovici (1985) como el comportamiento que tiene el individuo para asegurar su inserción en el sistema o medio social, en consecuencia, las condiciones a las que el individuo o el grupo se deba adaptarse están dadas, la realidad se describe como algo uniforme y las normas se asumen sin discusión alguna. La desviación representa el fracaso en la inserción dentro del sistema, debido a la información y recursos que se posean en el momento. La normalidad representa adaptación al sistema, un equilibrio con el ambiente social.

Durante la implementación de los acuerdos de paz firmado en La Habana, se ha evidenciado las contradicciones que contribuyen a la perpetuación de la guerra en Colombia, lo que ha significado la continuación de las mismas prácticas violentas que ha vivido el país durante los últimos sesenta años. Esto ha impedido que la paz llegue a zonas rurales, impidiendo que el Estado colombiano ejerza su soberanía y realice políticas que fortalezcan el desarrollo económico y político de las regiones, por otra parte, a la élite gobernante no le ha interesado implementar lo acordado, por lo que la reincorporación de los antiguos guerrilleros se ha dificultado debido a la falta de recursos ocasionado un rearme en diferentes zonas.

El Estado colombiano se ha mostrado incapaz de salvaguardar la vida de sus ciudadanos, por lo que la firma de la paz solo fue un acto protocolario de un armisticio que no logró transformar las condiciones sociales que provocaron el enfrentamiento armado por los últimos años. La imposibilidad por parte de la élite política de crear un proyecto de nación ha quedado evidenciada en el poco interés que tiene el ejecutivo en la implementación de lo pactado, lo que ha dejado en evidencia la radicalidad del discurso de extrema derecha, donde se aborrece el pensamiento crítico y se propone el exterminio de todo aquel que no responda a sus ideales.

Es evidente que las ciudades son las menos perjudicadas por el conflicto interno, debido a esto no se visibiliza el problema rural, donde ocurren la mayoría de enfrentamientos armados y sucede el fenómeno del desplazamiento forzado, esto genera que las regiones en medio del conflicto se sumerjan en la economía ilegal, por la incapacidad del Estado de ejercer su soberanía e implementar políticas públicas que contribuyan a un desarrollo económico; es indudable que las economías ilegales dan mayores ingresos, pero no hay un interés de transformar esta situación, ya que el dinero ilegal ha logrado influir en la política colombiana.

El contexto de las ciudades es diferente al de las regiones rurales, los estruendos de la violencia no llegan a afectar la cotidianidad del ciudadano, la mayoría de la población desconoce lo que es vivir en un país en una guerra constante. Pese a esto, la crisis económica evidenciada en el desempleo, la precariedad de los servicios básicos y el elevado costo de vida ha creado un descontento que se manifiesta en huelgas de distintos gremios y contiendas políticas, sin embargo, esas voces son calladas constantemente por la represión que ejerce los grupos de extrema derecha.

La falta de oportunidades contribuye a la marginalización de los sectores populares, e impide el acceso a servicios básicos, esto tiene como consecuencia un detrimento de la calidad de vida y una imposibilidad de emerger de la pobreza. Esto genera que los jóvenes marginalizados vean la delincuencia o unirse a grupos armados legales e ilegales como una oportunidad de salida de su hogar para no ser una carga y quizás contribuir con dinero a su familia.  Mientras exista desigualdad, habrá masas de jóvenes que se enlistaran en grupos armados; la decisión muchas veces no está basada en el deseo, sino en la necesidad, el derramamiento de sangre del país sucede mayoritariamente en las clases bajas del país.

El incumplimiento de lo pactado por parte del Estado Colombiano ha contribuido con el rearme de la subversión, aunque, el acuerdo de paz no elimina las condiciones sociales que posibilitaban el conflicto, abre la posibilidad de construir nuevos escenarios políticos que transforman las condiciones sociales del país, esta posibilidad es remota debido a que la clase social dominante le interesa seguir ejerciendo el poder, esto se evidenció en las pasadas elecciones presidenciales, donde las elites se unieron para mantener el poder, además, no le interesa concertar un proyecto de nación con la oposición porque sería un detrimento económico para sus intereses, sin la oportunidad que exista un gobierno de transición no habrá una transformación política que contribuya a la paz.

El único interés que tenía el Estado colombiano en medio de la negociación era el desarme de la subversión, el cumplimiento de lo pactado solamente se daría una vez se dejaran la armas, pero debido a sus lógicas internas de funcionamiento no ha tenido la intensión de implementar lo pactado, esto no es algo nuevo ha sucedido en ocasiones pasadas desde el inicio de las guerrillas en el país.

La cotidianidad de los antiguos guerrilleros que dejaron las armas está llena de carencias, muchos todavía no reciben el apoyo económico que ofreció el gobierno, durante dos años, pocos proyectos productivos han podido desarrollarse y continuar, el problema de estos, es que no son continuos y no se hacen sostenibles con el pasar del tiempo, además, las necesidades básicas de los guerrilleros no dan espera, es como si regresaran al momento previo de su vida, que lo motivó a alzarse en armas.

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