EL LADO “V” LA PATERNIDAD ADOLESCENTE

EL LADO “V”  LA PATERNIDAD ADOLESCENTE

       El Incremento de la actividad sexual en los adolescentes, ha dado paso a la maternidad y paternidad  adolescentes,   según  la OMS dicha edad está  definida cronológicamente entre los 10 y 19 años.  La inmadurez de los jóvenes plantea dificultades en las personas de  tipo; personal, social, económica y  educativa, tanto para el joven adolecente como para sus familias.

     Cuando se habla de embarazo adolescente siempre se enfocan en la mujer, en la niña, pero pocos hablan de él, del varón adolescente, que tipo de apoyo le ofrece la comunidad a este, que SI quiere asumir su responsabilidad, pero se pregunta ¿Cómo  debo asumir  esta responsabilidad?  ¿Qué debo hacer?

     La dificultad de asumir esta responsabilidad  del varón adolescente, se experimenta como un proceso natural  que puede ser en un comienzo; el miedo, el rechazo, enojo, resignación y a la vez aceptación de asumir  el acontecimiento de ser padre joven y  aceptar este brusco cambio tratando de visualizar  las nuevas  limitaciones y redefinir sus labores diarias en su vida cotidiana tanto; en los  estudio o trabajo, como   en el cuidado de su  hijo, como participar, como contener y apoya a la madre adolescente, que tiene las mismas inseguridades de él.

   Asumir la responsabilidad de traer un niño al mundo, no es fácil para estos jóvenes que dejaran de ser niños ante la sociedad, los cuales se sientes obviamente presionados por sus familiares, sus pares y entorno en general, muchos jóvenes se cohíben de asumir plenamente su paternidad, por las propias inseguridades que le provoca el entorno.

    Cuando un varón adolescente está dispuesto a presentarse en todo el proceso de gestación, nacimiento y cuidados de su hijo,  comienzan las diferencias, donde hay vacíos legales, ya que la madre adolescente es la que los  tiene, por su condición de madre los beneficios   legales;  como en  los estudios:  La Ley  20.370 dice: “- se deben otorgar facilidades a las escolares para que continúen asistiendo a clases, terminen su escolaridad y no deserten” , “- facilidades en la evaluación y apoyos pedagógicos especiales”,  “-facilidades en la exigencia de asistencia. Podrán ser promovidas con una asistencia menor al 85%, siempre y cuando sus ausencias sean justificadas por los médicos tratantes”.

     Por lo anterior, respecto a la Ley que protege y ampara a la madre adolescente, surge una inquietud respecto a todo el proceso desde el inicio del embarazo hasta el término que considera el parto de la madre, por parte del varón, ya que él también debe sacrificar tiempo de estudios, pruebas y evaluaciones que le impone el establecimiento educativo y que termina dificultándolo, pues no cuenta con beneficios que lo amparen y no puede así participar  como tal vez él quisiera en este proceso de ser padre.

    Culturalmente en Chile hace pocos años los hombres ha podido optar a ciertos  beneficios como los de días libres y opción a post-natal parental, sin embargo los varones adolescentes no cuentan con ello, por  lo que no pueden justificar su ausentismo a los centros de estudios.

    Esta desigualdad entre mujer y varón debiese ser mirada, para así motivar a los varones adolescentes a integrase más al mundo de la participación, apego y crianza de su hijo, ya que, con su poca madurez y  la  presión social en muchos casos trae  consecuencia cono:  un fuerte un estrés emocional que en muchas ocasiones repercute en;  su mala conducta, malas juntas, baja escolar y hasta deserta-miento escolar,  por eso debemos preguntamos ¿cómo podemos  apóyalo socialmente?, considerando que hay que tratar de darle sus tiempos y derecho a participar conscientemente a ser un papá adolescente y presente.

...